Sábado, 03 de agosto, 2024
En respuesta a la excarcelación en Rusia y Bielorrusia de 16 personas, entre las que hay defensores y defensoras de los derechos humanos de nacionalidad rusa, como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha manifestado:
“Hoy compartimos nuestro alivio y alegría por la puesta en libertad de los defensores y defensoras de los derechos humanos, activistas y periodistas recluidos, que pronto podrán finalmente abrazar a sus seres queridos. Agradecemos que se hayan escuchado las voces de las comunidades de defensa de los derechos humanos rusa y mundial y que se haya negociado la libertad de estas personas. Nunca deberían haber estado en prisión: su encausamiento fue una grave injusticia.”
Aunque su excarcelación es un paso importante, no debe ser un episodio aislado. El camino correcto a seguir es el desmantelamiento del sistema de represión política de Rusia, no el canje de seres humanos.
Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central
“Aunque su excarcelación es un paso importante, no debe ser un episodio aislado. El camino correcto a seguir es el desmantelamiento del sistema de represión política de Rusia, no el canje de seres humanos. Las autoridades rusas deben poner en libertad sin condiciones a todas las demás personas sometidas a detención arbitraria por motivos políticos, como Natalia Filonova, Aleksei Gorinov, Maria Ponomarenko, Vladimir Rumyantsev, entre muchas otras, y proporcionar reparación por su detención injusta. Asimismo, debe abolirse la legislación represiva que permite estos encausamientos”.
Información complementaria
El 1 de agosto, en un acuerdo de intercambio negociado entre Rusia y Bielorrusia, por un lado, y Alemania, Noruega, Polonia, Eslovenia y Estados Unidos, por otro, las autoridades de Moscú y Minsk indultaron, excarcelaron y exiliaron a 16 personas, entre las que se encuentran los activistas y defensores y defensoras de los derechos humanos Oleg Orlov, Aleksandra (Sasha) Skochilenko, Lilia Chanysheva, Ksenia Fadeeva, Vladimir Kara-Murza, Andrei Pivovarov y Ilya Yashin, y los periodistas Evan Gershkovich y Alsu Kurmasheva, todos ellos de nacionalidad rusa. Estas personas y algunas otras de las que quedaron en libertad habían sido encarceladas tras juicios injustos por cargos de motivación política relacionados con las críticas a las autoridades, el activismo contra la guerra y el trabajo periodístico. A cambio, se entregaron a Rusia ocho personas que habían sido detenidas o declaradas culpables de espionaje y otros cargos en Alemania, Noruega, Polonia, Eslovenia y Estados Unidos.