Lunes, 23 de marzo, 2020
Avila Morillo, Karla
Al transcurrir un año de este nefasto suceso, la madre de Ángela, la señora Yerlis Yaguare de Aguirre comenta que ellos como familia sienten como si acabara de suceder y todo estuviera comenzando, siguen en el proceso legal en etapa de juicio en Caracas, donde son las audiencias una vez por semana.
Por: Karla Ávila Morillo / Bolívar
23/03/2020
Hace un año, la adolescente Ángela Nohely Aguirre Yaguare de 16 años de edad, desapareció mientras se encontraba celebrando el cumpleaños de José Alberto Cedeño en el Club Ítalo-Venezolano de Ciudad Guayana, lugar ubicado en las riberas del río Caroní con acceso a una pequeña isla semiprivada llamada “La Terecaya”, donde solo personas privilegiadas pueden tener acceso en lanchas.
Luego de tres días de búsqueda, el 26 de marzo de 2019 apareció el cadáver de Ángela flotando río arriba, es decir, contracorriente, muy cerca del balneario “El Rey”; allí estaba su cuerpo ya rígido con un traje de baño negro y un chaleco salvavidas del mismo color.
Desde ese momento empezaron las dudas en su familia, además de no poder creer lo sucedido, se sumaban más interrogantes en torno al caso, ya que Ángela estaba con personas que la conocían, quienes se supone no deberían hacerle daño alguno y en supuesto caso que corriera peligro, iban a socorrerla si ella lo hubiera necesitado.
Según la familia de la adolescente, las versiones de todos los acompañantes eran contradictorias, aunado a esta situación, se realizaron dos autopsias que arrojaron resultados distintos, en la de fecha 26 de marzo de 2019 se decía que “todas las lesiones encontradas fueron causadas cuando la hoy occisa se encontraba con vida”, además mencionaba lesiones en sus partes íntimas que evidenciaban relaciones sexuales contra su voluntad ya que los hematomas encontrados fueron hechos con violencia. Por otro lado, la otra autopsia, la cual fue hecha sin autorización de los padres, negaba todo lo dicho anteriormente, por lo que la defensa del caso recusó dicha prueba por considerarla inadecuada.
Siete personas que se encontraban juntas durante el cumpleaños fueron detenidas como sospechosas por el femicidio de Aguirre, ellos son: José Alberto Cedeño (18 años); José Zorrilla (44); Glauder Zorrilla (19); Orlando Salazar (35); Wilmer Díaz (30); Joselyn Barreto (18), y Dayana Nicieza (28), quienes hasta el día de hoy siguen contradiciéndose y negando lo sucedido, aseverando que todo fue un accidente.
Al transcurrir un año de este nefasto suceso, la madre de Ángela, la señora Yerlis Yaguare de Aguirre comenta que ellos como familia sienten como si acabara de suceder y todo estuviera comenzando, siguen en el proceso legal en etapa de juicio en Caracas, donde son las audiencias una vez por semana.
Además, desean expresar lo siguiente textualmente: “Algo que no habíamos dicho públicamente es que el día que fue hallado el cuerpo de Ángela le fueron tomadas varias fotos inmediatamente en el sitio por un familiar directo y que hemos decidido como familia hacerlas públicas para desmentir las versiones de personas allegadas a los acusados y los vicios en el caso ocasionados por los fiscales del MP Emiliys Hernández y Reny Amundaraín, en dichas fotos se muestra claramente el nivel de violencia que sufrió Ángela y que esas personas detenidas le ocasionaron, los siete son culpables y si hay más implicados ellos nunca los quisieron mencionar, cabe destacar que desde ese día esa fiscal estorbó la investigación impidiendo que fuesen realizadas pruebas importantes y negándose a solicitarlas para luego con su aliado Reny Amundaraín desviar la verdad descubierta por el CICPC y dejando todo viciado y a favor de los implicados”.
En las fotografías enviadas por la familia Aguirre Yaguare se ve claramente los brazos del cadáver de Ángela, uno con evidente marca de estar sujetado con algo y otro con lo que parece una soga gruesa envuelta en la extremidad, por lo que presumen que estuvo amarrada.
