Jueves, 01 de septiembre, 2022
Desde abril, las restricciones cada vez más estrictas de los huzíes impiden que las mujeres yemeníes lleven a cabo su trabajo, sobre todo a las que necesitan viajar
Las autoridades de facto huzíes deben poner fin a su requisito del mahram (tutor masculino), que impide que las mujeres viajen sin un tutor varón o prueba de su aprobación por escrito en las gobernaciones bajo control huzí o a otras zonas de Yemen, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Desde abril, las restricciones cada vez más estrictas de los huzíes impiden que las mujeres yemeníes lleven a cabo su trabajo, sobre todo a las que necesitan viajar. Las restricciones impuestas por el requisito del mahram también son aplicables a las trabajadoras humanitarias yemeníes que se esfuerzan por realizar trabajo de campo, lo que incide directamente en el acceso a ayuda humanitaria de la población yemení que la necesita, y especialmente las mujeres y niñas.
“Las autoridades de facto huzíes deben levantar con carácter inmediato el requisito del mahram. Esta norma restrictiva constituye una forma de discriminación por motivos de género y afianza la discriminación que sufren a diario las mujeres en Yemen. Las mujeres yemeníes necesitan con urgencia poder desplazarse libremente por el país para trabajar, recibir atención de la salud y prestar o recibir ayuda humanitaria”, ha afirmado Diana Semaan, directora adjunta en funciones para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“La comunidad internacional debe presionar a los huzíes para que dejen de imponer a las mujeres las restricciones asociadas al mahram. Yemen se enfrenta ya a una crisis humanitaria catastrófica, y existe el riesgo muy real de que las mujeres y niñas dejen de recibir ayuda si continúa la prohibición de que el personal femenino de ayuda humanitaria viaje sin un tutor masculino.”
En virtud del derecho internacional humanitario, todas las partes en el conflicto armado de Yemen, incluidos los huzíes, deben facilitar el tránsito rápido y sin trabas de asistencia humanitaria imparcial a civiles que lo necesiten y garantizar la libertad de circulación del personal de asistencia humanitaria sin discriminación. Las restricciones asociadas al mahram son contrarias a esta obligación.
Los huzíes están aplicando el requisito de tener un mahram, que no forma parte de la legislación yemení, mediante directrices verbales. Desde abril, las autoridades de facto huzíes insisten cada vez más en el requisito del mahram para restringir la circulación de mujeres en las zonas que controlan en el norte de Yemen, incluidas las gobernaciones de Saada, Dhamar, Hudaida y Hajjah y la ciudad de Saná.
Esta norma restrictiva constituye una forma de discriminación por motivos de género y afianza la discriminación que sufren a diario las mujeres en Yemen.
Diana Semaan, Amnistía Internacional
Amnistía Internacional entrevistó a cinco mujeres activistas y miembros de organizaciones locales, todas las cuales tuvieron que cumplir el requisito de tener un mahram cuando intentaron viajar para trabajar entre abril y agosto, y a siete personas expertas y conocedoras de los efectos de las restricciones asociadas al mahram en la prestación de ayuda humanitaria.
“Nos están ahogando”
A principios de agosto, varias empresas de alquiler de automóviles dijeron a Afrah*, de 36 años, que no podía alquilar un vehículo para viajar de Saná a la gobernación de Adén para trabajar si no viajaba con un tutor varón.
“Mi esposo tuvo que pedir permiso en su trabajo, y tuve que sacar a mi hija de su escuela para poder cumplir el requisito de tener un mahram y poder viajar a Adén para hacer mi trabajo”, dijo a Amnistía Internacional. “Tuvimos que presentar a las autoridades copias de nuestros documentos de identidad, el libro de familia que demuestra que estamos casados, y un certificado de nacimiento de mi hija para poder alquilar un auto y viajar.
“Las restricciones asociadas al mahram otorgan a los hombres más control sobre nuestras vidas y les permiten gestionar al detalle nuestros movimientos y actividades. Nos están ahogando.”
A Noura*, de 48 años, le dijeron que no podía alquilar un automóvil para viajar por varias gobernaciones en julio si no presentaba la aprobación por escrito de su hermano menor.
“Mi hermano, que se supone que es mi mahram, tiene 10 menos que yo”, dijo a Amnistía Internacional. “Cuando me entregó su nota de aprobación por escrito, me pidió disculpas por tener que hacer esto por mí.”
Cuando Eman*, de 35 años, viajaba en un auto de alquiler de Saná a la gobernación de Adén en abril, la retuvieron en un control de seguridad en Saná durante seis horas. A pesar de presentar la aprobación por escrito de su mahram, el agente del puesto de control la hostigó verbalmente y la amenazó con agredirla físicamente si salía del vehículo.
Esto es lo que contó a Amnistía Internacional: “El hombre encargado del puesto de control me gritaba. Dijo: ‘¿Dónde está tu mahram? ¿No te da vergüenza viajar sola? ¿Cómo te han dejado tus padres?’ […] Luego agarró todos mis documento y mi bolso y me preguntó adónde iba y si trabajaba para una ONG […]. Dijo: ‘No dejaré que te vayas sin problemas’.”
Obstáculos para el acceso de personal de ayuda humanitaria
Según siete personas expertas que conocen la situación humanitaria y de acuerdo con un informe reciente de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas sobre acceso humanitario en Yemen, el requisito del mahram se generalizó en las zonas controladas por los huzíes en el segundo trimestre de 2022, lo que complicó sobremanera los viajes de personal nacional femenino para todos los organismos humanitarios y dio lugar a reiteradas cancelaciones de entregas de ayuda humanitaria.
Las personas expertas dijeron a Amnistía Internacional que las trabajadoras de ayuda humanitaria que no tienen un mahram a efectos de viajar tienen cada vez más dificultades para llevar a cabo su trabajo. Esta realidad ha limitado especialmente el acceso de las mujeres y niñas a ayuda humanitaria que necesitan con urgencia y a servicios de atención de la salud que sólo prestan trabajadoras de ayuda humanitaria. Estas personas añadieron que las restricciones asociadas al mahram podrían dar lugar a que las trabajadoras de ayuda humanitaria abandonen sus puestos en las organizaciones humanitarias y en consecuencia se esfuercen por apoyar a sus familias.
Una de estas personas expertas dijo a Amnistía Internacional: “El requisito del mahram obstaculiza la capacidad de las organizaciones de ayuda humanitaria para acceder a todas las partes de la comunidad y del país para prestar ayuda de formar oportuna, y esto afecta a toda la programación humanitaria, que exige que las trabajadoras de ayuda humanitaria trabajen en estrecho contacto con las mujeres y las niñas. Si el personal femenino no puede acceder a diferentes partes del país, no sólo impide que puedan hacer su trabajo del que pueden depender vidas, sino que afecta negativamente a la calidad de la respuesta humanitaria.”
Una segunda persona experta añadió: “El requisito del mahram afecta no sólo a los programas de protección sino también a los programas de atención de la salud en general y de salud reproductiva, y a cualquier asistencia humanitaria que requiera que personal femenino local esté presente y preste ayuda humanitaria a mujeres y niñas.”
Información complementaria
Según la organización de derechos humanos local Mwatana for Human Rights, las restricciones impuestas por los huzíes a las mujeres son cada vez más represivas desde 2017. A las mujeres y las niñas se les niega la atención de la salud reproductiva, se les prohíbe trabajar en algunas gobernaciones, se les impone la segregación por géneros en los espacios públicos y se les exige que cumplan las restricciones relativas al mahram.
* Se han cambiado los nombres para proteger la identidad de las personas.