Viernes, 27 de agosto, 2021
Amnistía Internacional pide la creación de un mecanismo de la ONU fuerte e independiente cuyo mandato sea documentar, recoger y conservar pruebas de los crímenes de derecho internacional y otras graves violaciones de derechos humanos que se están cometiendo en todo Afganistán
Los talibanes y la comunidad internacional deben acordar urgentemente la ampliación del plazo para las evacuaciones de Afganistán, que termina el 31 de agosto, lo que ayudaría a proteger a miles de afganos y afganas que cada vez corren más peligro de sufrir ataques de represalia, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
El presidente de Estados Unidos Joe Biden ha declarado que la salida de las tropas estadounidenses terminará en cinco días según lo previsto, a pesar de los llamamientos para que la retirada se retrase en vista de los informes que indican la intensificación de las amenazas de los talibanes contra defensores y defensoras de los derechos humanos, mujeres y niñas, minorías étnicas y religiosas, miembros de órganos legislativos y periodistas.
En una reciente investigación sobre el terreno, Amnistía Internacional reveló que nueve hombres de etnia hazara habían sido torturados y asesinados el mes pasado por los talibanes en la provincia de Ghazni.
“Amnistía Internacional sabe muy bien la terrible experiencia que están viviendo todas las personas que intentan huir desesperadamente de Afganistán por aire o por tierra para ponerse a salvo”, dijo Agnès Callamard.
“Es preciso que se haga todo lo posible para evacuar en condiciones de seguridad a los afganos y afganas que temen sufrir ataques de represalia de los talibanes y tienen que salir del país. Fallarles sería una traición imperdonable.
“La comunidad internacional debe ampliar el plazo de las evacuaciones y asegurarse de que quienes desean salir de Afganistán pueden hacerlo en condiciones de seguridad. Esto significa garantizar que pueden tomar aviones y suspender los requisitos de visado para las personas que están en situación de mayor peligro, más aún teniendo en cuenta que siguen llegando informes sobre abusos, secuestros selectivos y asesinatos a manos de los talibanes.”
Miles de afganos y afganas siguen llegando al aeropuerto internacional Hamid Karzai intentando desesperadamente embarcar en los vuelos de evacuación. Muchas de estas personas deben atravesar los controles talibanes para llegar a las puertas del aeropuerto. Asciende a 20 el número de personas que han perdido la vida intentando acceder al aeropuerto, aplastadas en las aglomeraciones de entrada o víctimas de disparos al aire efectuados por el ejército estadounidense y los talibanes para controlar a la multitud.
Esta semana, los talibanes afirmaron que no acordarán una ampliación del plazo y no desean que los afganos y afganas salgan del país, lo cual incrementa los temores de que no cumplirán sus promesas de defender y garantizar el derecho internacional de los derechos humanos.
Aumentan las persecuciones, los asesinatos y los abusos
Con el aumento de los informes de abusos contra los derechos humanos se incrementa el temor de lo que puede ser el régimen talibán.
Desde el 25 de agosto ha habido informes de registros puerta a puerta de los talibanes en Kabul en busca de periodistas y defensores y defensoras de los derechos humanos. Según una de estas informaciones, los talibanes mataron a tiros a un familiar del periodista que buscaban e hirieron a otro al no poder localizarlo.
En la primera semana de su toma de la capital, Kabul, los talibanes garantizaron públicamente a las mujeres y a la comunidad internacional que se protegerían los derechos de las mujeres con arreglo a la sharia (ley islámica), pero unos días después dijeron a las periodistas que no acudieran a trabajar.
En julio, los talibanes secuestraron, maltrataron y mataron a Nazar Mohammed, popular humorista conocido como Khasha Zwan, y aunque en un primer momento lo negaron, más tarde confirmaron ser autores de su asesinato a sangre fría.
También se han documentado cientos de detenciones y secuestros en Spin Boldak (Kandahar) a manos de los talibanes.
Otro incidente fue la dispersión violenta por combatientes talibanes de afganos que hacían ondear la bandera nacional en el día de la independencia de Afganistán. En Jalalabad murieron al menos tres personas y varias resultaron heridas, lo cual hace temer por la libertad de expresión bajo el régimen talibán.
“Nuestras investigaciones sobre la matanza de la provincia de Ghazni demuestran que la capacidad de matar y torturar de los talibanes no ha disminuido”, ha afirmado Agnès Callamard.
“Los afganos y afganas huyen a costa de enormes sacrificios personales y riesgos para ellos y sus familias. Los países no deben utilizar estrategias de devolución, sino buscar la forma de apoyar a todas las personas que quieren salir de Afganistán.”
Según informan los medios de comunicación, miles de afganos y afganas que huyen atravesando Irán en dirección a la frontera con Turquía se arriesgan a ser devueltos por la guardia de fronteras y la policía militar turcas. Mientras, Grecia ha levantado una valla de 40 kilómetros en su frontera con Turquía, preocupada por un aumento del número de migrantes procedentes de Afganistán.
Recomendaciones de Amnistía Internacional
Amnistía Internacional pide la creación de un mecanismo de la ONU fuerte e independiente cuyo mandato sea documentar, recoger y conservar pruebas de los crímenes de derecho internacional y otras graves violaciones de derechos humanos que se están cometiendo en todo Afganistán.
Además, los Estados miembros de la ONU deben aprobar con carácter de urgencia una resolución en el Consejo de Seguridad para pedir a los talibanes que respeten el derecho internacional de los derechos humanos y garanticen la protección frente a represalias de las personas que corren mayor peligro en Afganistán, como defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y lideresas.
Amnistía Internacional pide asimismo que se suspendan de inmediato las devoluciones y expulsiones de afganos y afganas.
Información complementaria
El 19 de agosto, Amnistía Internacional publicó una investigación que revelaba el asesinato de nueve hombres de etnia hazara en la provincia de Ghazni entre el 4 y el 6 de julio. Seis de los hombres murieron por disparos y los otros tres, por torturas; a uno de ellos lo estrangularon con su propio pañuelo y le habían rebanado los músculos del brazo.