Miércoles, 19 de septiembre, 2018
Alvarenga, Luis Miguel
Alzar la voz por los derechos humanos de los venezolanos en instancias internacionales se ha vuelto cada vez más necesario, ya que el sistema de justicia en el país no cumple con la labor que constitucionalmente le corresponde realizar, por ello, el defensor de derechos humanos Carlos Correa destaca que desde 2001 ha tenido presencia en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos junto con Provea y Espacio Público, participando en más de 30 audiencias, así como en el sistema de la Organización de Naciones Unidas
Desde 1986, el periodista y defensor venezolano de derechos humanos, Carlos Correa, ha experimentado de cerca lo que significa el intento de las autoridades por imponer mordazas y limitantes a la verdad.
Graduado en periodismo y con una vasta experiencia profesional en radio, impresos y organizaciones que defienden derechos humanos, como Provea y Espacio Público, Correa ha palpado la transformación a la que fueron sometidos los medios de comunicación en Venezuela desde las instancias de poder, desde donde se ha limitado la libertad de expresión mediante leyes e instituciones que regulan los mensajes y coberturas periodísticas.
En la década de los años 80’, Correa producía contenido radiofónico para emisoras venezolanas con el fin de promover derechos humanos, pero además estaba en constante contacto con las comunidades al publicar denuncias sobre el actuar o la negligencia de las autoridades con respecto a sus obligaciones.
“Mi relación con el mundo de los derechos humanos tiene que ver con la cobertura periodística. Desde mediados de la década de los 80’ empecé a hacer programas relativos a derechos humanos en una emisora en Caracas y, luego, me relacioné con organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, como la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos y más tarde con el Programa Venezolano de Educación- Acción en Derechos Humanos (Provea)”.
Para el defensor, la cobertura periodística y el contacto con las víctimas, en un contexto donde las autoridades intentan limitar el libre ejercicio de la información, convierte en activista a quien sale cada día en busca de la verdad.
“El cambio está en el momento que haces una cobertura y ves la importancia de visibilizar víctimas y dar una perspectiva o acompañar. Además, empezamos a hacer cosas de organizaciones muy clásicas que no tenían una aproximación al tema de los medios. Desde muy temprano, cuando hacíamos periodismo, ya teníamos la perspectiva de derechos humanos”.
El defensor formó parte de la asamblea de Provea desde la fundación de la organización y más tarde, en el año 2001, ocupó la coordinación general hasta el año 2006. Además, desde el 2002 formó parte del equipo que comenzó a publicar informes sobre la situación de los derechos a la libertad de expresión y acceso a la información, que fue el inicio de la organización Espacio Público.
Defender en tiempos de crisis
El director ejecutivo de Espacio Público señala que estar del lado de las víctimas y trabajar para que las autoridades venezolanas asuman sus responsabilidades, ante las vulneraciones de los derechos humanos, se ha vuelto cada vez más difícil, debido a la grave crisis que se vive en el país.
En 2002, cuando los fundadores de Espacio Público comenzaron a publicar informes sobre la libertad de expresión, los casos sobre censura, agresiones contra trabajadores de prensa o medios de comunicación eran pocos, sin embargo, esta situación fue agravándose año tras año.
“Los informes antes eran muy pequeños porque había pocos casos por año, pero luego eso cambió porque la relación de poder con la garantía del derecho a la libertad de expresión se corrompió”, agrega.
El ataque por parte de las autoridades contra las personas que denuncian las violaciones a sus derechos humanos, así como en contra de quienes exigen las garantías establecidas en la ley, ha puesto en peligro la vida e integridad de los defensores de derechos humanos como Carlos Correa.
“Nosotros hemos sufrido las clásicas descalificaciones a través de medios públicos, que no cuestionan la calidad de nuestros informes o las perspectivas que proponemos, sino su espíritu de exigir la garantía de derechos. En una ocasión, cuando intentamos asistir al congresillo sobre la modificación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, fuimos agredidos”, recuerda.
Entre los momentos más impactantes están los ataques a las oficinas de Espacio Público, junto a los intentos de abrir procesos judiciales y demás acciones de índole represivos en contra de Correa y de las personas que laboran en la organización.
“Siempre estamos en alerta amarilla, nunca se sabe cuándo podría reactivarse una lógica de descalificación o en dónde se proponen atacar”.
Una voz que trasciende fronteras
La defensa de los derechos humanos no solos se limita a las fronteras venezolanas, ya que estos son universales y existen mecanismos internacionales que documentan, apoyan y sancionan casos en los que las autoridades venezolanas se han visto señaladas.
Correa destaca que desde 2001 ha tenido presencia en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos junto con Provea y Espacio Público, participando en más de 30 audiencias, así como en el sistema de la Organización de Naciones Unidas.
Alzar la voz por los derechos humanos de los venezolanos en instancias internacionales se ha vuelto cada vez más necesario, ya que el sistema de justicia en el país no cumple con la labor que constitucionalmente le corresponde realizar.
“La situación de los derechos humanos en Venezuela tiene que ver con el deterioro progresivo del derecho a la justicia, la ausencia del debido proceso, de la no independencia del poder judicial, que ha eliminado la posibilidad de que el sistema funcione de manera autónoma”, explica.
Enfatiza que la mejor manera de que un ciudadano pueda hacer valer sus derechos es ejerciéndolos, pidiendo sus garantías y conociendo lo mejor posible sus implicaciones.
“Si se tiene conciencia de derechos, asumes tu actuación en la sociedad de una manera distinta. Por ello, la primera tarea que debe hacer cualquier persona es tratar de conocerlos más en profundidad”.
Insta además a que cada persona genere métodos para ser solidario con los demás, ya que “en la medida que usted entiende que, si ayuda al otro para que esté bien, usted también está bien”.
Para Correa, como defensor de derechos humanos, la mejor retribución que puede tener en su vida es que se haga justicia en todos los casos en los que se ha vulnerado cualquier derecho de cada persona, ya que así se repara y desarrolla el tejido social en el país.
“Ese patrimonio asociado a los derechos humanos permite la construcción de una sociedad con instituciones, que permita una vida democrática de más calidad, con mayor inclusión. Es una herramienta sustantiva de la transformación, reconstrucción y diálogo”.