Miércoles, 19 de marzo, 2025
Desde que en enero capturó la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo, el grupo armado M23, respaldado por Ruanda, ha asaltado hospitales, ha secuestrado pacientes (incluidos civiles y soldados congoleños hospitalizados) llevándoselos de sus camas y los ha sometido a actos de tortura. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
La organización ha documentado también casos de violaciones en grupo cometidas por el M23, así como malos tratos contra defensores y defensoras de los derechos humanos después de que el grupo se hiciera con Goma, la capital de la provincia de Kivu septentrional, el 27 de enero, y Bukavu, capital de la provincia de Kivu meridional, el 16 de febrero. Amnistía Internacional pide a la Comunidad de África Oriental, la Comunidad para el Desarrollo del África Austral, la Unión Europea y otros actores internacionales que intensifiquen la presión sobre todas las partes del conflicto para que protejan a la población civil y traten a las personas detenidas con humanidad, de acuerdo con el derecho internacional humanitario.
“Desde que se hizo con el control de Goma, el M23 ha generado un clima de temor y ha tomado crueles represalias contra la población local. La alarmante magnitud y frecuencia de los abusos en el este del Congo debería conmocionar al mundo. La violencia ha sido permitida por décadas de impunidad para graves abusos y violaciones de derechos humanos”, ha manifestado Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral.
Desde que se hizo con el control de Goma, el M23 ha generado un clima de temor y ha tomado crueles represalias contra la población local. La alarmante magnitud y frecuencia de los abusos en el este del Congo debería conmocionar al mundo.
Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral
Amnistía Internacional entrevistó a 25 personas supervivientes, testigos presenciales, activistas de la sociedad civil, defensores y defensoras de los derechos humanos y periodistas tanto dentro de la República Democrática del Congo como en el exilio.
Secuestros en hospitales
La noche del 28 de febrero y la mañana del 3 de marzo, combatientes armados del M23 entraron por la fuerza en los hospitales Heal Africa y CBCA Ndosho en Goma, donde secuestraron a más de 130 personas. Entre ellas había miembros del ejército congoleño, algunos de los cuales estaban heridos, y personas cuidadoras. Las llevaron a un estadio de la ciudad, donde torturaron a algunas. Los combatientes del M23 obligaron a algunos secuestrados a tumbarse en el suelo, les dieron latigazos y los presionaron para que se unieran al grupo armado. Algunos civiles fueron puestos en libertad, pero sigue habiendo muchas personas en paradero desconocido.
“[En el estadio], el M23 pidió a los civiles que se quedaran juntos”, dijo una persona secuestrada en los asaltos a los hospitales. “Nos dieron latigazos. Nos hicieron tumbarnos bocabajo y nos golpearon en las nalgas y las manos. Dijeron: ‘Si eres un soldado, admítelo’.”
Sultani Makenga, líder militar del M23, declaró en una reciente entrevista que los miembros del ejército congoleño que estaban en los hospitales fingían ser pacientes o cuidadores. También dijo que el M23 había encontrado 14 armas en los hospitales y que el personal hospitalario les había alertado de la situación. Dijo además que las personas detenidas por el M23 no pertenecían al hospital.
En virtud del derecho internacional humanitario, todas las personas heridas y enfermas deben ser respetadas y protegidas. No debe atacarse a civiles. La tortura, el trato inhumano y la toma de rehenes por el M23, si van dirigidas contra civiles o contra militares heridos, pueden constituir crímenes de guerra.
“Todos los pacientes y personas cuidadoras, incluidos los soldados necesitados de atención médica, deben ser puestos inmediatamente en libertad y devueltos a los hospitales para que puedan continuar su tratamiento”, ha declarado Tigere Chagutah.
Centenares de cadáveres hallados en Kivu meridional
Amnistía Internacional ha recibido relatos de testigos presenciales y numerosas fotos de cadáveres hallados frecuentemente en barrios de Bukavu, una ciudad de más de un millón de habitantes. Desde el 17 de febrero hasta el 13 de marzo de 2025, la Cruz Roja congoleña recogió en Bukavu 43 cadáveres, 29 de ellos de civiles. En toda la provincia de Kivu meridional, durante ese mismo periodo, la Cruz Roja congoleña recogió 406 cadáveres, 110 de ellos de civiles.
Ataques contra defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y activistas de la sociedad civil
Amnistía Internacional ha documentado casos de defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y activistas de la sociedad civil a quienes el M23 ha detenido en las últimas semanas. Las personas detenidas fueron recluidas en centros de detención tanto improvisados como oficiales, y algunas fueron torturadas y amenazadas. Decenas de activistas se han ocultado o han huido del Congo en busca de seguridad.
Pero, incluso fuera del país, las amenazas continúan. Un defensor de los derechos humanos, que ha documentado violaciones de estos derechos cometidas por el M23 desde 2023, contó que había recibido un mensaje que decía: “Si te encontramos, vas a tener problemas. Quédate donde estás”.
Otro defensor describió cómo el M23 le detuvo arbitrariamente y le flageló después de que un miembro del grupo armado le reconociera. Permaneció detenido brevemente por denunciar las violaciones de derechos humanos cometidas por el M23 antes de la toma de Goma.
Las personas privadas de su libertad, incluidas las pertenecientes a la población civil y los miembros del ejército o del M23, están protegidas por el derecho internacional humanitario. El M23 debe tratar con humanidad a todas las personas a las que detiene. Los actos de tortura o el trato inhumano podrían constituir crímenes de guerra.
Niveles alarmantes de violencia sexual
Las organizaciones humanitarias han informado de un alarmante aumento de la violación y otros actos de violencia sexual en Kivu septentrional y meridional. Las personas supervivientes contaron a Amnistía Internacional que habían sido violadas y amenazadas de muerte por combatientes del M23.
Tanto el M23 como el ejército congoleño, que están obligados a respetar el derecho internacional humanitario, deben rendir cuentas de estas violaciones.
Tigere Chagutah
En un caso, una mujer dijo que los combatientes del M23 sospechaban que era una espía. Según contó, cinco combatientes del M23, armados y vestidos con uniforme militar, la violaron. En otro caso, dos hombres con uniformes del ejército congoleño violaron a una mujer embarazada y secuestraron a su esposo.
“Tanto el M23 como el ejército congoleño, que están obligados a respetar el derecho internacional humanitario, deben rendir cuentas de estas violaciones. El mundo no debe hacer caso omiso de los crímenes que se están cometiendo en el este de la República Democrática del Congo”, ha declarado Tigere Chagutah.