Viernes, 19 de febrero, 2021
Melanie Agrinzones
La crisis de derechos humanos que enfrenta Venezuela deja en vulnerabilidad a muchas personas, sin embargo existen grupos más afectados que otros ya que sus realidades son atravesadas por el género, la etnia, la clase o incluso el territorio. Hacer visibles a las personas menos visibles en el contexto del país es el trabajo y el esfuerzo que han realizado activistas y defensoras de derechos humanos
El Estado venezolano no ha hecho pública las cifras oficiales con relación a la situación de las mujeres desde el año 2016 según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ). Algunos indicadores que proporcionan información sobre las problemáticas de las mujeres como la tasa de mortalidad materna, los femicidios, embarazos adolescentes, la autonomía económica de las mujeres, entre otras. Tampoco existen informes y datos oficiales sobre de las mujeres indígenas, mujeres trans, mujeres en las fronteras, mujeres en las cárceles, etc. las cuales les interseccionan otras formas de discriminación más allá del género.
En general, el Estado se encuentra en deuda con las mujeres y niñas que hoy día enfrenta una Crisis Humanitaria Compleja acentuada por la pandemia de la COVID-19. Lo que hoy sabemos sobre las mujeres y niñas venezolanas es gracias a las Organizaciones de la Sociedad Civil, grupos y colectivos feministas y de mujeres.
Entender el sistema y entender el país
Vivimos en un sistema patriarcal, donde las mujeres quedan en las periferias del poder; es decir, se encuentran en una situación de vulnerabilidad con respecto a los hombres, y enfrentan obstáculos mayores dentro de una sociedad estructurada por y para ellos. Por lo tanto, las mujeres son un grupo que sufre la violencia estructural y simbólica dentro del sistema. Comprender estas relaciones desiguales de poder da paso a explicar la necesidad de recoger data que permita hacer de las mujeres un grupo menos vulnerable y además atacar de manera adecuada las problemáticas que enfrentan.
En Venezuela, históricamente las mujeres tampoco han vivido fuera del sistema patriarcal y los avances de los derechos humanos de las mujeres se ven frenados cuando el sistema democrático comienza a desarmarse, dando paso a una Emergencia Humanitaria Compleja que hoy día las mujeres enfrentan de manera diferenciada . Debido a esto, es tan importante documentar la situación de las mujeres, un grupo que usualmente es invisibilizado en las generalidades de las exigencias.
Sin datos actualizados, los Estados ocultan las realidades de los grupos más vulnerados y esto es un obstáculo para generar políticas y programas de ayuda; es aquí donde la participación de las organizaciones, grupos, colectivos y demás actores de la sociedad civil tienen un gran rol: tratar de hacer visible la situación de las mujeres en un país absorbido por una enorme cantidad de problemáticas. Esto definitivamente es un gran reto.
Para explicar mejor la situación de las niñas y mujeres venezolanas hemos entrevistado a tres mujeres representantes de distintas Organizaciones de la Sociedad Civil: Aimee Zambrano, feminista, investigadora y antropóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela, es fundadora del Monitor de Femicidios Utopix; Magdymar León, psicóloga clínica, feminista, coordinadora de AVESA y profesora de la Maestría en Estudios de la Mujer de la UCV; y Emili María Quintero, estudiante de actuación en la UNEARTE, mujer trans, activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ e integrante del Movimiento SOMOS.
Durante las crisis las realidades de mujeres y niñas se desdibujan
Los grupos feministas y de mujeres venezolanos han insistido en que la situación en el país afecta de manera diferenciada a las mujeres, pero el Estado sigue sin responder ante el llamado de la sociedad y la exigencia de cifras que permitan mostrar la realidad de las venezolanas.
En relación a esto, Aimee Zambrano, explica que “los Estados siguen teniendo una lógica patriarcal, una lógica por ende machista. Los derechos de las mujeres siempre quedan en la cola, terminan siendo los menos importantes a la hora de decidir esos planes y políticas públicas importante para el desarrollo de un país”.
Igualmente, ocurre que las exigencias de las mujeres y niñas queden solapadas por la toda la crisis de Derechos Humanos. Por su parte, León hace énfasis en que la realidad de las mujeres suele estar invisibilizada y oculta. “Lamentablemente no se ha comprendido aún que garantizar los derechos de las mujeres es un requisito indispensable para mejorar nuestro país”, por lo que el valor de los esfuerzos que hacen las organizaciones y demás grupos de la sociedad por dibujar la situación de las mujeres es doble en un sistema machista y conservador.
