Jueves, 24 de enero, 2019

"Resulta indignante que se haya encarcelado a un periodista simplemente por realizar su trabajo y ejercer su derecho a la libertad de expresión. Las autoridades deben anular la condena contra Adlène Mellah y retirar de inmediato todos los cargos en su contra", ha manifestado Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África


El Tribunal de Apelación de Argelia debe poner fin al suplicio del periodista Adlène Mellah, encarcelado simplemente por cubrir una reunión pacífica el mes pasado. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, en vísperas de su vista de apelación el 23 de enero.

Adlène Mellah, director de los sitios web de noticias Algerie direct y Dzair Press, lleva recluido en régimen de aislamiento desde que fue encarcelado en la prisión de El Harrach el 11 de diciembre de 2018.

"Resulta indignante que se haya encarcelado a un periodista simplemente por realizar su trabajo y ejercer su derecho a la libertad de expresión. Las autoridades deben anular la condena contra Adlène Mellah y retirar de inmediato todos los cargos en su contra", ha manifestado Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“El caso de Adlène Mellah transmite un alarmante mensaje sobre la situación de la libertad de los medios de comunicación hoy día. Debe permitirse que los periodistas realicen su trabajo sin sufrir acoso ni intimidación, y sin temor a ser detenidos por las autoridades"-

Adlène fue detenido mientras informaba sobre una protesta celebrada por 200 personas en Argel el 9 de diciembre. La manifestación se organizó en solidaridad con el cantante encarcelado Rada Hmimid, conocido por el nombre artístico de Reda City 16. El 25 de diciembre, el tribunal de Bab El Oued condenó a Adlène a un año de prisión y a una multa de 100.000 dinares (unos 843 dólares estadounidenses) por cargos de “rebelión” y “reunión no armada”.

Un abogado presente en el juicio dijo a Amnistía Internacional que la única prueba de la fiscalía contra Adlène era su presencia en la protesta.

En un vídeo de la protesta, se ve a un policía diciendo a Adlène que abandone la manifestación. Poco después, el policía agarra a Adlène por el brazo, lo empuja, y dice que las reuniones públicas son ilegales. Las autoridades argelinas mantienen una prohibición de facto de las protestas en Argel en virtud de un decreto de 2001 no publicado.

Adlène fue detenido junto con otros dos manifestantes: Abdelaziz Laadjal y Abdelhafid Benekrouche, que fueron puestos en libertad ese mismo día. Adlène lleva detenido desde entonces.

En una sesión celebrada el 18 de diciembre, el grupo de más de 20 abogados que representa a Adlène decidió retirarse y abandonar la sala como señal de protesta por lo que, afirmaban, era una “intención deliberada" del juez de celebrar un juicio injusto.

Reclusión prolongada en régimen de aislamiento que constituye tortura

Desde su detención, Adlène ha estado recluido en régimen de aislamiento, según dos de sus abogados. En la actualidad, permanece a solas en su celda; incluso durante sus horas de patio permanece solo, separado del personal de la prisión. La falta de contacto apreciable con otros reclusos durante al menos 22 horas al día a lo largo de más de 15 días constituye reclusión prolongada en régimen de aislamiento, que equivale a tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes según las Reglas Mínimas de la ONU para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela).

En protesta por su sentencia, Mellah inició una huelga de hambre el 26 de diciembre, al día siguiente de ser condenado. Según su abogada, Zoubida Assoul, hasta el 15 de enero Adlène había perdido al menos 14 kilos. Otro abogado que lo visitó el 20 de enero dijo a Amnistía Internacional que, después de una visita de su familia, Adlène había accedido a que le administraran suero con sales y glucosa, y también vitaminas.

Uno de sus abogados dijo asimismo a Amnistía Internacional que Adlène ya estaba muy débil tras las torturas que denunció haber sufrido durante su encarcelamiento anterior. La brigada de la Gendarmería de Bab Jdid, en Argel, lo había detenido el 22 de octubre de 2018 por cargos de “chantaje” y “daño a la intimidad”.

Adlène contó a Amnistía Internacional que los gendarmes lo habían golpeado y sometido a simulacros de ahogamiento, y en tres ocasiones le habían cubierto la boca con un trapo mojado en lejía. Un tribunal dictó su libertad provisional el 22 de noviembre de 2018, pero las autoridades no ordenaron una investigación sobre sus denuncias de tortura.

“Las autoridades argelinas deben anular de inmediato la condena contra Adlène Mellah y ponerlo en libertad, al igual que a todos los demás manifestantes pacíficos, activistas de derechos humanos y periodistas procesados o detenidos simplemente por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica”, ha manifestado Heba Morayef.

La detención y la condena de Adlène se han producido en el marco de una represión más amplia de la libertad de expresión en Argelia, que se intensificó en octubre de 2018, cuando, en virtud de disposiciones del código penal, al menos siete periodistas y seis activistas fueron detenidos y recluidos en relación con su labor periodística.