Miércoles, 13 de mayo, 2020
Hernandez, Jhosgreisy

La violencia intrafamiliar y la violencia hacia la mujer son hechos que han aumentado ante la cuarentena, dejando así más expuestas a cientos de personas que conviven diariamente con un agresor


El mundo se encuentra afrontando una crisis debido a la COVID-19, la cual ha hecho más evidente las constantes desigualdades y actos desfavorables. La violencia intrafamiliar y la violencia hacia la mujer son actos que se ha acentuado ante la emergencia que actualmente se vive en Venezuela, el caos y la ruptura de la cotidianidad contribuyen a un ambiente hostil que puede desencadenar un incremento en los episodios de agresión.

Magdymar León, coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa  (AVESA), afirmó que “en tiempos de cuarentena hay un aumento de la violencia de pareja, intrafamilar y sexual. El hecho que estén todos los miembros de la familia en un solo espacio con tensiones cotidianas empeora al existir un agresor, resolviéndose entonces estos inconvenientes por la vía de la violencia”.

Por su parte, la presidenta de la ONG “No Permitas Malos Tratos”, Mayela Carrillo, alegó que “la violencia ha aumentado en estos tiempos de cuarentena porque se han dado un conjunto de elementos que son características propias del abuso. Al victimario le costará trabajo aceptar la cuarentena que imponen las autoridades, el argumento de que es una forma de proteger a nuestros mayores no va con ellos porque carecen de empatía y son incapaces de ponerse en el lugar de los otros”.

En la actualidad, se indica que la mejor opción para detener la propagación de la COVID-19 es quedándose en casa, lugar que es el más seguro para evitar el contagio del virus, pero esta no es la mejor alternativa para las mujeres que conviven frente a frente con el peligro.

“Existen indicadores que delatan a un posible agresor, como lo son los ataques verbales, la rigidez de pensamiento, la falta de consideración hacia lo que siente la víctima, descalificaciones, imposición de lo que se debe hacer, control y supervisión”, aseveró León.

El tema de tener una agresor en casa debe tomarse como una circunstancia de gran peligro que amerita ser denunciada porque hay alguien que está abusando de su poder para intimidar y ocasionar un daño.

Víctimas presas de una dinámica compleja

El estar expuestos ante hechos traumáticos, la falta de apoyo, la intimidación y otros factores hacen que las personas normalicen hechos que no son nada comunes.

“Las estadísticas de la organización No Permitas Malos Tratos indican que el 80% de las mujeres que hemos atendido son sostén de hogar. No es un tema económico el que las obliga a estar en esa circunstancia, es algo social y cultural, es la presión de escuchar que no le puedes quitar el padre a un niño”, detalló Carrillo.

También informó que desde el 1 de enero hasta el 19 de abril del presente año, en los medios digitales se han reseñado 88 casos de violencia hacia la mujer. A su vez, el portal web Cotejo afirmó que van un total de 105 mujeres asesinadas en Venezuela al 28 de abril. 15 de estos casos se han suscitado en el Área Metropolitana de Caracas. Fuera de ella, Aragua y Zulia son los estados con mayor cantidad de asesinatos, con 15 y 12 respectivamente.

La violencia no es solamente un hecho físico, este tiene vertientes como la violencia psicológica, verbal, patrimonial, obstétrica o sexual, todas ellas capaces de dejar una marca negativa en la víctima, la cual se encuentra en una posición sensible en donde necesita de una red de apoyo.

Existen factores que hacen más vulnerables a los niños y a las mujeres ante situaciones de abuso, “en las relaciones humanas existe el poder y cuando entra en juego la fuerza, las críticas y las amenazas, todo se torna peligroso. El maltrato infantil también amerita una denuncia y una intervención por parte del Estado y de todos los cercanos, debido que ellos se encuentran especialmente frágiles”, comentó León.

Anteriormente, estos hechos se veían como algo ajeno y alejado al entorno inmediato pero, al transcurrir los años, las agresiones tristemente se han normalizado.

“La ley en Venezuela ayudó a que la violencia se viera como un delito capaz de experimentarse en cualquier escenario. Desgraciadamente, este hecho se ha entendido como algo común, la gente lo conversa y hasta revictimiza a las personas, al punto de aceptar esta forma de relacionarse y de solucionar los problemas”, denunció Carrillo.

La violencia no puede ser vista como un hecho del día a día, se debe identificar y entenderla como un delito. “Las personas adultas no podemos hacernos de la vista gorda ante hechos de agresiones porque estamos de alguna manera aceptando y ayudando a que la acción se reproduzca. No es un problema intrafamiliar, es un problema social el cual debe ser denunciado, sin juzgar a las víctimas y apoyándolas en todo momento” explicó León.

Carrillo señaló que el Estado debe habilitar más que un número telefónico para atender estos hechos, colocando así un sistema que le permita acercarse a las víctimas y que estas asistan a sus instancias para las debidas medias de protección.

“El Estado venezolano ha prestado atención de manera intermitente, creando instituciones e interviniendo. Sin embargo, desde hace varios años hemos visto como se han debilitado. Las respuestas no son las más eficientes, los feminicidios han aumentado y la situación es crítica en cuanto a cómo se manejan las políticas públicas. En el contexto de cuarentena el gobierno hizo una campaña y habilito el número de VEN911para que las mujeres puedan llamar pero esto es insuficiente”, denunció León.

Las organizaciones que se abocan a trabajar temas de abuso se encuentran dando todo de sí para no abandonar su labor y así continuar ayudando a todas las víctimas de violencia para que se alejen de hechos negativos, denuncien y se empoderen.

En el caso de la ONG No Permitas Malos Tratos, su trabajo ha pasado a ser por vía telefónica.

“Encaminamos a la víctima para que haga la denuncia y laboramos para que la persona tome conciencia de lo que está sucediendo. Hemos tenido que ser más incisivos con el uso del celular, eso ha traído un incremento en los gastos pero hacemos todo lo posible para acompañar a quienes se encuentran en riesgo. Hemos recibido más solicitudes de ayuda del interior del país y del extranjero”

En el caso de AVESA, se encuentran apoyando a diversas organizaciones en medio de la cuarentena realizando labores de divulgación y fortalecimiento de capacidades en la atención.

“La victima no es culpable y cualquiera puede sufrir de violencia”, sentenció Carrillo.

Para contrarrestar este panorama es importante que la víctima no espere hasta las últimas consecuencias para formalizar la denuncia o acercarse a pedir ayuda. También es indispensable que los vecinos, familiares y personas cercanas extiendan una mano y se interesen en lo que sucede evitando que así se presente una situación similar a la ocurrida con Morella, una mujer que estuvo raptada y sufriendo abusos constantes durante 31 años.

Las personas en situaciones delicadas no están solas, cuentan con una amplia variedad de organizaciones dispuestas a elevar su voz y hacer justicia como lo son: Fundación Comunidad Organizada para la Defensa de la mujer y las Familias del Mundo (CORDEMUN), Instituto Regional de la Mujer del Estado Vargas (IREMUJERVARGAS), Instituto Tachirense de la Mujer (INTAMUJER), No Permitas Malos Tratos, Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER), Defensoria del Pueblo, de Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa  (AVESA), División de atención a la violencia contra la mujer y la familia de la CICPC, PLAFAM, CECODAP y  el Servicio Telefónico Gratuito Nacional y Confidencial 800-Mujeres.

Por: Jhosgreisy Hernández.

@jhosgreCHG

Foto: Pixabay