Martes, 08 de septiembre, 2020
Reino Unido debe cumplir las obligaciones que ha contraído en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, que prohíbe el traslado de personas a un país donde sufrirían violaciones graves de derechos humanos
Las autoridades estadounidenses deben retirar todos los cargos formulados contra Julian Assange en relación con sus publicaciones y las autoridades británicas deben rechazar la correspondiente solicitud de extradición de Estados Unidos. Así se ha manifestado Amnistía Internacional en vísperas de la vista sobre su extradición, que se reanudará el lunes y previsiblemente se prolongará durante varias semanas.
En ella se decidirá la solicitud de la administración Trump de extraditar a Julian Assange a Estados Unidos, donde podría ser condenado a un máximo de 175 años de prisión por publicar materiales que documentan posibles crímenes de guerra cometidos por las fuerzas armadas estadounidenses.
“Esta vista es el más reciente y preocupante asalto del ataque en toda regla lanzado contra el derecho a la libertad de expresión. El enjuiciamiento de Julian Assange, si se produce, podría tener un efecto disuasorio para la libertad de prensa y hacer que editores y periodistas se autocensuren por miedo a las represalias”, dijo Nils Muižnieks, director de Amnistía Internacional para Europa.
“La extradición de Julian Assange tendría amplias consecuencias para los derechos humanos, al sentar un precedente disuasorio para la protección de quienes publican información clasificada de interés público.”
La solicitud de extradición de Estados Unidos se basa en una serie de cargos derivados directamente de la publicación de documentos clasificados como parte del trabajo periodístico de Assange con Wikileaks. La publicación de este tipo de información es una piedra angular de la libertad de prensa y del derecho de la ciudadanía a acceder a información de interés público, y debe protegerse y no criminalizarse.
En Estados Unidos, Julian Assange podría ser juzgado por 18 delitos, 17 de ellos en aplicación de la Ley de Espionaje y uno en virtud de la Ley de Abuso y Fraude Informático. También correría un riesgo real de sufrir violaciones graves de derechos humanos, como condiciones de reclusión que podrían constituir tortura y otros malos tratos, entre ellas la reclusión prolongada en régimen de aislamiento. Julian Assange es el primer editor que se enfrenta a un enjuiciamiento en aplicación de la Ley de Espionaje.
El hecho de que Assange haya sido blanco de una campaña pública negativa de autoridades estadounidenses del máximo nivel menoscaba su derecho a la presunción de inocencia y lo pone en peligro de ser sometido a un juicio injusto.
“Reino Unido debe cumplir las obligaciones que ha contraído en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, que prohíbe el traslado de personas a un país donde sufrirían violaciones graves de derechos humanos.”
La vista comenzará en el Old Bailey, Londres, el 7 de septiembre por la mañana (a las 9.30, hora de Reino Unido). Stefan Simanowitz estará fuera de la sala junto con una persona que ejercerá de portavoz de Amnistía Internacional. Sigan a @StefSimanowitz para recibir sus actualizaciones y análisis.
Amnistía contará con observadores/as judiciales que monitorearán a distancia toda la serie de vistas. Durante la primera semana, el observador será Sebastian Elgueta (@sebelgueta), abogado que tiene derecho exclusivo a actuar ante los tribunales superiores radicado en Reino Unido.
Información complementaria
A Amnistía Internacional le preocupa también el bienestar físico y mental de Julian Assange, sobre todo debido a la propagación de la COVID-19.
En las prisiones y centros de detención de Reino Unido, las condiciones son precarias. Es esencial que se establezcan protocolos de salud y seguridad para reducir el riesgo de contraer la COVID-19, a la vez que se garantiza la protección de los derechos de las personas detenidas y presas. Se deberá plantear la posibilidad de excarcelar bajo fianza o poner en libertad a las personas detenidas o presas que tienen problemas médicos graves preexistentes y corren un riesgo especial de contraer la infección.
Consulten aquí la declaración de Amnistía Internacional sobre las condiciones de reclusión de Assange.