Viernes, 15 de noviembre, 2019
Olivares, Génesis
El mundo es cada vez más diverso: con la globalización y la migración, personas de diferentes nacionalidades, etnias y culturas pueden vivir en un mismo vecindario. Asimismo, con el internet y las redes sociales, nuestras opiniones pueden llegar a cada rincón del mundo. Es por eso que la tolerancia como valor es más importante que nunca.
En la vida social, política y cultural, es preferible lo diverso a lo único. En el día a día, los individuos interactúan con otras personas de distinto color de piel, género, orientación sexual, religión, nacionalidad y cultura; así como con múltiples ideologías y opiniones. Es decir, el pluralismo es una característica intrínseca de cualquier sociedad contemporánea, con la globalización y los movimientos migratorios ocasionando que en cada rincón del mundo haya cada vez más diversidad.
No obstante, a medida que ha aumentado el pluralismo, también lo ha hecho el rechazo a lo diferente, el miedo a lo desconocido y el odio a todo aquello que esté fuera del sistema de valores de una persona. Por ende, el mundo cada día experimenta el auge de movimientos extremistas y radicales que atacan (a veces de forma violenta) a quienes consideran distintos. Han surgido grupos, partidos políticos y líderes cuyo discurso está basado en el odio y el repudio a un “enemigo”, alguien que está fuera del molde de lo que consideran normal o bueno. Las víctimas pueden ser, por ejemplo, musulmanes o personas LGBTI, lo cual lo hace más preocupante pues muchas veces estos grupos son minoritarios y están desprotegidos frente a legislaciones nacionales.
Es por eso que el 16 de noviembre de cada año es conmemorado el Día Internacional de la Tolerancia, en vista de que este es un valor fundamental para toda sociedad, ya que le permite a sus miembros respetar los sistemas de creencias de los otros, que aunque sean diferentes, son igual de comprensibles. Solamente en una sociedad que profese la tolerancia pueden convivir de manera pacífica distintas religiones, ideologías, culturas, entre otras expresiones de la diversidad que caracteriza a los seres humanos.
En este día es importante que cada persona piense qué puede hacer para hacerse a sí mismo y al lugar en donde vive más tolerante. La educación es la base de toda sociedad, y por ende, es fundamental que la misma contribuya en la formación de niños, jóvenes y adultos en valores ciudadanos como el de la tolerancia, para que de esa forma puedan aceptar y respetar las libertades de todos.
Más tolerancia en las redes sociales
Los medios de comunicación también juegan un papel importante: hoy en día, con las redes sociales, cualquier persona puede hacer comentarios intolerantes, por lo tanto es importante rebatir el discurso de odio con argumentos lógicos y razonables para que el mismo no cale en las mentes de otras personas. También, evitar los fake news y las campañas de desinformación, pues una sociedad más informada es una más tolerante.
Llamado a gobiernos y líderes
Asimismo, los gobiernos tienen el deber de practicar y promover la tolerancia: primeramente, estos deben ser más abiertos, garantizando la participación de distintos grupos políticos en la administración pública, con el fin de que la misma sea más plural; luego, urgen legislaciones que protejan y defiendan a las minorías de ataques violentos, que coaccionen el ejercicio de sus derechos y libertades; además, es fundamental reducir o neutralizar lo más posible los discursos demagogos y populistas, ya que estos sirven únicamente para desinformar y polarizar a la sociedad, propiciando el auge de movimientos intolerantes y peligrosos para todos.
En el plano internacional, organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) están comprometidos con el desarrollo y promoción de la tolerancia a nivel internacional, llamando al diálogo y entendimiento de países con distintas culturas y religiones para minimizar los conflictos entre ellos.
Sin embargo, cabría preguntarse ¿la tolerancia tiene límites? Diversos filósofos contemporáneos como Karl Popper y John Rawls han respondido afirmativamente esta pregunta. Popper dijo en su famosa paradoja de la tolerancia que no es posible tolerar a los intolerantes, ya que esto conduciría eventualmente a la desaparición de los tolerantes. Es decir, mientras en la sociedad hay pluralidad, aquellas opiniones y movimientos que profesan odio, son discriminatorias y buscan acabar con la diversidad, no pueden ser toleradas. Asimismo, es menester exigir que las distintas culturas no aprueben ni normalicen aquellos elementos que vulneran y coaccionan los derechos humanos y civiles de las personas.
Entonces, es evidente que en las sociedades plurales de hoy en día, la tolerancia es un valor fundamental para conciliar las diferencias entre individuos y lograr que convivan en paz respetándose mutuamente. Vivir en un mundo donde los derechos fundamentales de todos sean respetados pasa por aceptar que todas las personas son distintas y que no es correcto imponer mediante la fuerza sistemas de creencias propios a otros, sino simplemente aceptar la diversidad y considerarla como algo deseable siempre y cuando, las distintas expresiones de esta pluralidad no amenacen los derechos y libertades de otros.
Foto: Pixabay