Martes, 18 de febrero, 2020
Alexsayder Castellanos
“Las autoridades competentes deben garantizar que la ayuda que ingrese desde algunas de las tres fronteras del país por medio del canal humanitario sea beneficiosa para la población más vulnerable”, ha dicho Susana Raffalli, asesora para la respuesta humanitaria de Cáritas Venezuela
Por: Alexsayder Castellanos
En Venezuela ante la vulneración de los derechos humanos de los habitantes por parte de las inacciones y decisiones de las autoridades estatales, organizaciones de la sociedad civil han canalizado su accionar para atender las difíciles condiciones de vida en la que han estado sometidas las personas durante la emergencia humanitaria compleja que existe en el país.
De alguna manera estas organizaciones están dando alternativas paliativas a lo que debería solucionar el Estado. Ante la incapacidad de las figuras de poder por garantizarle los derechos más básicos a la población, ellas salen adelante con sus programas asistenciales. Entre estas ONG, está Cáritas de Venezuela, la cual desde el año 1998 ha trabajado para que sea atendido lo urgente, lo necesario y lo imprescindible en cada región del país.
La organización se enfoca en la introducción de pilares de protección de los medios de vida de las personas, aumentando su capital humano, físico y social, y fortaleciendo sus capacidades para que logren sobrevivir o persistir la crisis de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA).
“El valor enorme de Cáritas y organizaciones no gubernamentales similares a ella, es que están trabajando la defensa de los derechos humanos con el triple mandato de acción humanitaria que es: el crecimiento o desarrollo de los más necesitados, atención de denuncias desde la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana y por último el testimonio de la defensa ante la vulneración de un derecho”, así lo expresó su asesora para la respuesta humanitaria, Susana Raffalli.
Están en cada rincón
Cáritas de Venezuela en conjunto con sus 500 sedes parroquiales, 33 diocesanas y más de 20 mil voluntarios en el territorio nacional, ha multiplicado su labor para jugar un papel protagónico en la asistencia de más de 7 millones de personas que hoy día son consideradas vulnerables en la nación.
De hecho, para influir en las realidades que vive la sociedad venezolana, la defensora señaló que es importante ampliar el tejido de las personas que se suman a la acción de la organización. “Nuestra área de Promoción Humana tiene como objetivo apoyar el fortalecimiento institucional de la ONG mediante la formación, construcción de redes de apoyo, dotación de modelos de organización y alianzas, aportes financieros y de proyectos”, acotó.
Actualmente, la organización ha tenido un proceso de expansión y fortalecimiento en el tejido de los núcleos parroquiales y del voluntariado, lo que les ha permitido seguir trabajando por el socorro, por la reconstrucción, por los derechos humanos y por la reconciliación del país.
Monitoreo de la desnutrición infantil
“Cuando Cáritas detecta a un niño en las últimas etapas de desnutrición, actúa rápidamente para salvarlo del filo de la muerte porque es su mandato inmediato”, así lo manifestó Raffalli.
Ante el escenario de crisis en Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) que viven hoy las personas en Venezuela, la organización se enfoca en la introducción de pilares de protección de los medios de vida, aumentando su capital humano, físico y social, y fortaleciendo sus capacidades para que logren sobrevivir.
Para atender las difíciles condiciones de vida que se han deteriorado en Venezuela desde el año 2015, Cáritas está monitoreando a 4 mil niños al mes con el objetivo de evaluar su estado nutricional y salvar a más del 50% de los atendidos.
Incluso en su informe de Gestión 2019, la ONG contabilizó a través del Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención en Nutrición y Salud (SAMAN) un aumento de la desnutrición aguda en más de 12% y el retardo de crecimiento en los niños en su primera infancia en más de un 34%.
En ese mismo año, realizaron la entrega de 87.291 porciones de alimentos, 865 ollas comunitarias y 3.000 bolsas alimentarias. Por ello, la defensora dijo que hacen del socorro su máxima expresión, es decir, cuando dan comida por medio de ollas de sopa, entregan alimentos, inauguran farmacias, dan atención a personas que han logrado huir de la trata y mejoran la alimentación de los niños.
