Viernes, 28 de febrero, 2020
“Este ataque constante a la libertad de expresión y reunión en Hong Kong sólo sirve para subrayar la necesidad urgente de una investigación independiente”, ha dicho Man-Kei Tam, director de Amnistía Internacional Hong Kong
En respuesta a la detención practicada hoy del magnate de los medios de comunicación Jimmy Lai y otros dos activistas en favor de la democracia en Hong Kong por cargos de “reunión ilegal” a causa de su participación en las protestas multitudinarias básicamente pacíficas celebradas el 31 de agosto de 2019, Man-Kei Tam, director de Amnistía Internacional Hong Kong, ha declarado:
“Estas injustificables detenciones son un intento descarado de acosar y silenciar a quienes participan en el movimiento hongkonés en favor de la democracia. Son detenciones que siguen el patrón de las autoridades de utilizar cargos de motivación política para reprimir las voces de oposición”.
“La gran mayoría de las personas que participaron en las protestas del 31 de agosto estaban ejerciendo su derecho de reunión pacífica. Las manifestaciones pacíficas no requieren autorización y, por tanto, no son ‘ilegales’, como afirman las autoridades de Hong Kong.”
“Ahora que este fin de semana los activistas se disponen a conmemorar los seis meses de las protestas del 31 de agosto, esta parece ser sencillamente la forma que tiene la policía de intimidar a cualquiera que planee participar.”
“Este ataque constante a la libertad de expresión y reunión en Hong Kong sólo sirve para subrayar la necesidad urgente de una investigación independiente sobre las tácticas de mano dura utilizadas por la policía contra los manifestantes desde el año pasado.”
Información complementaria
El viernes, la policía detuvo por “reunión ilegal” a Jimmy Lai, fundador del periódico en favor de la democracia Apple Daily, y a los políticos de oposición Lee Cheuk-yan y Yeung Sum.
La policía de Hong Kong había prohibido las protestas el 31 de agosto de 2019, pero cientos de miles de manifestantes pacíficos se echaron a la calle desafiando la prohibición.
A medida que transcurría la protesta, algunos manifestantes arrojaron ladrillos y cócteles molotov contra la policía. La policía, por primera vez, añadió tinte azul a los cañones de agua que utilizó como respuesta, para marcar indiscriminadamente a la gente e identificarla después. Esa misma tarde, la policía antidisturbios irrumpió en vagones de tren en la estación de metro de Prince Edward y golpeó a los pasajeros. Además, la policía realizó dos disparos de advertencia con munición real cerca de la bahía de Causeway.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU ha expresado reiteradamente su preocupación por que la aplicación del concepto de “reunión ilegal” a los manifestantes de Hong Kong amenaza con violar sus derechos humanos. Según cifras policiales, de junio a diciembre de 2019 la policía hongkonesa prohibió 47 de 537 solicitudes de procesiones o reuniones públicas.