Lunes, 26 de octubre, 2020
Gómez, Glendys
Desde el mes de octubre del 2015 la vida de Josina dio un giro al ser víctima de violencia de género, fue agredida brutalmente por su entonces pareja, Rofino Licuco quien le propinó 3 golpes, dos a la cara y uno a la nuca, haciéndola sangrar y desmayarse. Al despertar se encontraba en el hospital, los golpes que había recibido le provocó la pérdida de la vista del ojo derecho.
Vivimos en un mundo que ha avanzado en tecnología, una de las características de la vida es el cambio constante, el mundo evoluciona y nosotros con él. Lo que hace suponer que las cosas cambiaron para las mujeres desde que empezaron a ser tomadas en cuenta en la sociedad, por décadas las mujeres han tratado de levantar sus voces para exigir igualdad, respeto y reconocimiento.
Es alarmante ver como en pleno siglo XXI se siguen sumando feminicidios, denuncias por violencia doméstica, por violaciones sexuales pero más alarmante aún es ver la impunidad hacia estos actos como en el caso de Josina Machel.
Josina Machel es una defensora de los derechos de las mujeres y niños en Mozambique, hija de Graça Machel la primera persona en el mundo en ser primera dama en más de una nación, su padre Samora Machel quien fue presidente en 1975 y 1986 e hijastra de Nelson Mandela.
Desde el mes de octubre del 2015 la vida de Josina dio un giro al ser víctima de violencia de género, fue agredida brutalmente por su entonces pareja, Rofino Licuco quien le propinó 3 golpes, dos a la cara y uno a la nuca, haciéndola sangrar y desmayarse. Al despertar se encontraba en el hospital, los golpes que había recibido le provocó la pérdida de la vista del ojo derecho.
Desde entonces Josina ha sido víctima de intimidación y hostigamiento con el fin de impedirle presentar una solicitud judicial contra Rofino. Fue seguida por hombres no identificados a través de Maputo y recibió llamadas intimidatorias, incluidas llamadas nocturnas de Rofino para advertirle que sabía que estaba sola en casa. En julio de 2016, las ventanas del auto de su amiga se rompieron mientras estaban en un restaurante en el centro de Maputo, y dentro de él se dejó una nota amenazante para Josina. Inmediatamente después de este incidente en julio de 2016, Josina presentó una solicitud de orden de protección en el Tribunal de Randburg, Sudáfrica. El Tribunal de Randburg rechazó la solicitud sobre la base de que no tenía competencia para pronunciarse sobre los hechos ocurridos en Mozambique.
En febrero de 2017, el Tribunal de Distrito Municipal de Ka-Pfumu condenó a su agresor por los delitos de violencia física y psicológica grave, en virtud de los artículos 246 (b), 171 (e) y 247 (i) del Código Penal de Mozambique. Rofino fue condenado a tres años y cuatro meses de detención, la cual fue suspendida bajo la condición del pago de daños morales y materiales por un monto de 2.800.000 dólares.
El 12 de junio de 2020, la Segunda Sección de Apelación Penal del Tribunal Judicial de la ciudad de Maputo, en la capital de Mozambique, anuló el veredicto de culpabilidad alegando que no había pruebas suficientes de culpabilidad. El Tribunal encontró que las pruebas médicas proporcionadas sobre el ataque carecían de credibilidad y los textos enviados desde el teléfono de Rofino después del ataque se leyeron como mensajes de un amigo "preocupado" en lugar de una admisión de culpabilidad. La Corte también dictaminó que no hubo testigos presenciales para corroborar los incidentes de agresión física y psicológica y que la prueba médica presentada no podía excluir la posibilidad de que la lesión de Josina fuera consecuencia de una simple caída u objeto contundente. El 5 de agosto de 2020, Josina presentó un recurso de apelación ante la Corte Suprema de la República de Mozambique contra la decisión. La Corte Suprema debe pronunciarse sobre la apelación.
Han pasado cinco años desde que ocurrió la agresión y Josina continúa en espera de que se haga justicia
“Es una burla total de la justicia que Josina Machel siga esperando que se le haga justicia cinco años después de haber sufrido una agresión brutal en un caso claro de violencia de género” manifestó Deprose Muchena, director de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral
Josina es la fundadora de Kuhluka Movement, un movimiento sin fines de lucro, para proteger y empoderar a las víctimas de abusos y de violencia machista, apoya a quienes los sistemas judiciales de todo el continente africano les han negado sistemáticamente la justicia.
Como Josina hay muchísimas mujeres víctimas de violencia de género, sin mencionar a todas aquellas mujeres que por temor no se atreven a denunciar ante las autoridades las agresiones que viven día a día, o que por motivos culturales como en el caso del medio oriente en el que las mujeres tienen un trato degradante denunciar no es una opción.