Jueves, 09 de enero, 2020
En respuesta a la noticia de que un hombre fue ejecutado en Japón el jueves por la mañana, Arnold Fang, investigador sobre Asia oriental de Amnistía Internacional, ha declarado:
“La ejecución de hoy arroja una vergonzosa sombra negra sobre el historial de derechos humanos de Japón, y pone de relieve la escalofriante falta de respeto del derecho a la vida por parte del gobierno.”
“Antes de que empiece el año en que Japón será anfitrión de los Juegos Olímpicos, el país ha mostrado que va muy por detrás de la mayoría de sus homólogos. Más de un centenar de países de todo el mundo han abolido por completo la pena de muerte, mientras que Japón persiste en utilizar esta pena bárbara.”
“Pedimos a las autoridades japonesas que dicten una moratoria inmediata y oficial de todas las ejecuciones y que promuevan un debate informado sobre la pena de muerte como primer paso hacia su abolición.”
Información complementaria
Wei Wei, ciudadano chino de 40 años de edad, fue ejecutado el jueves por la mañana en la prisión de Fukuoka. Había sido declarado culpable del asesinato de una familia de cuatro miembros en Fukuoka, cometido junto con otros dos estudiantes de origen chino. Según su abogado, había pedido un nuevo juicio.
Los otros dos estudiantes huyeron a China, donde uno fue condenado a muerte y el otro a cadena perpetua.
Japón pertenece a un puñado de países que han ejecutado persistentemente a personas en los últimos años. En 2018, Amnistía Internacional registró ejecuciones en 20 países: la segunda cifra más baja en las dos últimas décadas.
Las ejecuciones en Japón están rodeadas de secreto, y es habitual que se lleven a cabo avisando a los condenados sólo unas horas antes, o sin advertírselo siquiera en algunos casos. Normalmente no se notifica la ejecución a los familiares hasta que ya se ha producido.
Con esta ejecución, la cifra total de ejecuciones llevadas a cabo desde que Shinzo Abe se convirtió en primer ministro en 2012 asciende a 39. La última tanda de ejecuciones tuvo lugar en agosto de 2019, cuando dos hombres condenados por asesinato fueron ejecutados en la horca. La ejecución de Wei Wei es la primera que se lleva a cabo bajo el mandato del ministro de Justicia Masako Mori, designado en octubre.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución.