Lunes, 22 de abril, 2019
“Las autoridades de Irán parecen estar arremetiendo en respuesta a la actitud cada vez más desafiante de las mujeres iraníes y el pujante movimiento popular contra las leyes que imponen el uso obligatorio del velo, intentando intimidar y lograr su silencio y su sumisión”, ha dicho Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África
Las autoridades iraníes deben dejar de hostigar, detener y encarcelar a quienes defienden los derechos de las mujeres y protestan pacíficamente contra las degradantes y discriminatorias leyes iraníes que imponen el uso obligatorio del velo, y dejar en libertad inmediata e incondicional a las personas que están detenidas por ello, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
La organización ha confirmado que dos defensoras de los derechos de las mujeres, Yasmin Aryani y Monireh Arabshahi, han sido detenidas la última semana y una tercera activista, Vida Movahedi, que está detenida desde octubre de 2018, fue condenada a un año de cárcel el mes pasado por protestar pacíficamente contra el uso obligatorio del velo.
Los organismos de inteligencia y seguridad iraníes también han sometido a otras defensoras de los derechos de las mujeres a amenazadoras llamadas telefónicas, advirtiéndoles de que serán detenidas si siguen haciendo campaña contra el uso obligatorio del velo. Algunas han sido citadas para interrogarlas y temen una detención inminente.
“Las autoridades de Irán parecen estar arremetiendo en respuesta a la actitud cada vez más desafiante de las mujeres iraníes y el pujante movimiento popular contra las leyes que imponen el uso obligatorio del velo, intentando intimidar y lograr su silencio y su sumisión”, ha dicho Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“La criminalización de las mujeres y las niñas por no usar el velo constituye una forma extrema de discriminación por motivos de género y trato cruel, inhumano y degradante que daña profundamente la dignidad de las mujeres. En vez de perseguir y encarcelar a las mujeres que se levantan contra esta indignante injusticia, las autoridades iraníes deben poner inmediatamente en libertad incondicional a todas las personas defensoras de los derechos de las mujeres detenidas por su activismo pacífico".
Detenidas por protestar pacíficamente
El 10 de abril, la defensora de los derechos humanos Yasmin Aryani fue detenida por las fuerzas de seguridad en su domicilio familiar de Teherán y llevada a un lugar desconocido.
La madre de Yasmin Aryani, Monireh Arabshahi, fue detenida al día siguiente, tras ir al centro de detención de Vozara, en Teherán, para averiguar el paradero de su hija.
Según la información recibida por Amnistía Internacional, ambas mujeres fueron detenidas en relación con un vídeo que se hizo viral el Día Internacional de la Mujer, en el cual Yasmin, Monireh y varias defensoras más de los derechos de las mujeres, con la cabeza descubierta, reparten flores a las mujeres que viajan en un vagón de metro de Teherán y hablan de sus esperanzas respecto a los derechos de las mujeres en Irán. En el vídeo, Monireh Arabshahi afirma que espera “que llegue el día en que las mujeres no se vean obligadas a luchar” por sus derechos, y Yasmin Aryani entrega una flor a una mujer con hiyab y afirma que espera que un día puedan caminar juntas por la calle, “yo sin hiyab y tú con él”.
Se cree que los cargos a los que se enfrentan Yasmin Aryani y Monireh Arabshahi por este vídeo son “difusión de propaganda contra el sistema” e “incitación a la corrupción y la prostitución”.
La familia de Yasmin Aryani no supo nada de ella hasta el 15 de abril, cuando le permitieron hacer una breve llamada telefónica. Hasta ahora las autoridades se han negado a revelar su paradero exacto, y sólo han dicho que está detenida en un centro de detención de “seguridad”.
Monireh Arabshahi está detenida en la cárcel de Shahr e Rey (conocida también como Gharchak), junto con varios cientos de mujeres más, en condiciones de hacinamiento y falta de higiene extremas, sin acceso a agua apta para el consumo, alimentación adecuada, medicinas ni aire fresco.
