Viernes, 22 de septiembre, 2023
Dos activistas chinos cuyo juicio comienza el viernes se enfrentan a largas penas de prisión sólo porque las autoridades pekinesas temen su activismo pacífico, según ha manifestado hoy Amnistía Internacional al sumarse a decenas de grupos de la sociedad civil que exigen su puesta en libertad.
La activista china del movimiento #MeToo Sophia Huang Xueqin y el activista laboral Wang Jianbing están acusados de “incitar a la subversión del poder del Estado” y se enfrentan a penas de hasta cinco años de prisión, que podrían ser más largas si se los considerase “cabecillas”. Antes de su juicio en la ciudad de Guangzhou, en el suroccidente de China, 32 ONG emitieron una declaración conjunta exigiendo la retirada de los cargos que pesan contra ellos.
“Sophia Huang Xueqin y Wang Jianbing representan la valiente oleada de jóvenes activistas chinos que han conectado con un público al que le preocupan las cuestiones sociales. Han sido atacados por su activismo pacífico en favor de los derechos laborales y de las mujeres por un gobierno que teme a la disidencia organizada”, manifestó Sarah Brooks, directora regional adjunta para de Amnistía Internacional para China.
“Estos cargos infundados están motivados exclusivamente por el inquebrantable empeño de las autoridades chinas por silenciar las voces críticas. Pero, en China, el activismo se niega a ser silenciado pese a los graves riesgos que acarrea pronunciarse sobre determinadas cuestiones ’delicadas’.”
Sophia Huang Xueqin es una periodista que ha participado en varias campañas del movimiento #MeToo para proporcionar apoyo y asistencia a sobrevivientes de agresión sexual y acoso sexual. Wang Jianbing ha proporcionado asesoramiento jurídico a personas con discapacidad y a trabajadores y trabajadoras con enfermedades profesionales. También es un destacado simpatizante del movimiento #MeToo en China.
El movimiento #MeToo ha ayudado a las personas sobrevivientes de violencia sexual a empoderarse en todo el mundo. Pero, en China, a este activismo se le responde con detenciones.
Sarah Brooks, Amnistía Internacional
La pareja fue detenida en la ciudad de Guangzhou el 19 de septiembre de 2021, víspera del día en que Huang iba a salir de China rumbo a Reino Unido para estudiar una maestría.
Desde su detención, no se les ha permitido a ninguno de los dos ver a sus familias. Mientras tanto, la policía ha citado a decenas de sus amistades, cuyos domicilios han registrado y a quienes han confiscado aparatos. Se cree que Sophie Huang Xueqin ha sido sometida a malos tratos bajo custodia que le han provocado un acusado deterioro de la salud.
“El movimiento #MeToo ha ayudado a las personas sobrevivientes de violencia sexual a empoderarse en todo el mundo. Pero, en China, a este activismo se le responde con detenciones, encausamientos y malos tratos. Este caso ilustra a la perfección el terrible estado de la libertad de expresión en el país y cómo impide a las mujeres el pleno ejercicio de sus derechos.”
En enero de 2023, Sophia Huang Xueqin y Wang Jianbing fueron trasladados al Centro de Detención Núm. 1 de Guangzhou, en espera de ser juzgados ante los tribunales. Se piensa que su detención guarda relación con su asistencia a las reuniones semanales con otros activistas que organizaba Wang Jianbing.
Las autoridades chinas utilizan sistemáticamente cargos relativos a la seguridad nacional con disposiciones muy imprecisas, como “subvertir el poder del Estado” e “incitar a la subversión del poder del Estado”, para procesar a activistas, intelectuales, periodistas, profesionales del derecho y personal de ONG.
El Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria determinó en 2022 que Wang Jianbing está detenido arbitrariamente y ha pedido reiteradamente a China que derogue el delito de “incitación a la subversión” o lo adapte a las normas internacionales.
En la declaración conjunta, los grupos piden la “liberación inmediata e incondicional” de Sophia Huang Xueqin y Wang Jianbing e instan a las autoridades chinas a “dejar de hostigar, detener y amenazar a otros defensores y defensoras de los derechos humanos”.
“A la espera de su liberación, las autoridades chinas deben respetar y proteger sus derechos bajo custodia, incluido el acceso regular y sin restricciones a su familia y a asistencia letrada de su elección; un tratamiento médico rápido, adecuado y necesario, y que no sean sometidos a tortura y otros malos tratos”, añade la declaración.
Otras ONG firmantes de la declaración conjunta son Reporteros sin Fronteras, Safeguard Defenders y la red de Defensores Chinos de los Derechos Humanos. La lista completa de entidades firmantes se encuentra aquí.