Martes, 25 de marzo, 2025

Las autoridades turcas deben poner fin al uso innecesario e indiscriminado de la fuerza por los servicios de seguridad contra quienes se manifiestan pacíficamente e investigar los actos ilícitos de violencia cometidos por la policía contra manifestantes; así lo ha manifestado Amnistía Internacional ante la intensificación de las protestas contra la detención del alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu.

La organización hace este llamamiento después de haberse extendido la prohibición general de las protestas a tres ciudades más, cuando las autoridades ya han confirmado la detención de 1.133 manifestantes desde que comenzaron las protestas el 19 de marzo, y en medio de informes sobre lesiones, estrangulamiento de las redes sociales y redadas de madrugada con arrestos de periodistas que informaban sobre las protestas mayoritariamente pacíficas.

“El uso de fuerza innecesaria e indiscriminada por la policía contra manifestantes pacíficos en Turquía debe acabar de inmediato. Amnistía Internacional ha examinado imágenes de numerosos incidentes y pide con urgencia a las autoridades turcas que recuerden su obligación de adherirse a las leyes y normas internacionales de derechos humanos a la hora de ejercer el control policial de las protestas”, ha dicho Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

El uso indiscriminado de gas pimienta, gas lacrimógeno y cañones de agua contra manifestantes pacíficos es profundamente indignante, igual que el uso de balas de plástico por la policía.

“En las imágenes examinadas por Amnistía Internacional se ve cómo la policía hace un uso absolutamente injustificado de la fuerza contra manifestantes pacíficos, golpeando a personas con porras y dándoles patadas cuando estaban en el suelo. El uso indiscriminado de gas pimienta, gas lacrimógeno y cañones de agua contra manifestantes pacíficos es profundamente indignante, igual que el uso de balas de plástico por la policía, disparadas en algunos casos desde cerca y apuntando al rostro y la parte superior del cuerpo, que han causado numerosas lesiones y hasta hospitalizaciones. Estos actos ilícitos de violencia deben investigarse sin demora y sus perpetradores deben comparecer ante los tribunales.”

Las manifestaciones mayoritariamente pacíficas comenzaron en Estambul a raíz del encarcelamiento de Ekrem İmamoğlu, rival político clave y destacada voz crítica con el presidente turco Erdoğan. Se han extendido por gran parte del país y han sido reprimidas con una fuerza implacable.

Amnistía Internacional recuerda a las autoridades turcas que el uso de la fuerza por la policía debe ser estrictamente controlado. El gas lacrimógeno y el cañón de agua, por ejemplo, nunca deben usarse a menos que exista una violencia generalizada y extendida contra las personas que no se pueda contener por medios menos lesivos. Aunque algunas personas participantes cometan actos de violencia aislados (como usar la fuerza con probable resultado de lesión o muerte o causar graves daños a la propiedad), eso no elimina el carácter pacífico de toda la protesta y nunca puede servir de justificación a la policía para hacer uso indiscriminado de la fuerza contra todas las que participan.

Es fundamental que las autoridades turcas respeten y protejan el derecho de reunión pacífica y levanten de inmediato la prohibición general de protestar.

En una serie de redadas practicadas la madrugada del 24 de marzo, al menos ocho periodistas que estaban informando sobre las protestas fueron detenidos en sus domicilios. Los internautas sufrieron una reducción del ancho de banda durante al menos 42 horas, que restringió su acceso a redes sociales y sitios de noticias, y se han bloqueado más de 700 cuentas de periodistas, activistas y figuras de la oposición en Twitter/X. 

“El estrangulamiento de Internet es un ataque manifiesto contra el derecho a la libertad de expresión. Las autoridades deben abstenerse de recurrir a tales medidas. Empresas de redes sociales como X deben tomar medidas de inmediato para garantizar el restablecimiento de las cuentas de personas críticas con el gobierno turco”, ha dicho Agnès Callamard.

“Es fundamental que las autoridades turcas respeten y protejan el derecho de reunión pacífica, levanten de inmediato la prohibición general de protestar y pongan en libertad a todas las personas detenidas de manera injustificada y arbitraria sólo por ejercer su derecho a la libertad de expresión y de protesta pacífica.”

Información complementaria

Entre los periodistas detenidos esta mañana están Ali Onur Tosun, Bülent Kılıç, Zeynep Kuray, Yasin Akgül, Hayri Tunç, Kurtuluş Arı, Zişan Gür, Murat Kocabaş y Barış İnce.

Tras la orden de detención dictada por la Fiscalía General de Estambul contra más de 100 personas, entre ellas Ekrem İmamoğlu y dos destacados alcaldes de distrito de Estambul, el 23 de marzo había 48 personas en prisión preventiva. Un total de 44 personas quedaron en libertad sujetas a medidas de control judicial. 

Ekrem İmamoğlu fue sometido a prisión preventiva en aplicación de la legislación que combate las organizaciones criminales con fines lucrativos y por acusaciones de “soborno, malversación, adquisición ilícita de datos personales y licitación fraudulenta”.