El 14 de abril, el abogado de otra defensora de los derechos humanos, Vida Movahedi, anunció que su clienta había sido condenada a un año de cárcel en marzo de 2019 por protestar pacíficamente contra el el uso obligatorio del velo. Vida Movahedi lleva detenida desde el 29 de octubre de 2018, cuando, en una protesta en solitario, se puso en pie sin hiyab sobre una gran cúpula situada en el centro de la plaza Enghelab (plaza de la Revolución) de Teherán, agitando en las manos globos de colores.
Vida Movahedi se convirtió en la primera “Chica de la calle de la Revolución tras realizar la primera protesta de este tipo en diciembre de 2017. En aquella ocasión se subió a una estructura urbana en la calle de la Revolución (Enghelab), se quitó el pañuelo de la cabeza y lo ondeó atado a un palo como si fuera una bandera . Por este acto pacífico la detuvieron y posteriormente la pusieron en libertad bajo fianza, aunque en octubre de 2018 volvieron a detenerla. Su acto de resistencia pacífica ha inspirado a mujeres de todo el país para llevar a cabo actos de protesta similares en público contra las leyes que imponen el uso obligatorio del velo.
Según su abogado, Vida Movahedi cumple los requisitos para solicitar la libertad condicional, pero su petición aún no ha sido tramitada por el departamento que la oficina de aplicación de condenas. Además, Vida fue una de las personas presas a quienes el líder de la República Islámica indultó en febrero, con ocasión del 40 aniversario de la revolución de 1979, pero las autoridades penitenciarias se han negado a aplicar el indulto dejándola en libertad.
La destacada periodista y defensora de los derechos de las mujeres Masih Alinejad, asentada en Estados Unidos, que ha realizado una serie de campañas online de gran repercusión sobre el uso obligatorio del velo, dijo a Amnistía Internacional que hace pocas semanas a su madre, de 70 años, las autoridades la citaron para interrogarla sobre sus comunicaciones con ella y estuvieron interrogándola, al igual que a su anciano padre, durante más de una hora.
El mes pasado, en un caso especialmente impactante, la destacada abogada de derechos humanos y defensora de los derechos de las mujeres Nasrin Sotoudeh fue condenada a 33 años y medio de cárcel y 148 latigazos tras declararla culpable de siete cargos, algunos de ellos relacionados con su labor de representación de mujeres detenidas por protestar contra las leyes que imponen el uso obligatorio del velo. Nasrin Sotoudeh deberá cumplir al menos 12 años de su condena en la cárcel, pues según el artículo 134 del Código Penal, cuando una persona es condenada por tres o más cargos debe cumplir la pena más larga impuesta por el cargo más grave. Nasrin Sotoudeh también fue declarada culpable y condenada a cinco años de cárcel en una causa aparte en 2016, cuya pena debe cumplir en su totalidad.
En enero de 2019, el marido de Nasrin Sotoudeh, Reza Khandan, y el abogado de derechos humanos Farhad Meysami fueron condenados a seis años de cárcel cada uno por apoyar la campaña contra el uso obligatorio del velo.
“Las leyes de Irán que imponen el uso obligatorio del velo son una flagrante vulneración del derecho a la libertad de expresión, creencias y religión de las mujeres iraníes. Las autoridades de Irán deben derogar de inmediato estas leyes discriminatorias y suprimir las degradantes normas que prohíben que las mujeres se presenten en público sin el hiyab”, ha dicho Magdalena Mughrabi.
“La comunidad internacional, incluida la UE, que mantiene un diálogo sobre derechos humanos con Irán, tiene un importante papel que desempeñar a la hora de expresar públicamente su apoyo a quienes defienden los derechos de las mujeres y utilizar todos los canales de comunicación para presionar a las autoridades iraníes a fin de que pongan fin al uso obligatorio del velo".