En el marco del proyecto Reingeniería de la Seguridad Ciudadana de Amnistía Internacional Venezuela se llevó a cabo el foro “Violencia en Venezuela: repensar la seguridad ciudadana”, en el que se contó con la participación de los expertos  José Luis Fernández-Shaw, Magaly Huggins y Liliana Ortega

Amnistía Internacional Venezuela realizó el foro “Violencia en Venezuela: repensar la seguridad ciudadana”, donde varios expertos ofrecieron detalles para comprender características y propuestas en materia de seguridad ciudadana y así ser partícipes del llamado de atención a las autoridades sobre a la necesidad de plantear recomendaciones que ayuden a construir políticas públicas eficaces que garanticen la seguridad de todos los venezolanos.

El evento fue moderado por Natalia Gan, coordinadora del proyecto Reingeniería de la Seguridad Ciudadana, cuyo objetivo es propiciar espacios para la discusión y articulación que permitan repensar la seguridad ciudadana e influir en temas coyunturales que involucren el fenómeno de la violencia, incluyendo la respuesta y responsabilidad del Estado.

Marianna Romero, vice coordinadora de Amnistía Internacional Venezuela, dio inicio al evento invitando a los presentes a “repensar la problemática con perspectiva de derechos humanos para brindar propuestas y soluciones integrales que garanticen la vida de todas las personas en el país”.

El ciclo de ponencias lo inició José Luis Fernández-Shaw, sociólogo, especialista en violencia armada, profesor universitario y miembro de la Red de Activismo e Investigación por la Convivencia (REACIN). Durante su participación resaltó que la importación de armas de fuego hace que recrudezcan las muertes, cuyas víctimas en su mayoría son jóvenes en situación de pobreza. 

“Los victimarios de homicidios más importantes son autoridades (37,4%) y bandas (22,9%) en Caracas, según datos del Monitor de Víctimas”. El experto resaltó además que en el Arco Minero, al sureste del país, ha aumentado las muertes por armas de fuego de forma exponencial.

Seguridad con perspectiva de género

La experta en género y violencia, Magaly Huggins, psicóloga social y criminóloga realizó su ponencia en medio de la distinción de la perspectiva de género como rasgo definitorio de los roles sociales. Ahondó en detalle sobre la importancia de la presencia que debe tener la mujer en la deconstrucción de la violencia.

"La seguridad es un bien fundamental para una vida digna y realizada. Precisamente por eso puede ser reclamada como derecho”.

Destacó que Venezuela es un país en duelo básicamente por el uso indiscriminado de las armas de fuego. “Ellos mueren y ellas lloran. Es el drama de la violencia; el miedo y la impunidad se convierten en una forma de control social porque la impunidad es la única política pública exitosa”, concluyó Huggins.

La ponencia de cierre la realizó Liliana Ortega, activista de derechos humanos, directora y fundadora del Comité de Familiares de las Víctimas (COFAVIC) afirmando que esta organización siempre ha trabajado muy de cerca con las víctimas y se ha hecho un esfuerzo enorme en la denuncia de sus casos y el reconocimiento de sus derechos. 

Ortega, puntualizó que las ejecuciones extrajudiciales en el país no son hechos aislados ni fortuitos y aseveró que existe en la actualidad un cobijo institucional que no se puede dejar pasar y un desamparo a las víctimas que se debe denunciar.

“Desde el año 2015 los venezolanos viven en un Estado de Excepción que mantiene en un terreno incierto a la población, lo que contribuye a violaciones graves de derechos humanos”

Finalmente, la activista propuso que frente al fenómeno de las ejecuciones extrajudiciales y las violaciones graves a los derechos humanos, urge crear una política contra la impunidad.

Amnistía Internacional en su último informe Venezuela: Esto no es vida evidenció fallas en 17 planes de seguridad implementados en los últimos 20 años, además expresó preocupación por la ausencia de datos que permitan visibilizar y solucionar el problema. Con el proyecto de Reingeniería de la Seguridad Ciudadana se espera incidir y proponer el reto de repensar la seguridad ciudadana en donde la violencia es el caldo de cultivo de las fuerzas de seguridad y de la cotidianidad.