Pero además del socorro en estos términos, Raffalli enfatizó que es una organización civil que en su accionar acostumbra hacer un llamado a no perder la esperanza, el valor espiritual y humanitario en su más íntimo significado para continuar teniendo la visión de salvación ante la crisis actual.
Garantías para la asistencia humanitaria
Para ayudar a 168 millones de personas en el mundo se requiere de 29.000 millones de dólares. Es decir, uno de cada 45 habitantes necesita comida, albergue, cuidados médicos y protección para sobrevivir, esto según el informe "Global Humanitarian Overview 2019" de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Tras hacerse pública la información de este informe, Raffalli indicó que los fondos donados por organismos internacionales no son suficientes para atender la magnitud de la crisis. “Sin embargo, se debe continuar presionando para que la ayuda alcance verdaderamente a todas las personas vulnerables en el país”, acotó.
Según la organización internacional para el año 2020, Yemen sigue teniendo la mayor crisis mundial, mientras que Venezuela lo es en la región de las Américas. Por ello, la defensora insistió en dejar el “simulacro” y reconocer la escala que tiene la crisis de la nación para que se permita la ayuda humanitaria con libertad de movimiento.
“Las autoridades competentes deben garantizar que la ayuda que ingrese desde algunas de las tres fronteras del país por medio del canal humanitario sea beneficiosa para la población más vulnerable. Además de permitir el acceso de información humanitaria para que la asistencia sea más efectiva”, enfatizó.
Plataforma humanitaria de otras ONG
Siendo una organización regida por los principios y la doctrina social de la iglesia, Cáritas comparte herramientas y fundamentos de trabajos con el Movimiento de Educación Integral y Promoción social, mejor conocido como Fe y Alegría para la elaboración de un sistema de monitoreo en los niños en edad escolar.
Cáritas de Venezuela, además, ha sido plataforma de implementación de proyectos humanitarios por parte de otras organizaciones internacionales que buscan intensificar su apoyo a la niñez venezolana para dar respuesta a las necesidades emergentes que enfrentan en materia de salud, acceso al agua, higiene y saneamiento, nutrición, educación y protección.
“Estamos implementando proyectos del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia, (Unicef) en sus siglas en inglés, Médicos del Mundo y Acción contra el Hambre. También hemos trabajado en coordinación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)”, dijo Raffalli.
La ONG actúa en alianza con la Red de Organizaciones de Acción Social de la Iglesia Católica por el Centro Gumilla, la Asociación Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (AVESSOC) y el Centro al Servicio de la Acción Popular (CESAP). En términos de los mecanismos internacionales de ayuda humanitaria, trabajan mayormente de la mano con Acción Solidaria.
Desafíos para su noble labor
Hace 22 años, Cáritas inició con acciones de socorro en Venezuela, pero al agudizarse la crisis ha ido evolucionando la naturaleza de su accionar, puesto que notaron que las personas hoy día necesitan apoyos que vayan más allá para que su situación se resuelva. "Ante esto están trabajando con mayor fuerza para que se dispersen los daños que viene generando más pobreza en nuestro país", señaló.
"Tenemos una emergencia humanitaria compleja en la que día tras día se trabaja para la mayoría de la población vulnerable". Raffalli expresó, además, que la organización civil se ha visto gravemente afectada por la migración forzada venezolana, sin embargo, seguirán captando a cientos de voluntarios en todo el territorio nacional.
Aun cuando implica un enorme sacrificio llevar la defensa de los derechos humanos en simultáneo con la justicia y paz por la ausencia de un Estado de derecho, Cáritas de Venezuela continuará su labor de socorro y monitoreo de la emergencia humanitaria compleja, específicamente en materia de alimentación y nutrición, con el objetivo de darle mayor visibilidad y respuesta a personas que sufren la vulneración de sus derechos.