¿Por qué son tan necesarias las cifras?
Los datos, cifras e informes nos ayudan a tener una visión más clara de la situación de las mujeres y por ende, permite que se puedan generar políticas, iniciativas, programas y formaciones para garantizar los derechos humanos de las mujeres. Las cifras nos permiten situarnos y palpar realidades diversas.
Las cifras no son simples números, son nombres, son cuerpos que fueron violentados y que muchas veces los casos quedan impunes. Si no existen cifras oficiales, no existen realidades y problemáticas que atender. Un Estado sin cifras es un Estado que borra a su población, borra a las mujeres.
Según el Observatorio Venezolano de Violencia, 90% de los casos de homicidios quedan impunes, y hay una gran posibilidad que ocurra con los femicidios o asesinatos de mujeres que no fueron tipificados de la manera correcta debido a la falta de sensibilización en el tema
Si las cifras nos ayudan a dibujar la situación de derechos humanos de un país ¿qué pasa cuando hay ausencia de ellas? Pues es un Estado que niega las problemáticas. En el caso en torno a las mujeres, es un Estado que no da la información adecuada a la ciudadanía ni a los organismos internacionales con los que están vinculados.
“La consecuencia principal de este problema es que si no tienes cifras oficiales y no tienes indicadores no sabes a ciencia cierta qué es lo que está ocurriendo o cuál es la situación de las mujeres. Además, estás sin una guía para medir el alcance y la efectividad de las políticas públicas que estás aplicando para evitar la desigualdad que existe”, señaló Zambrano.
Interseccionalidad para no dejar a ninguna atrás
Es necesario entender que incluso en los grupos de mujeres existen personas donde la violencia les afecta de manera más acentuada, con una carga doble o triple. Este grupo de mujeres quedan invisibilizadas, a veces ni nombradas en los espacios donde se generan discusiones sobre las situaciones de las mujeres. Estas mujeres y niñas son indígenas, trans, racializadas, ubicadas en zonas periféricas y rurales.
“El enfoque interseccional permite tener una mirada más allá del género, es decir, más allá de los elementos vinculados al género que intervienen en los impactos y necesidades de las personas de un país. Cuando empleamos el enfoque interseccional se vincula la categoría mujer o la categoría hombre o trans, con las categorías: edad, pobreza, etnia, territorialidad, nacionalidad y muchas otras más. Esto significa que dejo de ver a las mujeres, a los hombres y a las personas trans como un grupo homogéneo, como idénticos, y paso a comprender toda la diversidad”, indicó León.
En Venezuela, las mujeres trans representan uno de los grupos más vulnerados. Al respecto, Quintero acota: “Somos la población, junto a la población intersexual y no-binaria, más vulnerada que existe en el país. Las únicas personas que nos ayudan son personas aliadas, familiares, amistades, y esto cuando tienes algunos privilegios”
“Las violencias que sufrimos las mujeres trans viene de todos lados, viene de todos los flancos, comenzando por el Estado que no nos reconoce como mujeres. Nos dejan expuestas a que la sociedad haga lo que quiera con nosotras. Para nosotras es difícil ir a una bodega, ir al supermercado, buscar un trabajo, buscar a mis sobrinos al colegio, hasta el hecho de ir a una institución educacional porque soy estudiante es un reto”, dijo Quintero.
Al no reconocer a las mujeres trans ellas quedan en una situación de doble vulnerabilidad, son las invisibles entre las invisibilizadas, no existen datos de casi ningún tipo. “Mis amigas son mis cifras porque el Estado no tiene ni maneja ninguna. Existen cifras con el tema de salud VIH y es más que todo por un estereotipo que afirma que las personas trans son promiscuas”, concluyó.
Mujeres como estas son las más invisibles y muy poco se sabe de su situación, son las más vulneradas entre las vulnerables.
¿A qué se enfrenta la sociedad civil a la hora de recoger información?
