Jueves, 20 de junio, 2019
Molina, José

El desplazamiento forzado de grandes grupos poblacionales debido a factores externos a la decisión individual, se ha visto en diversas regiones del globo a través de la historia, desde guerras o conflictos armados en países del medio oriente, hambruna en naciones africanas, así como por declives de carácter político y económico en el continente americano.


El desplazamiento forzado de grandes grupos poblacionales debido a factores externos a la decisión individual, se ha visto en diversas regiones del globo a través de la historia, desde guerras o conflictos armados en países del medio oriente, hambruna en naciones africanas, así como por declives de carácter político y económico en el continente americano.

Según cifras de Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), para el 2018 cerca de 65 millones de personas en el mundo ha abandonado sus hogares y territorios de manera forzosa.
 
En Latinoamérica, específicamente en Venezuela, estos datos ascienden a más de 2,9 millones de venezolanos distribuidos en Colombia: 1,3 millones, Perú: 760 mil, Chile: 288 mil, Ecuador 263 mil, Argentina 130 mil y Brasil 168 mil. Sin embargo, la diáspora total del país se encuentra en constante cambio, marcado actualmente por 4 millones de migrantes y refugiados al rededor del mundo.
 
Aunque en medios de comunicación los términos migrante y refugiado suelen emplearse a discreción, las características que los definen están establecidas en la Declaración de Cartagena, Colombia, del año 1984, en la cual reconoce además que la situación centroamericana "ha adquirido nuevas dimensiones que requieren una especial consideración", exponiendo en ésta mecanismos de protección internacional.
 
Se define como refugiado a aquellas personas que "huyen del conflicto y la persecución", determinando su condición y su protección por el derecho internacional, a fin de proteger su vida e integridad. Por otro lado, la concepción de migrante no posee una posición jurídica convenida entre las naciones, por ende, la ONU los determina como «alguien que ha residido en un país extranjero durante más de un año independientemente de las causas de su traslado, voluntario o involuntario, o de los medios utilizados, legales u otros».

Las razones por la cual ACNUR engloba el éxodo venezolano en "migrantes y refugiados" es porque ambos grupos se consideran vulnerables, además de fenómenos tan diversos como sus casos; así se encuentra: Crisis humanitaria compleja, altos índices de inseguridad y violencia, descenso del poder adquisitivo, menoscabo en la situación de salud, persecución por disidencia política y más vicisitudes que generan un evidente deterioro en los derechos humanos.  
Desde los Estados y organismos internacionales, su participación es determinada según los convenios y tratados multilaterales, sus políticas de Estado, intereses económicos, sociales y culturales, e incluso su propia seguridad, es por este motivo que se ha percibido apertura para la acogida de venezolanos en países como Argentina, Chile,  Colombia, España y Estados Unidos, y su por su parte un rechazo o la modificación de los trámites de ingreso para migrantes como en Perú.
 
Desde Amnistía Internacional Venezuela, la protección y defensa de los derechos humanos para todas y todos es esencial para el desarrollo de una vida plena como individuos, por lo que se exhorta a todos los Estados suscritos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos ampararse bajo las normativas internacionales en la seguridad de todos los refugiados y migrantes en el mundo con el objetivo superior de exaltar cada uno de los valores compartidos como humanidad.
 
 
 Autor: @josealejandromolinav