Viernes, 04 de octubre, 2019
Manifestantes de Bagdad han descrito lesiones que coinciden con las que pueden causar las granadas paralizantes, si se arrojan directamente contra la gente o a distancia demasiado corta, o los dispositivos explosivos, que no deben utilizase en absoluto en situaciones de control del orden público
El gobierno iraquí debe ordenar de inmediato a las fuerzas de seguridad que dejen de hacer uso excesivo de la fuerza, en especial de fuerza letal, contra quienes participan en las protestas y garantizar que la investigación anunciada sobre el homicidio —según informes— de al menos 18 manifestantes y un agente de policía comienza sin demora y es totalmente independiente e imparcial. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy. La organización ha pedido también a las autoridades que pongan fin al bloqueo ilícito del acceso a Internet y las redes sociales y levanten el toque de queda que han impuesto arbitrariamente en varias zonas en medio de las protestas que se están produciendo en todo el país en contra del desempleo, la corrupción y los deficientes servicios públicos.
Amnistía Internacional ha hablado con 11 activistas de la sociedad civil, miembros de personal médico voluntario y periodistas de Bagdad, Basora, Nayaf, Babilonia y Diwaniya. La organización también ha examinado y verificado material audiovisual en el que aparecen armas utilizadas por las fuerzas de seguridad, entre ellas piezas que parecen granadas paralizantes. Todas los testigos con los que Amnistía habló describieron a la policía haciendo uso de fuerza excesiva, incluida munición real, para dispersar las protestas.
“Es indignante que las fuerzas de seguridad sigan tratando con tal brutalidad a quienes participan en las protestas, haciendo uso de fuerza letal e innecesaria. Es esencial que las autoridades garanticen una investigación totalmente independiente e imparcial sobre el uso innecesario y excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, que ha tenido ya trágicas consecuencias, pues han muerto manifestantes y decenas de personas más han resultado heridas. El Estado debe comprometerse a hacer rendir cuentas a los responsables. Este no debe otro anuncio por parte del gobierno de una investigación o una comisión de investigación que nunca produce ningún resultado”, ha señalado Lynn Maalouf, directora de investigación para Oriente Medio de Amnistía Internacional.
Decenas de personas han resultado heridas al intensificar las fuerzas de seguridad la represión de las protestas. Un manifestante de Bagdad, que figura entre las muchas personas que se ocupan de prestar primeros auxilios a las que resultan heridas, dijo a Amnistía Internacional el 2 de octubre que había atendido al menos a ocho manifestantes. En todos los casos, tenían metralla en el cuerpo. “Uno de los hombres tenía la piel del estómago quemada”, explicó.
Un activista participante en las protestas de la ciudad de Nayaf contó a Amnistía Internacional el 2 de octubre que había visto a las fuerzas de seguridad rociar con agua caliente a quienes se manifestaban y utilizar gas lacrimógeno de manera excesiva. “Once personas resultaron heridas por la estampida y la asfixia causada por el gas lacrimógeno utilizado contra quienes huían [...] Aunque las fuerzas de seguridad empezaron a disparar al aire para dispersarla, la gente está todavía en la calle.”
Manifestantes de Bagdad han descrito lesiones que coinciden con las que pueden causar las granadas paralizantes, si se arrojan directamente contra la gente o a distancia demasiado corta, o los dispositivos explosivos, que no deben utilizase en absoluto en situaciones de control del orden público. Amnistía Internacional ha verificado también vídeos de manifestaciones en la céntrica plaza de Tahrir de Bagdad en los que aparece una persona con lesiones de este tipo. De acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos y las normas internacionales sobre la actuación policial, las granadas paralizantes sólo deben ser utilizadas por agentes especialmente entrenados y en circunstancias muy concretas, entre las que no figuran las operaciones policiales de control del orden público ni la gestión de reuniones. Jamás deben lanzarse contra una persona ni de manera que puedan estallar sobre una persona o cerca de ella.
Amnistía Internacional ve también con preocupación los informes sobre detenciones arbitrarias de manifestantes y periodistas en varias gobernaciones iraquíes. En Basora, Bagdad y Nayaf, las personas con las que habló la organización dijeron que las fuerzas de seguridad están deteniendo a manifestantes al azar.
En Nayaf, un activista describió así las tácticas empleadas por las fuerzas de seguridad contra quienes participan en las protestas: “[Las fuerzas de seguridad] los seguían hasta sus casas y los arrinconaban en calles laterales y callejones donde otros manifestantes no podían protegerlos. [En la comisaría de policía] les inspeccionaban los teléfonos, los amenazaban y los interrogaban sobre las protestas.”
Activistas con los que habló Amnistía Internacional explicaron que estaban pidiendo un cambio de gobierno porque ya no creían en las promesas del actual, al que acusaban de hacer caso omiso de años de protesta.
Manifestantes entrevistados por la organización dijeron que no pertenecían a ninguna facción ni partido político, sino que representaban a un amplio espectro de personas que estaban ya hartas de la corrupción, los deficientes servicios públicos y el desempleo. Un manifestante de Nayaf dijo: “No nos representa ningún partido ni grupo. Si las autoridades quieren hablar con nosotros, que salgan a la calle a dialogar con palabras, no con balas.”
“La celebración todos los años de estas protestas demuestra que sus causas subyacentes persistirán si no se atienden debidamente. En vez de responder a estas protestas con fuerza arbitraria y excesiva, las autoridades deben abordar de manera sostenible los motivos de queja de quienes participan en ellas y las causas básicas de los disturbios”, ha afirmado Lynn Maalouf.
Desde anoche, las autoridades mantienen también el toque de queda en varias gobernaciones y tienen cortado el acceso a Internet en todo el país —excepto la región del Kurdistán de Irak—, así como las redes sociales y las aplicaciones de mensajería. Manifestantes de Bagdad dijeron a Amnistía Internacional el 2 de octubre por la noche que no tenían acceso a Internet desde las seis de la tarde: “Estamos desconectados del mundo. Sólo estamos nosotros y las fuerzas [de seguridad] unos frente otros”.
Amnistía Internacional pide a las autoridades iraquíes que revoquen de inmediato la decisión ilícita de bloquear Internet y las plataformas de redes sociales y levanten las restricciones arbitrarias de la libertad de circulación.
“Estas draconianas medias ponen de manifiesto a qué extremos está dispuesto a llegar el gobierno para ocultar las protestas a las cámaras y a los ojos del mundo. Al hacerlo, contraviene de manera flagrante las leyes nacionales e internacionales que se ha comprometido a respetar, incluidos el derecho de reunión pacífica y la libertad de expresión”, ha añadido Lynn Maalouf.
Información complementaria
Durante las protestas celebradas en el sur de Irak y en Bagdad en julio y septiembre de 2018 en demanda de empleo, servicios básicos y atención médica, las fuerzas de seguridad iraquíes dispararon, golpearon y detuvieron a manifestantes. Las autoridades iraquíes restringieron gravemente el acceso a Internet, incluidos los sitios de redes sociales. Según participantes en manifestaciones pacíficas contra quienes dispararon las fuerzas de seguridad, las autoridades desactivaron deliberadamente el acceso a Internet, ya que no podían compartir imágenes ni vídeos de los abusos.