Jueves, 09 de septiembre, 2021
La comunidad internacional debe hacer todo lo posible para presionar al gobierno de Alexander Lukashenko para que detenga la salvaje represión de la sociedad civil y la disidencia en el país
La sentencia dictada hoy contra Maryia Kalesnikava, el rostro de las protestas pacíficas de 2020 en Bielorrusia, y su estrecho colaborador Maksim Znak, condenados a 11 y 10 años de cárcel respectivamente, es un desastre para la libertad de expresión en Bielorrusia, ha afirmado Bruce Millar, director adjunto para Europa Oriental y Asia Central de Amnistía Internacional.
“Con el procesamiento y condena a prisión de Maryia Kalesnikava y Maksim Znak, las autoridades quieren acabar con las esperanzas de los millones de personas a quienes ambos daban voz, una generación de bielorrusos y bielorrusas que aspiran a un cambio pacífico y a que se respeten los derechos humanos. Estas dos personas valientes tendrán ahora que pasar buena parte de su vida en prisión por hacer frente a Alexander Lukashenko y las fuerzas represivas de su gobierno.
“Nadie olvidará la valiente decisión de Maryia de quedarse en Bielorrusia a pesar de la amenaza de ser condenada a una larga pena de cárcel, como ha sucedido. Su inquebrantable fe en la libertad de expresión y la dignidad humana ha sido una luz de esperanza para personas de todo el mundo. Lo que simbolizan y defienden Maryia y Maksim sobrevivirá a cualquier cosa que hagan las autoridades contra ellos.
“No obstante, esta injusticia debe repararse. Pedimos la libertad inmediata de Maryia Kalesnikava, Maksim Znak y cientos de personas más que han sido detenidas en Bielorrusia sólo por ejercer sus derechos humanos. La comunidad internacional debe hacer todo lo posible para presionar al gobierno de Alexander Lukashenko para que detenga la salvaje represión de la sociedad civil y la disidencia en el país.”
Información complementaria
Cientos de miles de personas se echaron a la calle en toda Bielorrusia para protestar por los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto de 2020, ampliamente cuestionados. El presidente en ejercicio, Alexander Lukashenko, reclamaba una victoria arrolladora, mientras Svyatlana Tsikhanouskaya –actualmente en el exilio– surgía como popular candidata para el voto de oposición. Maryia Kalesnikava fue su más cercana colaboradora durante la campaña electoral, y dirigente informal de las protestas pacíficas que siguieron.
Maryia Kalesnikava fue secuestrada en Minsk el 7 de septiembre de 2020 por hombres vestidos de civil, trasladada a la frontera con Ucrania y conminada a salir del país. Ella se negó y, desafiante, rompió su pasaporte. Ante esto, las autoridades bielorrusas presentaron cargos falsos contra ella y contra Maksim Znak, arrestado dos días después.
El 6 de septiembre de 2021, el Tribunal Regional de Minsk condenó a Maryia Kalesnikava y a Maksim Znak, miembros del Consejo de Coordinación de la oposición y colaboradores del candidato presidencial encarcelado, Viktar Babaryka, a 11 y 10 años de cárcel, respectivamente. Su juicio, que comenzó el 4 de agosto, fue rápido y a puerta cerrada, y todas las actuaciones y el expediente de la causa, secretos. Todas las personas que participaron en el juicio, incluidos los abogados, tuvieron que firmar un compromiso de confidencialidad. Está muy claro que ni Maryia Kalesnikava ni Maksim Znak han cometido ningún delito reconocible, y ambos han sostenido firmemente su inocencia. Kalesnikava y Znak fueron declarados culpables de “conspiración para tomar el poder por medios inconstitucionales” (artículo 357.1 del Código Penal), “creación y dirección de organización extremista” (artículo 361-1.1) y “llamamientos a realizar actos con el objetivo de perjudicar la seguridad nacional” (artículo 361.3) utilizando Internet y los medios de comunicación.