Jueves, 18 de julio, 2019
Peña, Angello Javier
Su ardua lucha por los derechos humanos de todas las personas sin distinción -principalmente- de razas representa uno de los mayores logros en la defensa de los derechos humanos y dignidad de la persona humana. Los sucesos históricos contra los que luchó Madiba y que lo llevaron a prisión el 5 de agosto de 1962, primero en Robben Island -donde estuvo la mayor parte de la condena-, luego en Pollsmoor y finalmente en Victor Verster por “conspiración” y sentenciado a cadena perpetua, eran violatorios de los derechos humanos.
“Lo más fácil es romper y destruir. Los héroes son los que firman la paz y construyen” Nelson Mandela, 12 de julio de 2008, con ocasión de la sexta conferencia anual de la Fundación Nelson Mandela.
Nelson Rolihlahla Mandela, apodado como “Madiba” (nació el 18 de julio de 1918 y murió el 05 de diciembre de 2013) fue un abogado, político y luchador incansable por los derechos humanos de su país, Sudáfrica, denotando una gran filantropía a lo largo de su vida. Desde muy temprana edad tuvo participación en la política, cursó estudios de Leyes en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo fundando inclusive la primera firma de abogados negros -en el mismo lugar- y estuvo 27 años privado de libertad debido a su lucha contra el crimen de apartheid para lograr el respeto de los derechos humanos de toda la sociedad sudafricana.
Su ardua lucha por los derechos humanos de todas las personas sin distinción -principalmente- de razas representa uno de los mayores logros en la defensa de los derechos humanos y dignidad de la persona. Los sucesos históricos contra los que luchó Madiba y que lo llevaron a prisión el 5 de agosto de 1962[1], primero en Robben Island -donde estuvo la mayor parte de la condena-, luego en Pollsmoor y finalmente en Victor Verster por “conspiración” y sentenciado a cadena perpetua, eran violatorios de los derechos humanos, ya que, por ejemplo, para ese tiempo la segregación racial era tal que sólo los blancos tenían derecho al sufragio, libertad de desplazamiento por el territorio del país y de igual manera, no existía el derecho a la igualdad salarial ya que un blanco ganaba más que un negro por el mismo trabajo.
Asimismo, los negros no podían cohabitar o casarse con los blancos y los negros debían estudiar en escuelas separadas de los blancos, brindándosele la mejor educación a los blancos y configurándose en consecuencia un sistema totalmente discriminatorio y violatorio del derecho a la igualdad, lo cual inclusive se contemplaba en diversas leyes del sistema jurídico sudafricano[2]. De esta manera, tales derechos que hoy parecen muy básicos y que la mayoría de los Estados reconocen en la actualidad, fueron desconocidos en Sudáfrica y configuraron un trato diferencial y perjudicial por motivos de raza que conllevaron a vulnerar exacerbadamente el derecho a la igualdad y que impulsó a Madiba a exigir su reivindicación.
Pero aunado a lo anterior, lo que agravó aún más tales acontecimientos, es que para ese entonces ya se había suscitado la segunda guerra mundial y ya existía la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cual hizo que tales hechos se estamparan “como una mancha indeleble en la historia de la humanidad”[3] por la respuesta tardía que se tuvo ante dicha situación, sobre todo a lo interno del país africano.
Durante gran parte de los 27 años que estuvo privado de libertad padeció condiciones indignas como recluso, lo que lo llevó en varias ocasiones a ejercer acciones para el mejoramiento de sus condiciones de vida en prisión. Progresivamente serían mejoradas además, por el impacto que Mandela tendría no solo en su país, sino en la comunidad internacional, mejorando en aspectos como la alimentación, salud, deporte y vestimenta.
El 11 febrero de 1990, con 71 años, sería puesto en libertad tras un largo proceso para lograr el reconocimiento de los derechos humanos, que desde entonces se lograría vertiginosamente, con la abolición de segregación racial, eliminación de leyes discriminatorias, liberación de presos políticos y la creación de una Asamblea Nacional Constituyente para la realización de una Constitución multirracial y democrática. De esta forma, todos estos hechos positivos en la historia de los derechos humanos de Sudáfrica se lograron sin el costo de la guerra y a través de la voluntad de dialogar de los actores para llegar a una solución pacifica de las controversias y la reconciliación nacional, a pesar de los tratos inhumanos e indignantes con los que se tuvo que enfrentar Mandela, lo que lo llevó además a ganar el Premio Nobel de la Paz en el año 1993 ya que estuvo convencido de que la destrucción no era el camino y con la creencia -similar a como lo creía Ana Frank en su diario- de que a pesar de todo el odio en el “fondo del corazón de los seres humanos hay misericordia y generosidad”[4].
El 27 de abril de 1994 se celebraron elecciones democráticas y Mandela fue electo como presidente de Sudáfrica -desde 1994 hasta 1999-, siendo un gran cambio histórico que en cierta medida se debió al apoyo de la Organización de las Naciones Unidas “que emprendieron esfuerzos para lograr la eliminación del crimen de apartheid contra la humanidad”[5] y siendo el primer presidente negro y elegido mediante el sufragio universal ya que éste era “el único camino hacia la paz y la armonía racional”[6].
El 16 de junio de 1999 se retira de la vida política en su país, pero continuó activo en campañas por la paz mundial, la erradicación de la pobreza, la protección infantil y la lucha contra el VIH SIDA a través de sus diversas fundaciones. El 1 de junio de 2004 anunció su retirada definitiva de la vida pública y el 5 de diciembre de 2013 falleció a los 95 años como consecuencia de una infección pulmonar.
Esta es la vida -grosso modo- de un hombre que dedicó 67 años al servicio de la humanidad y representa uno de los mayores logros en la historia de los derechos humanos que logró, con mucho sacrificio y de manera pacífica, su meta: igualdad para todos, sin discriminaciones y la unión de Sudáfrica como país democrático donde se reconocen los derechos humanos que permiten a la sociedad vivir dignamente.
Su legado llevó a que el 10 de noviembre de 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamara su cumpleaños, 18 de julio, como el “Día Internacional Nelson Mandela”, en reconocimiento a su contribución a los derechos humanos, mediante resolución A/RES/64/13, que abarca desde la “solución de conflictos, las relaciones interraciales, la promoción y protección de los derechos humanos, la reconciliación, la igualdad ente los géneros, los derechos de los niños y otros grupos vulnerables, y la defensa de las comunidades pobres y subdesarrollados”[7] así como la denominación mediante resolución A/RES/70/175 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos como ”Reglas Nelson Mandela”[8] en homenaje a los 27 de encarcelamiento como parte de su lucha por los derechos humanos.
La defensa de los derechos humanos contra la discriminación y sus nuevas formas, desigualdades, pobreza extrema, conflictos bélicos e injusticias que enfrenta aun la humanidad, aunado al fortalecimiento de las organizaciones internacionales promotoras de los derechos humanos, son la mejor forma de defender el legado que Nelson Mandela dejó a nuestro mundo. Todas las personas debemos defender los derechos humanos como garantías de nuestra dignidad y reclamar su reconocimiento y cumplimiento en cada lugar donde no sean reconocidos o cumplidos.
[1] Anteriormente sería procesado junto con más de 100 personas de 1956 a 1961, por “alta traición”.
[2] Tal es el caso de la Ley de Áreas de Grupo de 1950, que distribuyó a la población sudafricana en un lugar determinado en función de su raza. La Ley de los 90 días y la Ley Contra el Terrorismo de 1967, que autorizó a la fuerza pública el uso de diversos métodos restrictivos de la libertad personal.
[3] Mandela, N.: Discurso ante el Comité Especial de las Naciones Unidas contra el Apartheid, 1990. Disponible en: https://www.un.org/es/events/mandeladay/assets/pdf/declaracion_mandela_22junio1990.pdf
[4] Mandela, N.: El largo camino hacia la libertad, Editorial Aguilar, Madrid, 2013, p. 645.
[5] Mandela, N.: Discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, 1994. Disponible: https://www .un.org/es/events/mandeladay/assets/pdf/declaracion_mandela_03octubre1994.pdf
[6] Mandela, N.: Discurso a la salida de la cárcel, Sudáfrica, 1990. Disponible: https://www.un.org/es/ eve nts/mandeladay/assets/pdf/declaracion_mandela_03octubre1994.pdf
[7] Asamblea General de las Naciones Unidas.: Día Internacional de Nelson Mandela, A/RES/64/13, 2009, Disponible: https://undocs.org/es/A/RES/64/13
[8] Asamblea General de las Naciones Unidas.: Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela), A/RES/70/175, 2015. Disponible: https://undocs.org/es/A/RES/70/175