Jueves, 02 de mayo, 2019
En 2018, más de 450 escuelas en India habían abierto clubs de derechos humanos para enseñar a estudiantes jóvenes valores y actitudes relacionados con los derechos humanos
Cuando Amnistía Internacional India empezó su programa de Educación en Derechos Humanos en 2002, sabía cuál era uno de sus principales objetivos: introducir en las escuelas el Proyecto Colegios Amigos de los Derechos Humanos. El primer paso fue ayudar a las escuelas a establecer clubs de derechos humanos. “Un club de derechos humanos es un espacio democrático que crean los estudiantes en las escuelas para aprender y actuar sobre temas de derechos humanos que son importantes para ellos”, explica Maria Soosai, coordinadora de Educación en Derechos Humanos en India.
El programa de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional en India colaboró con socios de todo el país para llevar los clubs de derechos humanos al mayor número de estados posible. Partiendo de 25 escuelas en 2012, el proyecto llegó a más de 450 escuelas en 2018, distribuidas entre 5 estados. Hoy, existen más de 450 clubs de derechos humanos en India. Su objetivo es “desarrollar valores y actitudes que sirvan para modificar conductas y emprender acciones que puedan impulsar cambios”, dice Soosai.
Uno de los primeros pasos para crear un club es que el programa de Educación en Derechos Humanos identifique tutores y tutoras en las escuelas y les dé formación en derechos humanos para que puedan coordinar los clubs. Cuando los docentes están preparados, se establecen los clubs y se selecciona “de manera democrática” a los líderes estudiantiles (conocidos como “representantes”), según explica Soosai. A partir de ese momento, los clubs se reúnen semanal, quincenal o mensualmente.
Los clubs realizan diferentes actividades, y todas ellas forman parte de un “proceso de aprendizaje participativo para adquirir conocimientos y capacidades en materia de derechos humanos”. Algunas actividades se centran en temas generales de derechos humanos, y celebran días importantes como el Día Internacional de la Mujer o el Día contra el Trabajo Infantil o aclaran conceptos básicos de derechos humanos mediante sesiones de sensibilización. Otras actividades se centran en temas locales que afectan a los niños y niñas en su escuela o comunidad, y les permiten analizar su propio entorno desde una perspectiva de derechos humanos e iniciar acciones y campañas locales.
Por ejemplo, durante el Día Internacional de la Mujer, los estudiantes participaron en talleres de sensibilización, juegos y actividades sobre la discriminación por motivos de género con el objetivo de “reforzar el concepto de igualdad de género entre los niños y niñas y fomentar el respeto mutuo”, explica Soosai. Además añade: “Los estereotipos [de género] están muy arraigados en India, y desmontarlos lleva tiempo”. Ramya, lideresa del club de derechos humanos de la escuela de enseñanza secundaria Zilla Parishad de Telangana, elogió las actividades, y afirmó que “tanto los niños como las niñas tienen derecho a sentirse seguros”. También criticó la desigualdad de esta manera: “Si una niña quiere salir, tiene que pedir permiso a sus padres […], los niños no necesitan permiso. Si un niño hace algo malo no le dicen nada, pero a las niñas sí se lo dicen”.
Toca el Timbre es otra campaña interesante para crear conciencia sobre los derechos de la infancia con discapacidad. “Para comunicar el mensaje, los niños y niñas han elegido sonidos originales como tocar un timbre, aplaudir o pinchar globos […] para exigir al gobierno que adapte las escuelas a las personas con discapacidad.” Con los ruidos se busca captar la atención de otros estudiantes y del profesorado para luego informarlos sobre los problemas que afectan a ese colectivo.
El efecto que los clubs tienen sobre los estudiantes es indudable. Los niños y niñas aprenden a identificar los problemas de derechos humanos que los afectan y pueden compartir sus problemas y expresar sus opiniones sin miedo. Además, se sienten empoderados para exigir sus derechos en situaciones injustas o cuando se violan sus derechos. Jayasurya, estudiante de secundaria en la escuela pública Adi Dravida de Tamil Nadu, lo explica así: “Si alguien viola nuestros derechos, se lo decimos a los docentes y resolvemos el problema de forma colectiva”.
Soosai comenta que, gracias a los clubs de derechos humanos, las escuelas han logrado muchos resultados, desde conseguir que niños y niñas que habían abandonado los estudios volvieran a la educación, hasta hacer un llamamiento a las autoridades en temas de agua y saneamiento e incluso prevenir el matrimonio infantil.
En 2019, la prioridad de los clubs de derechos humanos en todo el país es la nueva campaña Nuestra Seguridad Nuestros Derechos, que tiene como objetivo prevenir los abusos sexuales y proteger a los niños y niñas mediante la sensibilización para que puedan entender e identificar las diferentes formas de abuso, especialmente el abuso sexual. Con la campaña se los quiere ayudar a hablar y denunciar las situaciones de abuso sin temor a sufrir repercusiones. También se los anima a elaborar sus propias normas de seguridad. Una estudiante de la escuela pública para niñas de educación secundaria de Telangana afirma: “La campaña Nuestra Seguridad Nuestros Derechos me ha enseñado que debemos ir a lugares más seguros cuando estamos en situaciones peligrosas y gritar fuerte para pedir ayuda”.
Siguen surgiendo campañas e iniciativas en escuelas de todo el país, y los clubs continúan creciendo. Como explica Jayasurya, de Tamil Nadu: “Debemos garantizar estos derechos no sólo para los miembros del Club de Derechos Humanos de Jóvenes Ciudadanos, sino para toda la comunidad escolar”.