Rememora Yerlis que como padres, a pesar de las circunstancias económicas y sociales que vive Venezuela, ellos se sentían realizados como familia, felices por sus tres hijos, el poder garantizarles educación, amor, respeto, un hogar y la comida; lucharon siempre por garantizar el bienestar familiar de todos sus miembros, pero después del suceso donde fueron víctimas se sienten vulnerables por todo lo malo que rodea la sociedad, al ser acosados no solamente por delincuentes sino por funcionarios corruptos que buscaban amedrentarlos para abandonar la lucha y dejar el caso sin justicia, sienten que perdieron la seguridad, la estabilidad de su casa, el ingreso del empleo, ahora, además de sufrir la pérdida de su hija, les toca protegerse y resguardar a sus otros hijos para poder continuar la disputa por la justicia.
Comenta con aflicción: “Desde lo que sucedió, como familia, apenas nos hemos dedicado el tiempo a nosotros mismos, en pocas ocasiones nos hemos sentado a hablar, llorar, a tratar nuestro luto, a consolar a nuestro pequeño e inocente hijo por lo sucedido y a su hermanita, porque ya no puede estar en su casa, porque no puede regresar a su colegio, no podemos permanecer unidos, por las amenazas recibidas, ha sido demasiado difícil para nosotros y enfrentar también la dura situación del país”.
Hace referencia a que había leído en los medios sobre femicidios y violencia de género, recuerda que en la urbanización donde viven hubo un caso de una dama que fue asesinada por su ex pareja, situación que para ella fue impactante por lo cruel del suceso, sin embargo, como aspecto social nunca había hablado sobre las leyes que existen, como lo es la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, allí se dio cuenta que en Venezuela existe un alto índice de asesinatos entre los que se encuentran los femicidios, lo que a su juicio parecieran ser cifras invisibles para el Estado Venezolano, ya que no presentan estadísticas con los casos que afectan a una gran cantidad de mujeres, señala: “La violencia de género es un flagelo que azota a las mujeres venezolanas y es evidente la apatía e indolencia de las instituciones”.
Como victimas cercanas al caso, sienten que el camino ha sido muy largo, no saben qué tiempo les llevará todo el proceso, pero ahora ven que se ha llevado a cabo y sin demora, ya que solo declara un testigo por audiencia y se da una audiencia por semana donde son muchos testigos, sin embargo ahora dichas audiencias han sido postergadas por la contingencia nacional relacionada a la pandemia del Covid19. Hace énfasis: “Se expone un testigo o prueba por audiencia, uno por semana y hemos contado siempre con excelentes abogados para hacer prevalecer la verdad, solo nos gustaría que evaluaran dos o tres elementos de prueba en vez de uno solo cada vez”.
Yerlis manifiesta que los involucrados o allegados de los imputados por el caso, nunca les han expresado algún gesto de arrepentimiento, así lo dice: “Desde la desaparición de nuestra niña, desde la fatídica llamada a las 2:00 a.m. de ese domingo, durante la búsqueda y aun en juicio nunca han tenido o demostrado gesto alguno de arrepentimiento. Siempre hemos dado el ejemplo que para un chofer responsable cuando tiene un accidente y alguien sale lesionado, ese chofer responsable se preocupa por el bienestar y salud de esa persona ya que es su responsabilidad, se pueden imaginar si la persona fallece el remordimiento es difícil ya que sería su homicida. Por el contrario ellos nunca se acercaron a nosotros ni siquiera para dar aviso de lo que realmente sucedió”.
En cuanto a los testimonios de las dos mujeres, Joselyn Barreto (18), y Dayana Nicieza (28), comenta: “Ellas estaban allí cuando sucedieron los hechos y nunca se presentaron en la búsqueda, todos han mentido desde el principio, incluyéndolas a ellas”.
Al pasar por la impactante situación de ver a su hija muerta se ha dado cuenta lo difícil que es vivir dicha realidad. Por eso envía un mensaje a todas aquellas familias que han pasado por un escenario similar: “Nuestro mensaje es que luchen, no desistan, háganlo público, que toda la sociedad tenga conocimiento de lo ocurrido, háganlo por su familiar, que su muerte no quede impune, el sistema debe cambiar, se debe erradicar la impunidad, se deben hacer valer las leyes, nosotros estamos en gratitud con todas esas buenas personas que se solidarizaron con nosotros, por los que nos acompañan día a día y con nosotros exigen #JusticiaParaÁngelaAguirre, a todas las víctimas de violencia de género, háganlo público, no están solas”.
