Viernes, 12 de abril, 2024
Hernández, Daniel

El genocidio es el peor crimen porque implica matar a alguien por lo que es. En Ruanda se estima que murieron entre 500 mil y un millón de personas en 1994

 


Amnistía Internacional Venezuela realizó una emisión en directo titulada “Genocidio Crimen de Crímenes” para conmemorar el Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio en Rwanda. Contó con la participación de Daniela Suarez, coordinadora en el Comité de Víctimas de la Corte Penal Internacional y con Fernando Fernández, director de Monitor de Derechos Humanos.

Fernández inició destacando que se cumplen 30 años de la matanza en Rwanda, por lo que hay que facilitar y difundir toda la información posible al respecto para que no pase nada parecido de nuevo.

Comentó que Venezuela es signataria de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, pero no ha desarrollado el tipo penal, por lo que los grupos nacionales, étnicos y religiosos no tienen tutela penal sobre este tipo de casos. “Venezuela debe legislar en esta materia”, sentenció.

“El crimen de genocidio es el crimen de todos los crímenes, es la variante punible más grave e importante en el ámbito internacional” sentenció Fernández. También aclaró que no es porque los demás no sean graves, sino porque este es el peor de todos, ya que implica matar a alguien por lo que es y por lo que no puede cambiar, como la raza, etnia y religión.

Enfatizó que lo primero que destaca el estatuto para la creación del Tribunal Ad Hoc de Rwanda es una tipología que dice “por genocidio se entenderá cualquiera de los actos  perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal”. 

Es muy importante la definición de la intencionalidad o, en este caso, de la mala intencionalidad con ese fin en específico, pues las conductas que estipula el estatuto son la “matanza de miembros del grupo”, refiriéndose a que no hay un número predeterminado de miembros, podrían ser muchos o pocos y en el caso de Rwanda está entre 500 mil y un millón de personas. Otro punto a considerar es la intención de “producir lesiones graves a la integridad de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones que destruirían su condición física, imposición de medidas que impidan el nacimiento de miembros del grupo”.

Comentó que es muy importante tomar en cuenta que fue colonia de Alemania y de Bélgica, pues ese proceso de coloniaje acentuó las rivalidades ancestrales, por ejemplo, las disputas por el territorio, tierras o ganado. Lo más importante es la diferencia fisonómica entre los hutus y los tutsis, esto conllevó a que, durante el dominio belga, se creara un sistema de castas, por sus diferencias hubo mucha discriminación y se creó una especie de carnet de identidad con foto incluida, ese elemento exacerbó el resentimiento.

Los hutus gobernaban a los tutsis pese a que los primeros fueran minoría, eso generó un primer elemento de resentimiento, pero la diferenciación étnica fue la gota que derramó el vaso. En 1994 mataron al presidente de Rwanda, de etnia hutu, e inculparon a los tutsis pese a que hay teorías de que fue un grupo radical de los propios hutus, este señalamiento desencadenó todo.

Destacó también el tratamiento de este suceso en los medios, pues se referían a los tutsis como “cucarachas que tenían que aplastar y por su altura les llamaban árboles, decían que tenían que cortarles la copa, haciendo referencia a decapitarlos”.

“El genocidio se ha convertido en el tema más importante y delicado en el derecho penal internacional”, indicó. Recientemente se aprobó la Convención de Liubliana-La Haya, con ella se aspira a que los Estados se pongan de acuerdo en los mecanismos de persecución de estos crímenes, pues no solo se requiere cooperación de la Corte Penal Internacional sino entre los propios países para poder prevenir, educar y reprimir este tipo de hechos.

Por su parte, Suarez comentó que la primera referencia que se tiene de la palabra “genocidio” en el marco de un proceso penal internacional data de 1945 y se lleva acabo en el Tribunal Penal Internacional de Nuremberg, es decir, en el proceso seguido contra criminales nazi, aunque ninguno fue condenado por este crimen porque el tribunal no tenía competencia para conocer del crimen de genocidio, lo que sirvió de precedente para que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptase la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.

Esta convención es  tan importante para la justicia penal internacional que la definición de genocidio antes mencionada ha sido reproducida por otros estatutos de tribunales ad hoc, incluyendo el de Rwanda e incluso la Corte Penal Internacional.

Recalcó que el crimen de genocidio está consagrado como una norma de Us Cohens internacional, es decir, no admite prueba en contrario y genera una obligación para todos los estados de no cometer ningún acto relacionado con el genocidio.

Suarez, para ilustrar esto, se refirió a la condena de Jean Paul Akayesu, un alcalde de la ciudad ruandesa de Taba, pues era la primera vez que un tribunal penal internacional condenaba a una persona por crimen de genocidio, además sentó un precedente de violencia sexual como parte integral de lo que se puede cometer en el marco de un genocidio y de la responsabilidad que tienen los superiores al momento de enfrentar estos crímenes.

Durante su mandato, entre 1994 a 1995, fueron asesinados al menos 2000 tutsis a mano de las autoridades del Estado de formas inhumanas, con mutilación con machetes en vías públicas, las mujeres fueron víctimas de violación y de otras formas brutales de violencia sexual.

El último caso que nombró es conocido como el caso de “Los medios" porque incluye al cofundador y al director ejecutivo de una radio muy popular en ese momento, la radio de las mil colinas, junto al editor de una revista llamada Cangura. Ambos medios estaban tomadas por grupos extremistas que utilizaron la difusión masiva para convocar a la población a atentar contra los tutsis, e incluso daban órdenes directas de cómo debían ser las matanzas.

Suarez agregó que por esto la responsabilidad de los particulares, y no tanto de los funcionarios públicos, fue tan relevante y sea una advertencia para nosotros del papel decisivo que puede jugar en la comisión de crímenes internacionales.

Concluyó advirtiendo que el genocidio sigue sucediendo pero ya no pasa desapercibido, como es el caso de Darfour y el ex presidente Omar Al Bashir, conocido como “El Carnicero de Darfour”, quien estuvo en el poder 30 años. No obstante enfatizó que en el 2009 la CPI emitió orden de arresto contra Omar Al Bashir, lo que lo convirtió en el primer presidente en ejercicio contra quien la Corte Penal Internacional emitió unas órdenes de arresto y además fue la primera persona procesada por crimen de genocidio ante este tribunal.


Mira la emisión completa aquí: https://www.youtube.com/watch?v=iqiMBVEOLmA