Jueves, 30 de abril, 2020
El escritor kazajo Nagyz Muhammed fue detenido en marzo de 2018 en Sinkiang (China) tras su última visita a Kazajistán. Según pudo enterarse su familia por fuentes no oficiales, había sido acusado de “separatismo” y condenado a siete años de cárcel en un juicio secreto por reunirse a cenar con unas amistades el Día de la Independencia de Kazajistán hace aproximadamente 10 años. Durante más de dos años no ha habido contacto alguno con él y, sin ninguna información oficial sobre su paradero ni sobre el presunto juicio en el que supuestamente fue condenado, su bienestar suscita mucha preocupación.
Actúen: Redacten su propio llamamiento o utilicen la siguiente carta modelo
Director Wang Jiang
Prison Administration Bureau of Xinjiang Uyghur Autonomous Region
No 380, Huanghe lu, Urumqi
830000, Xinjiang Uyghur Autonomous Region
República Popular China
Señor Director Wang:
Le escribo para expresarle mi preocupación por Nagyz Muhammed, kazajo que trabajaba como escritor en el Departamento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la prefectura de Altay (Sinkiang), y miembro de la Asociación de Escritores de Sinkiang.
A comienzos de 2018, Nagyz Muhammed viajó a Almaty (Kazajistán), donde se hospedó en casa de unos familiares tras someterse a una cirugía de corazón en Urumqi. En marzo de 2018, un compañero en China le pidió que regresara al trabajo urgentemente. Ese mismo mes regresó a Altay, donde la policía lo citó para que se presentara en la comisaría local y lo interrogó sobre su última visita a Kazajistán. Desde entonces no se ha tenido contacto con él.
En diciembre de 2018, a su familia le llegó la noticia de que la salud de Nagyz Muhammed se había deteriorado tanto —al parecer a consecuencia de la tortura durante un interrogatorio— que lo habían enviado a un centro de “transformación mediante la educación”. Por esa misma fuente su familia supo, en la primera mitad de 2019, que lo habían mandado a un centro de detención cuando su salud mejoró.
Resulta preocupante que, tras casi un año de incertidumbre, la familia de Nagyz Muhammed no haya recibido notificación oficial sobre su arresto hasta comienzos de 2019. Desde entonces no se ha facilitado más información oficial.
En abril de 2020, la familia se enteró de que a Nagyz Muhammed lo habían declarado culpable de “separatismo” y condenado a siete años de cárcel por reunirse a cenar con unas amistades el Día de la Independencia de Kazajistán diez años antes. Me preocupan mucho los informes según los cuales el juicio se celebró en secreto y a Nagyz Muhammed no se le permitió acceder a asistencia letrada de su elección.
Al no haber información sobre su estado ni sobre su paradero en la actualidad, me preocupa mucho su bienestar, especialmente por los informes de que en 2018 fue torturado.
Le pido que:
- Revele el paradero de Nagyz Muhammed, le permita acceder a su familia y a asistencia letrada de su elección y garantice que no es sometido a tortura y otros malos tratos;
- Ponga inmediatamente en libertad sin condiciones a Nagyz Muhammed, salvo que haya suficientes pruebas creíbles y admisibles de que ha cometido un delito reconocido internacionalmente y se le garantice un juicio justo con arreglo a las normas internacionales.
Atentamente,
[NOMBRE]
Información complementaria
Nagyz Muhammed, ciudadano chino de etnia kazaja y miembro de la Asociación de Escritores de Sinkiang, trabajaba como escritor en el Departamento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la prefectura de Altay de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, en el noroeste de China. Ha publicado dos libros de poesía. Su familia se trasladó a Kazajistán en 2012 en busca de mejores oportunidades educativas. Desde entonces, Nagyz Muhammed había viajado a Kazajistán muchas veces para visitar a sus familiares.
Sinkiang es una de las regiones de China donde hay más diversidad étnica. Más de la mitad de sus 22 millones de habitantes pertenecen a etnias mayoritariamente túrquicas y con predominio musulmán, como la uigur (unos 11,3 millones de personas), la kazaja (unos 1,6 millones de personas) y otras, cuyos idiomas, culturas y formas de vida son claramente diferentes de los de la etnia han, mayoritaria en la China “interior”.
Las noticias aparecidas en los medios de comunicación han mostrado la magnitud de las nuevas medidas draconianas de seguridad que se han aplicado desde que el nuevo secretario del partido en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, Chen Quanguo, llegó al poder en 2016. En octubre de 2016 hubo numerosos informes sobre la confiscación de pasaportes uigures por las autoridades de la región, que trataban de recortar más su libertad de circulación. En marzo de 2017, el gobierno de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang promulgó la “Normativa sobre Desradicalización”, que describe y prohíbe una amplia variedad de conductas calificadas de “radicales”, tales como “difundir el pensamiento radical”, desacreditar o negarse a oír o ver programas de la radio y la televisión estatales, llevar burka, llevar una barba “extraña”, resistirse a las políticas nacionales y publicar, descargar, almacenar o leer artículos, publicaciones o material audiovisual de “contenido radical”. Esta normativa también establece un “sistema de responsabilidad” de los cuadros oficiales respecto a la labor de “desradicalización”, así como la revisión anual de su desempeño.
Se calcula que hasta un millón de personas uigures, kazajas o de otras etnias predominantemente musulmanas se hallan recluidas en centros de “transformación mediante la educación”. Las autoridades chinas negaron la existencia de estos centros hasta octubre de 2018, cuando reconocieron que existían, aunque describiéndolos como centros voluntarios y gratuitos de “formación profesional” cuyo objetivo, según afirman, es proporcionar a la gente una formación técnica y profesional que le permita encontrar trabajo y llegar a ser ciudadanos y ciudadanas “útiles”. Sin embargo, la explicación de China contradice los informes de palizas, privación de alimentos y reclusión en régimen de aislamiento que han dado a Amnistía Internacional personas que han estado detenidas en estos centros.
China ha rechazado las peticiones de la comunidad internacional, incluida Amnistía, para que permita el acceso sin trabas a Sinkiang de expertos independientes, y en cambio ha hecho esfuerzos para silenciar las críticas invitando a delegaciones de diferentes países a visitar la región en recorridos cuidadosamente organizados y estrechamente supervisados.
Pueden escribir llamamientos en: Chino e inglés
También pueden escribir en su propio idioma.
Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 8 de junio de 2020
Consulten con la oficina de Amnistía en su país si van a enviar llamamientos después de la fecha límite.
Nombre y género gramatical preferido: Nagyz Muhammed (masculino)