Lunes, 05 de agosto, 2019
Las autoridades rusas no han mostrado sino desprecio por los derechos humanos y la noción de protesta pacífica.
El uso innecesario y excesivo de la fuerza por la policía rusa y los cargos infundados contra manifestantes por “participación en disturbios masivos” son sintomáticos del profundo desprecio del Kremlin por los derechos humanos y su determinación de aplastar la protesta pacífica, declaró hoy Amnistía Internacional después de que 590 personas fueran detenidas durante una operación policial de represión en una concentración de la oposición.
Las autoridades rusas no han mostrado sino desprecio por los derechos humanos y la noción de protesta pacífica. “Miles de ciudadanos rusos han salido reiteradamente a la calle en las últimas semanas para protestar contra la manipulación electoral y la discriminación contra los candidatos de la oposición. La policía, armada con porras, los ha reprimido haciendo un uso brutal de la fuerza”, afirmó Natalia Zviagina, directora de la oficina de Amnistía Internacional en Moscú.
“La dispersión violenta de protestas pacíficas en el centro de Moscú el fin de semana pasado y la presentación de cargos falsos de disturbios masivos contra al menos 10 personas ha llevado a miles más a tomar las calles con valentía, desafiando esta represión sancionada por el Estado.”
“Pedimos a las autoridades rusas que respeten la Constitución y las obligaciones del país en materia de derechos humanos y garanticen que se respeta y facilita el derecho a la libertad de reunión pacífica. Deben retirarse los cargos infundados de ‘disturbios masivos’ contra manifestantes, y todas las personas que se manifestaron pacíficamente y están encarceladas deben quedar en libertad.”
Información complementaria
El 3 de agosto, más de 590 personas fueron detenidas durante una concentración de protesta en el centro de Moscú que las autoridades municipales habían designado como “no autorizada”. Los hechos se produjeron tras una oleada de represión policial de protestas pacíficas hace tan solo una semana en la que se practicaron casi 1.400 detenciones.
Antes de la nueva concentración de protesta, las autoridades iniciaron una investigación por “disturbios masivos” e imputaron a al menos 10 personas en virtud del artículo 212 del Código Penal ruso. Observadores de Amnistía Internacional presenciaron directamente la protesta del 27 de julio y concluyeron que fue pacífica hasta que la policía cargó contra la multitud.