Viernes, 13 de julio, 2018
El 13 de julio se cumple el primer aniversario de la muerte del premio Nobel Liu Xiaobo. Su buen amigo, el escritor Yedu, reflexiona sobre el legado de uno de los más destacados defensores de los derechos humanos y de la democracia
Liu Xiaobo cumplía una pena de 11 años de prisión por "subversión" cuando falleció de cáncer de hígado a la edad de 61 años. Las autoridades chinas se negaron a cumplir su deseo de viajar al extranjero para someterse a tratamiento. El martes, se permitió por fin a su viuda, Liu Xia, viajar a Alemania, tras ocho años de arresto domiciliario ilegal.
Sentí una felicidad inmensa cuando supe que Liu Xia había aterrizado en Berlín. Liu Xiaobo siempre albergó la esperanza de que ella recuperara su libertad, y su sueño se ha cumplido por fin.
Liu Xiaobo murió sin ver cumplido su deseo de que la Carta 08 se hiciese realidad. Este manifiesto para promover la reforma política en China es su mayor legado político. La Carta propone que China debe evolucionar hacia una sociedad basada en la democracia y la libertad, con un gobierno que rinda cuentas ante la ley.
Un año después su muerte, aún pienso en él. Pienso en nuestras conversaciones y las ideas que debatimos. Uno de los principios nucleares de su pensamiento era el espíritu de resistencia no violenta, la idea de que “una China libre se sustenta en su ciudadanía”. Era un firme creyente en la resistencia pacífica, influenciado por las ideas de sus héroes políticos: Mahatma Gandhi y Nelson Mandela. No tenía la expectativa de que la reforma viniera de arriba. El cambio político sólo puede venir de la ciudadanía y estar guiado por la ciudadanía.
La década pasada ha demostrado que tiene razón. Una reforma de arriba abajo no es posible en la China de hoy. Las autoridades se han vuelto más controladoras y represoras. Este es el motivo por el que las ideas de Xiaobo siguen teniendo resonancia.
Tenía una gran fuerza para luchar por lo que creía de un modo no violento, pero jamás fue timorato: la fundación de un centro PEN Chino Independiente, sus escritos, la redacción y revisión de la Carta 08 representan ese espíritu de resistencia pacífica.
Un líder carismático, moral y responsable
Con la muerte de Xiaobo, perdimos a un líder del movimiento democrático contemporáneo chino. Sigue siendo nuestro activista social más importante. Tras la represión de la plaza de Tiananmen el 4 de junio de 1989, Xiaobo se dedicó a edificar un movimiento democrático que defendiera los derechos humanos.
Con su intelecto y su encanto, tendió puentes entre intelectuales y activistas de base. Urdió las demandas de numerosos grupos de disidentes, a menudo rivales, en un tapiz asombroso, e hizo que su voz pudiera oírse a través de la Carta 08.
Cuando Liu Xiaobo perdió la libertad, nuestro movimiento perdió a un líder carismático, moral y responsable. Era el aglutinante que unía a todo el mundo. Con los años, la comunidad de disidentes se ha fracturado, lo que da idea de lo importante que es Liu Xiaobo para el movimiento democrático de China.
Cuando Liu Xiaobo murió, sentí que el cielo se desplomaba. Siempre albergué la esperanza de que recuperarse la libertad y pudiese ayudar a recomponer un movimiento dividido. Pero ahora esta esperanza se ha desvanecido.
Sin embargo, aunque Liu Xiaobo ya no esté con nosotros, sus ideas siguen vivas. Y es que, pese a todos los desafíos y los riesgos, muchas personas continúan encontrando inspiración en sus escritos y en el principio de resistencia pacífica como vía para lograr la reforma democrática y los derechos humanos en China.
Debemos seguir trabajando duro para obtener la libertad para la familia de Liu Xia y para China. Estoy seguro de que esto es lo que Liu Xiaobo habría querido que hiciésemos.
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