Documentar los hechos es el gran aporte de la sociedad civil, una sociedad que cree en la democracia y que cree que las mujeres merecen justicia. Han sido las organizaciones quienes han contribuido a recolectar datos para mostrar realidades y exigir con argumentos claros. Es un trabajo difícil, pues el acceso a la información es limitado. Zambrano resaltó que en Monitor de Utopix solo están documentados aquellos casos que se encuentran en prensa: “Siempre lo digo: es un subregistro y por ende queda por fuera mucha información, nosotros suponemos que quedan por fuera. Esos son los casos que han sido mediatizados”.
También las personas activistas se enfrentan a externalidades como un Estado que quiere silenciar la crisis en la que está sumergida el país. León señala que “ante una mayor vulneración de Derechos Humanos no se puede generar sino una mayor lucha por la defensa de los mismos. Riesgos hay muchos. En Venezuela, compañeros y compañeras defensores de derechos han sido víctimas de agresiones personales y vía redes sociales, allanamiento a sus sedes, detenciones, intimidación, entre otros”. Por lo que el esfuerzo por conseguir información, procesar datos y además no ser víctima de un Estado opresor es un trabajo difícil, pero que contribuye a seguir exigiendo con argumentos la libertad de las mujeres y niñas.
Auto-organización para hablar lo que el Estado calla
Son los informes, investigaciones y monitoreo de las organizaciones, grupos y colectivos de mujeres quienes han levantado una data importante para tratar de hacer visible a mujeres y niñas del país. Informes como Mujeres al Límite de AVESA, Niñas Visibles del Proyecto Mujeres, informes sobre femicidios de CEPAZ, entre otros, son informaciones que nos muestran el trabajo de una sociedad organizada, pero también la vulnerabilidad en la que están niñas y mujeres actualmente.
León señala lo importante de documentar desde la sociedad civil. “La documentación es muy útil para poder analizar los factores que inciden en la ocurrencia de las problemáticas, buscar soluciones y estrategias de abordaje. En definitiva, contribuye a un mejor diagnóstico en tanto incluye las necesidades, trabas y necesidades diferenciadas de las personas, en este caso, diferenciadas en función del género”.
Zambrano, por su parte, ve la auto-organización como una respuesta al vacío de información y dice que es la manera de poder exigir con bases un poco más claras: “Comenzar a generar nuestros propios indicadores es importante. Nosotras como organizaciones, como colectivo, como grupos necesitamos saber por dónde dirigirnos y saber cuáles son las primeras desigualdades que tenemos que atacar. Podemos sentir que sabemos, pero sin indicadores no tenemos eso claro, entonces tenemos que buscar otras alternativas, hacer una recopilación de datos”.
De igual manera, movimientos como SOMOS buscan crear espacios seguros para mujeres trans, mujeres que ni siguiera son reconocidas como ciudadanas y se enfrentan a una discriminación estructural de un Estado que no ha dado respuestas a sus exigencias. SOMOS cuenta con grupos de apoyo para el acompañamiento psicosocial para las personas LGTBIQ+. Quintero señala que este grupo de ayuda es un espacio para sanar los daños de la violencia y discriminación que mujeres trans y personas de la comunidad en general reciben.
Es importante saber que muchas de las organizaciones han documentado de manera interna los casos que llegan de mujeres y niñas vulneradas. “Hay otras compañeras desde el territorio desarrollando datos. Un ejemplo es Faldas-R con relación al tema de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; Uquira, con campañas sobre femicidios; y los colectivos y grupos de atención que hacen su levantamiento de información”, destacó Zambrano.
Este tipo de trabajo aguas-abajo, comunitario y de territorios periféricos muy poco es visibilizado, ya que hay grupos que no tienen la capacidad de generar grandes informes o no tienen acceso a tecnologías, sin embargo, lo hacen dentro de sus posibilidades. Al igual que las organizaciones, grupos y colectivos feministas y de mujeres que trabajan por el país y buscan responder ante el silencio del Estado.
Revisa todos los artículos de la revista "No Pensamos callar": https://www.amnistia.org/media/8150/ai_se_revistamujeres.pdf
Referencias
Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe https://oig.cepal.org/es consulta del 26.10.2020
Observatorio Venezolano de Violencia. Martín, S: En Venezuela 92% de los homicidios quedan impunes. (23. 9. 2019). https://observatoriodeviolencia.org.ve/news/en-venezuela-92-de-los-homicidios-quedan-impunes/ consulta del 26.10.2020