Miércoles, 04 de diciembre, 2019
“La ciudadanía quiere que los gobiernos tomen más medidas para regular la actividad de estas empresas gigantes”, dijo Tanya O’Carroll, directora de Amnesty Tech
Siete de cada diez personas (el 73%) quiere que los gobiernos tomen más medidas para regular la actividad de las grandes empresas tecnológicas, y una clara mayoría (el 71%) sentía preocupación por cómo estas empresas recogen y usan sus datos personales, revela una nueva encuesta de Amnistía Internacional realizada por YouGov.
Se encuestó a casi 10.000 personas por su actitud hacia la privacidad en Internet y las grandes empresas tecnológicas en nueve países: Alemania, Brasil, Dinamarca, Egipto, Estados Unidos, Francia, India, Noruega y Sudáfrica.
“Los resultados de la encuesta son tajantes y coherentes: una clara mayoría de personas está preocupada por el poder que tienen las grandes empresas tecnológicas sobre su vida. La ciudadanía quiere que los gobiernos tomen más medidas para regular la actividad de estas empresas gigantes”, dijo Tanya O’Carroll, directora de Amnesty Tech.
“Los resultados son una dura crítica de cómo recogen y usan nuestros datos personales las grandes empresas tecnológicas. La gente quiere que las empresas tecnológicas dejen de pisotear nuestro derecho a la privacidad”.
Las personas encuestadas que muestran preocupación por la recogida de sus datos personales son las más interesadas por la violación de su derecho a la privacidad (el 62%), y la mayoría (el 59%) está también preocupada por la pérdida de control sobre sus datos.
De las personas que expresaron preocupación, a más de la mitad (el 51%) le preocupa que los datos sobre su actividad en Internet puedan revelar muchos aspectos sobre ellas, mientras que casi un tercio (el 32%) teme que sus datos puedan ser usados en su contra por las autoridades estatales.
Casi ocho de cada diez personas (el 77%) considera que el modelo empresarial centralizado en el que se basa actualmente Internet —en el que se usan datos para crear perfiles detallados de personas con el fin de vender publicidad personalizada— es un problema importante.
Cuando se les pidió que explicaran por qué, seis de cada diez (el 59%) dijeron que era una invasión de la intimidad. A más de la mitad (el 53%) le preocupa la posibilidad de verse influida de forma parcial y sin su conocimiento por la publicidad de carácter político. Casi la mitad (el 48%) pensaba también que los publicistas se dirigirán a la gente cuando ésta sea más vulnerable.
En Estados Unidos, donde ya está en marcha la carrera a la presidencia, tres de cada cuatro personas (el 75%) dijeron que es un problema que las empresas tecnológicas creen perfiles personales detallados y vendan el acceso a éstos. A seis de cada diez (el 61%) de quienes dijeron que era un problema les preocupaba la posibilidad de que la gente se viera influida de forma parcial por la publicidad de índole política.
“Escándalos como el de la recogida ilícita por Cambridge Analytica de los datos personales de millones de personas han dañado gravemente la confianza pública en las empresas tecnológicas”, afirmó Tanya O’Carroll.
“Los gobiernos deben tomar medidas sobre la manipulación de publicidad personalizada de carácter político en Internet. Nuestra encuesta muestra que la gente no confía en las grandes empresas tecnológicas para determinar las condiciones del debate político.”
Casi la mitad de las personas encuestadas (el 49%) es más cautelosa sobre cómo facilita su información personal en Internet. Más de un tercio (el 37%) evita ciertas expresiones de búsqueda o páginas web porque les preocupa el rastreo, mientras que el mismo porcentaje de personas (el 37%) decidió no usar una plataforma por cuestiones relacionadas con la privacidad de los datos. Esto muestra que la vigilancia de las empresas en Internet está afectando a la capacidad de las personas para acceder al mundo digital. Casi un tercio (el 32%) usa herramientas para limitar el rastreo en Internet.
Los resultados de la encuesta refuerzan el análisis de Amnistía de que el modelo empresarial básico de Facebook y Google representa una amenaza sistémica para los derechos humanos. El mes pasado, Amnistía Internacional publicó un informe exhaustivo que muestra que el modelo empresarial de los dos gigantes tecnológicos, basado en la vigilancia, es incompatible con todos y cada uno de los elementos del derecho a la intimidad. Esto incluye no sufrir intrusiones en nuestra vida privada, el derecho de controlar la información sobre nuestra persona y el derecho a un espacio donde podamos expresar libremente nuestra identidad. También mostró que el modelo empresarial representa una amenaza para toda una serie de derechos más, como los relativos a la libertad de opinión, expresión y reunión, la libertad de pensamiento, y el derecho a la igualdad y a no sufrir discriminación.
Amnistía Internacional pide a los gobiernos que reformen el modelo empresarial basado en la vigilancia y protejan a las personas de los abusos contra los derechos humanos que cometen las empresas. Como primer paso, los gobiernos deben promulgar y hacer cumplir leyes para impedir que las empresas condicionen el acceso a sus servicios a que la persona “dé su consentimiento” a la recopilación, procesamiento y difusión de sus datos personales con fines comerciales o publicitarios.