Martes, 06 de junio, 2023

En respuesta a la detención de cuatro personas por “intenciones sediciosas y alteración del orden público” en Hong Kong en vísperas del 34 aniversario de la represión de Tiananmen, Montse Ferrer, directora regional adjunta de Investigación de Amnistía Internacional, ha declarado:

“Una vez más, el gobierno de Hong Kong está utilizando cargos de ‘sedición’ de la época colonial para poder reprimir la libertad de expresión en su intento de que la gente no conmemore los terribles acontecimientos del 4 de junio de 1989.

“Pero el hecho de que hongkoneses y hongkonesas continúen conmemorando la represión de Tiananmen, a pesar de que cada vez es más peligroso hacerlo, pone en evidencia la futilidad de los intentos de las autoridades para imponer el silencio y la obediencia.

“La vergonzosa campaña del gobierno de Hong Kong para que la población deje de conmemorar este aniversario refleja la censura del gobierno central chino y es un insulto a la memoria de todas las personas asesinadas en la represión de Tiananmen.

“Todas las personas que han sido detenidas simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión deben quedar de inmediato en libertad, y la policía de Hong Kong debe abstenerse de actuar contra otras que intenten conmemorar pacíficamente este importante aniversario. Conmemorar la represión de Tiananmen no es un delito.”

Información complementaria

Ocho personas fueron detenidas cerca del parque Victoria de Hong Kong el sábado 3 de junio, según la policía por “mostrar artículos de protesta con textos sediciosos, entonar lemas y cometer actos ilegales”.

Dos de estas personas han quedado en libertad, pero las cuatro detenidas por “intenciones sediciosas y alteración del orden público” podrían ser condenadas hasta a dos años de cárcel.

Dos de las personas detenidas llevaban flores y sostenían en alto papeles con la frase: “Conmemoración personal, huelga de hambre durante 8964,34 segundos” (en referencia al año, la fecha y el aniversario de la represión). Otra era un artista que al parecer gritaba “¡No olviden el 4 de junio! ¡Gente de Hong Kong, no les tengan miedo!”

Desde 1990, cada año cientos de miles de personas participaban el 4 de junio en una vigilia con velas en el parque Victoria de Hong Kong para recordar a las víctimas de la represión de Tiananmen. Pedían a las autoridades chinas que dijeran la verdad de lo ocurrido y asumieran la responsabilidad por las muertes. En 2020 y 2021, la vigilia se prohibió, supuestamente por la COVID-19.

El año pasado, las autoridades cerraron algunas zonas del parque alegando posibles “actividades ilegales”. Este año el parque “no estaba disponible” por celebrarse en él un mercado al aire libre organizado por grupos afines a Pekín, incluidos los patrocinados por el jefe del Ejecutivo y por miembros y ex miembros de la Asamblea Popular Nacional de China.

La entidad organizadora de anteriores vigilias, la Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Patrióticos y Democráticos de China, se vio obligada a disolverse en septiembre de 2021 debido a la creciente presión que soportaba desde la entrada en vigor en junio de 2020 de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong. Varias de sus figuras destacadas, como la abogada de derechos humanos Chow Hang-tung, han sido procesadas por “incitar a la subversión” por su activismo pacífico.

La Alianza es una de las muchas organizaciones de la sociedad civil y agrupaciones políticas destacadas que tuvieron que disolverse tras haber estado en el punto de mira de la policía de Hong Kong por motivos de seguridad nacional.

Cada año, en la vigilia de Hong Kong se escuchaba un mensaje grabado de las Madres de Tiananmen —familiares de las personas que murieron en la represión—, que aún intentan conseguir del gobierno el recuento completo de las víctimas mortales, una indemnización legítima y una investigación de la responsabilidad penal en los hechos.

El 4 de junio de 1989, cientos de personas —posiblemente miles— fueron asesinadas en la plaza de Tiananmen de Pekín y sus alrededores cuando el ejército chino abrió fuego contra estudiantes y trabajadores que reivindicaban pacíficamente la adopción de reformas políticas y económicas y el fin de la corrupción. En la posterior campaña de represión se detuvo a decenas de miles de personas en toda China. Muchas fueron acusadas de delitos contrarrevolucionarios y condenadas a largas penas de cárcel tras juicios sin garantías.

A partir de 1989 ha sido habitual que se detenga y se acuse de “subversión” o de “provocar peleas” a activistas de China continental que conmemoran a las personas asesinadas, piden la libertad de presos o critican la actuación del gobierno durante la represión de Tiananmen.

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