Conjuntamente, los miembros de la familia Aguirre Yaguare desean enviar un mensaje especial a las niñas, adolescentes y mujeres adultas con relación a la violencia de género, femicidios y derechos de las mujeres para prevenir contextos como el que vivieron ellos, explica: “Nuestro mensaje es que confíen más en sus padres y en el criterio de ellos, en general les recomendaría mucho sentido común, no consideren que eso no les puede pasar a ustedes., los peligros existen a nuestro alrededor, el país no es seguro, la sociedad actual no es segura, la impunidad reina por encima de la ley, vean las pocas estadísticas o en los sucesos el aumento de la violencia contra las mujeres, observen la crueldad de los crímenes, crueldad significa generar dolor y sufrimiento en otro ser viviente, se trata de una violencia con ensañamiento, han aumentado las violaciones en las niñas y adolescentes, la sociedad culpa a la víctima, se preguntan que hacía en ese lugar, por qué fue tan confiada, por qué aceptó su presencia, culpar a la víctima evita la solidaridad con ella, la humilla y encubre el abuso y crueldad, se establece la tolerancia hacia la violencia contra las mujeres”.
En cuanto a los derechos de las mujeres, Yerlis dice que las leyes son vacías y no tienen efecto o sentido si no existe un organismo o sociedad que las respeten y hagan cumplir, se pregunta de qué sirve tener leyes rigurosas si van a depender de un funcionario que crea o no en esas leyes, que las respete y haga respetar, que no se corrompa ante la corrupción, o que sea indiferente a las víctimas. Expresa que si existe la ley en contra de la violencia hacia la mujer entonces hay que darla a conocer e instruir a las personas.
Opina que los femicidios se incrementan por la falta de empatía, falta de funcionarios honestos que respeten las leyes y a su vez las hagan cumplir por encima de cualquier beneficio económico, asevera: “Pueden observar cualquier caso de femicidio en la actualidad, son pocos o ninguno que tienen procedimientos apegados al derecho, tienen un mal proceder o una irresponsabilidad de cualquier funcionario judicial, no podemos mencionar que son todos los funcionarios ya que aun existen buenos e imparciales oficiales que hacen bien su trabajo pero existen una gran mayoría que daña y ennegrece el buen proceder de los buenos funcionarios, eso hay que decirlo, hay que denunciarlos”.
Para finalizar, hacen un llamado a la opinión pública que expresan de la siguiente manera: “Hoy es la familia Aguirre Yaguare que atraviesa por esta tragedia que muchos opinaran que no es nada o es tan solo un caso más con todo lo que ocurre en nuestro país, pero debemos crear conciencia, tenemos que darle la seriedad que amerita ya que son todas nuestras hijas, sobrinas, nietas, hermanas, madres, tías, en fin todas nuestras mujeres quienes están en riesgo, debemos sentir empatía no con mi familia solamente sino con todos los casos de femicidios, las leyes deben ser más radicales y tener fiel cumplimiento con funcionarios honestos, con disciplina y entrenamiento adecuado en la atención de las víctimas, no hace mucho pudimos leer un caso de una joven que salió de un local y era de noche, les pidió ayuda a una patrulla de policía que pasaba por el lugar y estos en vez de ayudarla la llevaron a su delegación y abusaron de ella, así también como un famoso caso de una mujer que llegó a una oficina de atención a las mujeres en cuanto a la violencia de género y al poner su denuncia la funcionaria no la quiso tomar en cuenta, aun siendo ella también mujer, debemos crear conciencia, ya que en Venezuela todos corremos riesgo de ser víctimas de cualquier situación pues en la actualidad todo puede pasar pero las mujeres son más vulnerables, no es asunto de organizaciones no gubernamentales y grupos de lucha feminista solamente, esto es problema de toda la sociedad”.
Todas aquellas personas que están al tanto del femicidio de Ángela Nohely Aguirre Yaguare, esperan que el caso no quede en el olvido, por lo cual alzan sus voces periódicamente en redes sociales bajo la etiqueta #JusticiaParaÁngelaAguirre a modo de visibilizarlo en las tendencias para exigir que este femicidio no quede impune.
FOTO: ONG Codehciu