Miércoles, 06 de marzo, 2019
Alvarenga, Luis Miguel

Ofelia Álvarez Cardier es una destacada investigadora, promotora y defensora de los derechos humanos de las mujeres, que ha dedicado su vida al estudio de la situación de las féminas en Venezuela, para la creación de metodologías que prevengan la violencia de género y mejore las condiciones de vida en el país y la región


El refrán popular dice que “de tal palo, tal astilla”, para señalar la herencia que tienen los hijos con respecto a la labor de sus padres. Sin embargo, la vida de Ofelia Álvarez Cardier tomó un rumbo muy diferente al que tenía su padre, Luis Álvarez Marcano.

Hija del primer crítico de cine en Venezuela, Álvarez Cardier, recuerda cómo su padre vivía por el cine, cómo se apasionaba por escribir en los periódicos venezolanos y dejar plasmado en letras lo que sus ojos admiraban. Ella también disfruta mucho del séptimo arte, pero sus letras tienen otro objetivo: desvelar la realidad de la violencia de género en el país y mejorar constantemente los acuerdos marcos para la garantía de los derechos humanos de las mujeres.

Desde 1985, Álvarez Cardier tuvo la oportunidad de formar parte del grupo de personas que creó la segunda Casa de la Mujer del país, ubicada en un sector popular de Caracas. Sus estudios en educación, psicología social y su experiencia como profesora en la Universidad Central de Venezuela (UCV) le dieron base para enfrentar retos como este y muchos más.

La actual directora de la Fundación para la Prevención de la Violencia Doméstica hacia la Mujer (Fundamujer) recuerda que en esa ocasión formaba parte de la Cátedra Libre de la Mujer “Manuelita Sáenz” en la UCV, que en su momento fue única en su tipo y en donde se realizaron importantes contribuciones en el pensamiento hacia los derechos de las féminas.

Durante más de una década de labor entre las aulas y oficinas de la UCV, la Casa de la Mujer y Fundamujer, Álvarez Cardier apunta que muchos trabajos de investigación realizados para obtener licenciaturas y otros grados académicos fueron engavetados y desdeñados desde 1998, año en el que nuevas autoridades Estatales asumieron el poder.

Este y otros reveses no impidieron que Álvarez Cardier y el grupo de expertas que conforman Fundamujer implementaran una nueva metodología de trabajo para la prevención de la violencia de género, en la que los hombres son parte activa del cambio.

“Con esta metodología pudimos determinar qué se puede hacer realmente en materia de prevención contra la violencia de género y que esta se produce en mayor medida durante el noviazgo”, destaca.

Además, su trabajo de maestría enfocado en los hombres levantó revuelo en la comunidad académica, ya que una consagrada activista por los derechos de las mujeres y apasionada investigadora social enfocó su lupa en las actitudes aprendidas por quienes son mayormente acusados de ejercer la violencia.

“Los hombres a veces no quieren seguir siendo los malos de la partida. Hay casos en los que ellos cambian sus actitudes más rápido que las mujeres, sobre todo los hombres jóvenes, porque cuando hay una comprensión de lo que pasa y que esto debe ser transformado, el cambio ocurre más fácilmente”.

Por ejemplo, en Fundamujer se estableció un servicio de atención telefónico que fue una novedad entre los venezolanos, ya que no se pensaba que de verdad se pudiera hacer algún tipo de apoyo a distancia.

“Damos atención en crisis vía telefónica en la Fundación. Al principio pensé que no iba a tener mucha receptividad, pero al contrario, a muchísimas personas les ha servido e incluso hay personas que llaman para saber si es verdad que funciona”, explica.

La también coordinadora del módulo de violencia contra la mujer del Observatorio Venezolano de Derechos Humanos de las Mujeres asegura que se debe seguir trabajando por mejorar la situación de quienes son objeto de por lo menos 20 tipos de violencia, de acuerdo a las más actuales legislaciones en la materia.

Por los derechos humanos

Álvarez Cardier enfatiza que toda su vida ha estado vinculada a las investigaciones, estudios y activismo por las mujeres, su situación, sus derechos y potencialidades. Sin embargo, reconoce que fue a partir de su colaboración con el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) que su trabajo tuvo mayor proyección hacia los derechos humanos.

“Mi relación con Cepaz ha sido muy importante, elevó mi discurso a derechos humanos y actualmente estoy enviando mis trabajos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”.

Además, la investigadora ha sido corredactora de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (mejor conocida como "Convención de Belem Do Para") y ha colaborado activamente con otras organizaciones como la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa).

Este arduo trabajo solo tendrá fin cuando Álvarez Cardier vea que se produzcan cambios positivos, cuando las autoridades dejen de ejercer la violencia en múltiples maneras y haya incidencia efectiva en las instituciones, que redunde en la reducción de los casos de mujeres agredidas y asesinadas a manos de la falta de educación, mala crianza y pensamientos machistas.