Sábado, 28 de noviembre, 2020
Gómez, Glendys
La cifra de personas asesinadas en México va en ascenso, según la organización Front Line Defenders, 306 defensores y defensoras fueron asesinados en 2019 en todo el mundo. La mayoría por defender derechos de las personas indígenas y del medio ambiente
El pasado 24 de octubre se cumplieron dos años del asesinato del defensor de la tierra y el medio ambiente Julián Carrillo, un asesinato predecible tras las múltiples amenazas que recibió durante años.
Julián era una persona valiente, amaba la naturaleza, defendía su territorio ancestral contra la tala, la minería y la siembra ilegal de droga, pues en últimos años, grupos del crimen organizado se han aprovechado de la escasa seguridad en la sierra para sembrar amapola y cannabis.
Debido a su trabajo como activista recibió durante años amenazas de todo tipo por lo que desde el 2014 fue inscrito en el mecanismo federal de protección a defensores de los derechos humanos.
Su casa fue quemada, y recibió amenazas de grupos armados no identificados en cuatro ocasiones diferentes desde el 2015. El 5 de febrero de 2016 su hijo, Víctor Carrillo, también murió asesinado por un grupo de sicarios. Dos de sus sobrinos, al igual que su yerno, murieron en represalias al activismo de Carrillo.
Las medidas cautelares no sirvieron de nada, la protección que le ofreció el Estado evidentemente fue insuficiente, le dieron un teléfono satelital y la presencia puntual de la policía cuando viajaban. Sin tomar en cuenta que por su aislamiento y difícil acceso, muchas comunidades en la sierra no tienen luz, agua o teléfono, ni acceso a centros de salud o escuelas.
Lamentablemente la cifra de personas asesinadas en México va en ascenso, según la organización Front Line Defenders, 306 defensores y defensoras fueron asesinados en 2019 en todo el mundo. La mayoría por defender derechos de las personas indígenas y del medio ambiente.
Han pasado dos años del asesinato de Julián Carrillo y nadie ha sido encontrado culpable de ello.