Jueves, 06 de marzo, 2025

Las autoridades egipcias deben poner fin a sus represalias contra personas recluidas en la Prisión 10 de Ramadán por su huelga de hambre para protestar por su detención arbitraria y exigir el fin de sus condiciones crueles e inhumanas, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.

Desde principios de enero, varias personas detenidas en la Prisión 10 de Ramadán (6) iniciaron una huelga de hambre para reclamar la liberación de personas recluidas en espera de juicio desde hacía mas de seis meses, el derecho a hacer ejercicio al aire libre, el pleno derecho a recibir visitas y la destitución del funcionario de la Agencia de Seguridad Nacional responsable de la prisión, a quien acusan de ser abusivo. A raíz de la huelga, las autoridades trasladaron al menos a tres detenidos de la Prisión 10 de Ramadán (6) a prisiones conocidas por sus duras condiciones de reclusión, después de confiscar como castigo sus pertenencias personales.

“En lugar de ocuparse de las pésimas condiciones de reclusión en la Prisión 10 de Ramadán, las autoridades intentan silenciar con castigos a las personas reclusas que protestan por estas condiciones. Incluso cuando las personas reclusas están recluidas en modernos establecimientos penitenciarios de reciente construcción como la Prisión 10 de Ramadán, siguen sufriendo abusos a manos de las autoridades penitenciarias que actúan sin supervisión adecuada ni rendición de cuentas”, ha declarado Mahmoud Shalaby, investigador sobre Egipto de Amnistía Internacional.

En lugar de ocuparse de las pésimas condiciones de reclusión en la Prisión 10 de Ramadán, las autoridades intentan silenciar con castigos a las personas reclusas que protestan por estas condiciones.

Mahmoud Shalaby, investigador sobre Egipto de Amnistía Internacional

“Las autoridades egipcias deben garantizar que las condiciones de reclusión son humanas y acordes al derecho y las normas internacionales, incluidas las Reglas Nelson Mandela. Deben responder a las peticiones que vienen haciendo desde hace tiempo Amnistía Internacional y defensores y defensoras de los derechos humanos egipcios y permitir que observadores independientes —egipcios e internacionales— tengan acceso sin restricciones y sin previo aviso a las prisiones y puedan hacer el seguimiento de las condiciones de reclusión en el país.”

Dos mujeres familiares de detenidos trasladados dijeron a Amnistía Internacional que las autoridades habían trasladado a sus familiares a prisiones situadas a cientos de kilómetros de sus familias. El traslado a prisiones remotas, conocido como taghriba (exilio interno), es una medida de castigo habitual que las autoridades utilizan para castigar a las personas reclusas y hacen que las visitas sean aún más costosas y engorrosas para sus familias.

“Cuando lo sacaron de su celda en la Prisión 10 de Ramadán (6), pensó que por fin lo llevaban al hospital para someterse a una cirugía pendiente desde hacía tiempo. En cambio, lo trasladaron a otra prisión”, dijo a Amnistía Internacional una familiar de uno de los detenidos. Esta persona dijo que lo castigaron únicamente por intentar enviar una carta a un partido político del que el detenido es miembro en la que le pedía que abogase por su liberación.

El tercer detenido se declaró en huelga de hambre el 29 de enero para protestar por su traslado. Su abogado dijo a Amnistía Internacional que, una vez trasladado, lo asignaron a una celda masificada en la que los detenidos se veían obligados a dormir por turnos. El 18 de febrero, las autoridades no lo llevaron a su sesión de renovación de la detención previa al juicio, pero los jueces renovaron su detención in absentia, sin aducir justificación alguna. El 1 de marzo, su esposapublicó en Facebook que había puesto fin a su huelga de hambre y continúa hospitalizado dentro de la prisión.

Condiciones de reclusión brutales

Tres abogados y tres familiares de detenidos en la Prisión 10 de Ramadán (6) dijeron a Amnistía Internacional que a todos los reclusos en el interior de sus pabellones se les priva totalmente de luz solar porque no se les permite hacer ejercicio al aire libre a diario, tal como exigen las Reglas Mandela. Nada Mougeeth, esposa de Ashraf Omar, caricaturista detenido arbitrariamente, dijo que su esposo no ha visto el sol en siete meses. Según Nada y los familiares de los dos reclusos trasladados, las personas detenidas permanecen encerrados en sus celdas durante 23 horas al día. Se les permite un máximo de una hora de ejercicio en un pasillo dentro del edificio en el que están recluidos.

En virtud el Reglamento Interno de Prisiones de Egipto, las personas detenidas en espera de juicio están autorizadas a hacer dos horas de ejercicio fuera de su celda cada día.

El 3 de febrero, el economista Abdel Khalek Farouq, también recluido en la Prisión 10 de Ramadán por motivos políticos, dijo a la fiscalía que después de quejarse a las autoridades de la prisión porque no se les permitía hacer ejercicio a la luz del sol, lo trasladaron, junto con otros dos detenidos, a otra celda en un pabellón aislado y vacío, según un miembro de su familia. También afirmó que un agente de policía lo amenazó con trasladarlo a la Prisión de Sohag, situada a unos 500 kilómetros de El Cairo, lugar de residencia de su familia.

Nada y los dos familiares dijeron a Amnistía Internacional que las visitas de la familia a la prisión están limitadas a sólo 20 o 30 minutos una vez al mes, excepto si hay una visita excepcional. Esto viola el reglamento penitenciario, que establece visitas semanales de una hora para las personas detenidas en espera de juicio y visitas quincenales para los presos penados. A algunas personas detenidas se les niegan por completo las visitas de familiares. Por ejemplo, Anas al Belgaty, que está detenido arbitrariamente desde hace 11 años únicamente por sus vínculos familiares, no recibe visitas desde su traslado a la Prisión 10 de Ramadán (2) en junio de 2023.

Nada y los dos familiares también informaron de que con frecuencia se les somete a registros corporales invasivos a cargo de mujeres guardias. Sostienen que las guardias registran a las mujeres dos veces antes de entrar en la sala de visitas, incluso introduciendo sus manos por dentro de la ropa de las mujeres y tocando su sujetador.

También han informado de que los guardias penitenciarios inspeccionan los alimentos que llevan las familias con las manos desnudas, de manera antihigiénica. Los alimentos que llevan las familias son la fuente principal de nutrición para las personas detenidas debido a la falta de calidad o las insuficientes porciones que suministra la prisión.

Información complementaria

La Prisión 10 de Ramadán comenzó a funcionar en 2023 en el marco de una campaña de relaciones públicas del gobierno para promoverla como un paso en la mejora de las condiciones de reclusión.

El 12 de enero, Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales (EIPR) publicó una declaración sobre el deterioro de las condiciones de reclusión en la Prisión 10 de Ramadán (6). Tras esta declaración, el 19 de enero, la fiscalía abrió una investigación sobre el destacado defensor de los derechos humanos Hossam Bahgat, director ejecutivo de EIPR, por cargos de “difusión de noticias falsas” y “ayuda y financiación de un grupo terrorista”.

Sobre la base de la investigación relativa a 16 prisiones de todo Egipto, Amnistía Internacional concluyó que funcionarios de prisiones de Egipto someten a personas presas de conciencia y otras personas recluidas por motivos políticos a tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes a través de las condiciones de reclusión y se les niega deliberadamente atención de la salud para castigar la disidencia.