Martes, 14 de julio, 2020
Hoy se desvanece la esperanza de que surtan efecto los últimos esfuerzos desesperados de Mohamed Ramadhan y Hussain Moosa para obtener un mínimo de justicia en Bahréin, pues el Tribunal de Casación ha confirmado la pena de muerte impuesta a ambos a pesar de las pruebas de que fueron torturados durante el interrogatorio.
Los hombres fueron declarados culpables de matar a un policía en 2014 tras un juicio manifiestamente injusto. La sentencia final en la que se los condenó a muerte en 2015 fue objeto de otro juicio después de que la Unidad Especial de Investigaciones del Ministerio de Sanidad presentara unos informes médicos que acreditaban que los hombres habían sido torturados. Ambos hombres han agotado ya todos los recursos previstos en el sistema judicial. Ante la sentencia de hoy, Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional sobre Oriente Medio, ha afirmado:
“El poder judicial de Bahréin ha decidido ignorar descaradamente las pruebas judiciales de tortura en la causa de Mohamed Ramadhan y Hussain Moosa a pesar de las reiteradas violaciones de su derecho a un juicio justo desde que fueron detenidos hace más de seis años.
“Pedimos a las autoridades bahreiníes que anulen de inmediato estas sentencias condenatorias y condenas a muerte. En lugar de condenar a muerte a las víctimas de este juicio irreparablemente irregular, deben exigir cuentas a los responsables de su tortura y garantizar que los procesados reciben una reparación, rehabilitación y garantías blindadas de no repetición.
“La pena de muerte es abominable en todas las circunstancias y no debe emplearse nunca”.
Información complementaria
Las fuerzas de seguridad detuvieron a Hussain Ali Moosa Hasan Mohamed, empleado de un hotel, el 21 de febrero de 2014. Mohamed Ramadhan Issa Ali Hussain fue detenido el 20 de marzo de 2014 en el aeropuerto internacional de Bahréin, donde trabajaba como miembro del personal de seguridad.
Ambos fueron llevados al Departamento de Criminalística, donde los torturaron durante su interrogatorio. Mohamed Ramadhan se negó a firmar una “confesión”, a pesar de que había sido sometido a palizas y a electrocución. Hussain Ali Moosa dijo que lo habían obligado a “confesar” y a incriminar a Mohamed Ramadhan tras haber estado varios días colgado de las extremidades y sometido a palizas.
El 29 de diciembre de 2014, un tribunal penal los condenó a muerte por el homicidio de un policía que murió al explotar una bomba en Al Deir, pueblo situado al noreste de Manama, el 14 de febrero de 2014.
El Tribunal Penal Superior de Apelación confirmó la sentencia y las condenas a muerte el 27 de marzo de 2015, y el Tribunal de Casación las ratificó el 16 de noviembre de 2015.
En marzo de 2018, la Unidad de Investigaciones Especiales presentó informes médicos de facultativos adscritos al Ministerio del Interior que indicaban que ambos hombres habían sido sometidos a tortura y recomendaban una revisión del juicio. El 22 de octubre de 2018, el Tribunal de Casación suspendió las condenas a muerte y ordenó que un grupo nuevo grupo de jueces del Tribunal Penal Superior de Apelación reexaminara la causa.
El 8 de enero de 2020, el Tribunal Penal Superior de Apelación de Bahréin restableció las condenas a muerte impuesta a Mohamed Ramadhan y Hussain Moosa.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución.