Miércoles, 03 de octubre, 2018
Ruocco, Darlymar

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, independientemente del delito del que se trate, de las características del delincuente y del sistema de ejecución utilizado por el Estado. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante. Además, se teme por la salud de este joven ya que padece persistentes dolores de cabeza y una infección renal, posiblemente como consecuencia de torturas.


Ramin Hossein Panahi es un valiente joven que fue condenado a muerte el pasado enero  por “empuñar las armas contra el Estado” (baqi). Lo declararon culpable por su pertenencia al grupo armado de oposición kurdo Komala. Uno de los requisitos fundamentales que se necesitan para comprobar esta culpabilidad e imponer la pena de muerte es vincular a Ramin a actividades que impliquen homicidio intencional y en su juicio no se encontró ninguna prueba de ello.

Según Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África durante el periodo de investigación le negaron el acceso tanto a su abogado como a su familia, así como a toda prueba en su contra.

Al saber que había sido condenado a muerte por su pertenencia a este grupo armado kurdo, Ramin se declaró en huelga de hambre el pasado 27 de enero; subsecuente a esto, tres días después un funcionario del Ministerio de Inteligencia fue a verlo a la prisión y le dijo que le conmutarían la condena de muerte por cadena perpetua si accedía a hacer “confesiones” televisadas y calificar en ellas a los grupos kurdos de oposición de “terroristas”. Ante esta negativa el funcionario se enfureció y le dijo que iba a pagar su “testarudez” con la vida. Ramin Hossein Panahi fue recluido entonces en régimen de aislamiento, y continúa así.

"Un sobrecogedor error judicial de principio a fin." Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, independientemente del delito del que se trate, de las características del delincuente y del sistema de ejecución utilizado por el Estado. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante. Además, se teme por la salud de este joven ya que padece persistentes dolores de cabeza y una infección renal, posiblemente como consecuencia de torturas.

En 2017 estuvo cuatro meses sometido a desaparición forzada. Afirma que durante ese tiempo y a lo largo de dos meses más de reclusión en régimen de aislamiento, funcionarios del Ministerio de Inteligencia y de la Guardia Revolucionaria lo sometieron de manera reiterada a torturas como azotarlo con cables, propinarle patadas y puñetazos en el estómago y golpearle la cabeza contra la pared. También le negaron deliberadamente la atención médica que necesitaba por heridas de bala que había sufrido en el momento de su detención.

“Instamos a las autoridades iraníes a no agravar este vergonzoso catálogo de violaciones de derechos humanos llevando a cabo lo que constituye la negación final e irreversible de los derechos humanos. La condena a muerte de Ramin Hossein Panahi debe ser anulada ya, antes de que sea demasiado tarde.” Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África

 

No podemos permitir que se sigan propagando estos abusos, mucho menos que continúe poniéndose en práctica la pena de muerte como castigo, es por ello que exigimos a las autoridades Iraníes:

- Garantizar que se anulen la sentencia y la condena de muerte de Ramin Hossein Panahi y se le deje en libertad si no hay pruebas suficientes, no obtenidas por medio de tortura u otros malos tratos, para imputarle un delito común reconocible y someterlo a un juicio justo y sin recurrir a la pena de muerte.

- Dejar de utilizar la negación de atención médica como medida punitiva y garantizar que Ramin Hossein Panahi tenga de inmediato acceso a servicios médicos adecuados fuera de la prisión.

- Ordenar que se realice con prontitud una investigación independiente e imparcial sobre su reclusión prolongada en régimen de aislamiento y sus denuncias de tortura y otros malos tratos , además de quese lleve ante la justicia a los responsables, incluidos quienes lo sean como superiores, para que sean sometidos a un juicio justo y en el que no se recurra a la pena de muerte.

 

¡Apóyanos y actúa conjunto con todos los activistas de Amnistía Internacional por los derechos de Ramin Hossein!