Lunes, 30 de septiembre, 2019
Cuando el aborto se trata públicamente, se hace de manera muy parcial. Consiste simplemente en “matar bebés”. Desde la pobreza y la violencia sexual hasta simplemente no estar preparadas, las verdaderas razones por las que las mujeres deciden abortar raras veces se tienen en cuenta, se ocultan
Decididas a acabar con el estigma asociado al aborto en Chile, Karin Watson, de 22 años, y una amiga suya fundaron ¡Que se sepa!, plataforma creada para que las mujeres que han abortado hablen de su experiencia de manera segura. Es una idea radical, que está teniendo enorme impacto en este país conservador…
Hasta 2017, la prohibición del aborto era total en Chile. Legado de la dictadura, éramos uno de los cinco únicos países del mundo con esta ley.
Ahora las mujeres pueden abortar cuando su vida corre peligro, cuando el feto es inviable y cuando el embarazo es consecuencia de una violación. Aunque supone un avance, los problemas persisten Nuestro gobierno es cada vez más de derechas. Ha intentado retirar esta nueva ley en numerosas ocasiones y ha dejado de difundir activamente información sobre el derecho de las mujeres al aborto.
Comencé a trabajar sobre los derechos sexuales y reproductivos cuando una persona que me daba clases me animó a ingresar en un grupo local de Amnistía Internacional. Como soy de un entorno muy feminista, sabía que quería participar activamente, y pronto empecé a trabajar en la campaña Mi Cuerpo Mis Derechos, concebida para poner fin al control y la criminalización de la sexualidad y la reproducción.
Para mí, todas las mujeres deben tener derecho a decidir si tener un aborto y merecen contar con un espacio seguro para hablar de esta cuestión y saber así que no están solas.
Una plataforma para que las mujeres se expresen
En el marco de un trabajo universitario, mi amiga Danae Muñoz y yo teníamos que preparar un proyecto innovador de medios de información y comunicación. Queríamos centrarnos en el derecho al aborto sin riesgos y legal, así que decidimos crear una plataforma donde las mujeres pudieran contar su caso y su experiencia de lo que es abortar.
Mi amiga y yo sabemos de mucha gente que ha tenido un aborto, pero la gente no cuenta nada más. Sólo se lo cuentas a tu mejor amiga. Queríamos llegar a esas mujeres para ver si estaban dispuestas a hablar de su experiencia.
No era un proceso fácil. Yo voy a una universidad católica, donde hacen campañas contra el aborto, así que cuando llegó el momento de exponer la idea a nuestro profesor, temíamos su reacción. Pero nos dijo que siguiéramos adelante y nos ofreció todo su apoyo.
Hicimos mucha investigación sobre el asunto. Es un tema enormemente complicado y controvertido, así que hablamos con especialistas en psicología, sociología y derecho, antes de seguir con nuestra idea.
Para poner en marcha el proyecto hicimos una encuesta por WhatsApp, Instagram y Facebook, formulando preguntas sencillas como:
- ¿Estás de acuerdo con el aborto libre?
- ¿Conoces a alguien que haya tenido un aborto?
- ¿Conoces a alguien que haya acompañado a alguien a abortar?
Queríamos llegar a gente ajena a los círculos feministas, así que nos pusimos en contacto con gran variedad de influencers. Respondieron más de 700 personas, pero lo más sorprendente fue la gran cantidad de gente que estaba dispuesta a contar su caso pero no disponía de una plataforma para hacerlo.
Que se sepa
Comenzamos nuestro proyecto en Instagram y llamamos a nuestra página quesesepa.cl. La gente podía ponerse en contacto con nosotras directamente y podíamos responder y explicar cómo funcionaba todo, incluidos los formularios de consentimiento y la importancia de garantizar el anonimato.
Cuando empezamos a recibir casos sentí una emoción enorme. Algunas mujeres dijeron que era lo mejor que habían hecho nunca y que habían sentido alivio después, mientras que a otras les había dejado desoladas y con necesidad de ayuda.
Pero queremos mostrar la diversidad de estos casos. Cuando el aborto se trata públicamente, se hace de manera muy parcial. Consiste simplemente en “matar bebés”. Desde la pobreza y la violencia sexual hasta simplemente no estar preparadas, las verdaderas razones por las que las mujeres deciden abortar raras veces se tienen en cuenta, se ocultan.
Como parte del proyecto y dado que el aborto es todavía ilegal en muchas circunstancias, también remitimos a las mujeres a una ONG local que puede brindarles apoyo durante todo el proceso de intentar abortar, ayudándolas a conseguir las pastillas que necesitan, ofreciéndoles ayuda económica y buscándoles un lugar seguro donde ir y quedarse. Mi hermana es voluntaria y ofrece habitualmente su apartamento a mujeres que necesitan un espacio seguro y con comida y apoyo.
Nuestra plataforma crece constantemente. En la actualidad tenemos más de 1.100 seguidoras, y se han puesto en contacto con nosotras pequeñas editoriales de base que quieren producir fanzines. No nos importan las ganancias; se trata más bien de expresarse.
En general hemos recibido una reacción positiva a nuestra plataforma. La gente nos envía mensajes para decirnos “gracias” y contarnos lo necesaria que es esa plataforma. No obstante, hace poco publicamos un pasaje de un caso que decía: “He abortado y ha sido la mejor decisión que he tomado” Era una afirmación rotunda y se hizo viral, pero al mismo tiempo comenzamos a recibir comentarios de odio, en su mayoría de hombres de Argentina. Hemos dejado los comentarios con el fin de que se entable un debate.
No queremos dejarnos desanimar por esos comentarios, porque sabemos que esta plataforma es algo que las mujeres necesitan, que estos casos merecen ser contados. Todavía tenemos mucho camino que recorrer antes de que se legalice totalmente el aborto en Chile. No será mañana; es una lucha que durará mucho, pero sé que vamos a conseguirlo.