Miércoles, 29 de agosto, 2018
Ramirez, Sandra
En diciembre del 2014 Mohamed Mkhaïtirfue condenado a muerte por criticar el uso del islam para justificar prácticas discriminatorias contra grupos étnicos minoritarios en el país a través de su blog personal, en la plataforma digital Facebook.
En una era globalizada y digital como en la que vivimos actualmente, donde el medio de expresión por excelencia es el internet, es impensable que hacer uso de él para expresar nuestras opiniones pudiera ser castigado de alguna manera. Sin embargo, esto es lo que le sucedió a Mohamed Mkhaïtir, un joven defensor de los derechos humanos en Mauritania.
El 5 de enero de 2014 Mohamed Mkhaïtir fue detenido y acusado formalmente de apostasía (el rechazo de palabra u obra de la religión). Posteriormente en diciembre del 2014 fue condenado a muerte por criticar el uso del islam para justificar prácticas discriminatorias contra grupos étnicos minoritarios en el país a través de su blog personal, en la plataforma digital Facebook. Dicho blog llegó a ser catalogado incluso como “blasfemo”. Durante sus seis primeros meses de detención, estuvo recluido en régimen de aislamiento, en una celda sin baño.
En su publicación condenó el uso de la religión para discriminar a miembros de la clase marginada de los herreros, con quienes se identifica. Pero inmediatamente después de su publicación, recibió llamadas telefónicas acusándolo de blasfemia. En respuesta a esto, Mohamed Mkhaïtir publicó un segundo blog donde explicaba que su artículo iba dirigido a denunciar a quienes usan la religión para menospreciar a los miembros de castas inferiores.
A raíz de este artículo de opinión, miles de personas tomaron las calles a lo largo del país, incluida la ciudad capital, para pedir al gobierno su condena a muerte, lo cual demuestra que el deterioro moral se encuentra dentro de la propia sociedad al exigir que un derecho tan fundamental como lo es el derecho a la vida, le sea violentado a alguien en razón de una parcialidad religiosa.
La magnitud de este caso dentro de Mauritania fue tal, que Mohamed se arrepintió públicamente en el juicio, explicando que no había sido su intención hablar con ligereza del profeta Mahoma y sus escritos.
En su momento, el responsable de campañas de Amnistía Internacional sobre África Occidental, Kiné Fatim Diop, aseguró que Mohamed Mkhaïtir era un preso de conciencia y que los tres años que llevaba bajo custodia fueron sólo por haber ejercido su derecho a la libertad de expresión y pronunciarse contra la discriminación.
De igual manera, se exigió también su libertad de forma inmediata e incondicional, así como que la condena de muerte fuera anulada ya que iba en contra de todas las obligaciones contraídas por Mauritania en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y de acuerdo a lo establecido por el derecho internacional de los derechos humanos.
Finalmente el 9 de noviembre de 2017 el Tribunal de Apelación de Mauritania dejó en libertad al bloguero. Este representó una victoria para todas aquellas personas que desde el 2014 se habían estado encargando de hacer campaña por su caso
Pero este no siempre es el paso final para aquellas personas que por su labor de defensa de los derechos humanos son encarcelados injustamente o amenazados; las autoridades de cada uno de los países en donde se encuentren estas personas deben garantizar que posteriormente a los hechos acontecidos, las víctimas gocen seguridad jurídica para que puedan mediante su desarrollo personal recuperar su dignidad.
Es nuestra labor como activistas de los derechos humanos continuar exigiendo a los Estados que respeten todos y cada uno de los acuerdos internacionales que han suscrito, al igual que los derechos individuales y colectivos de su población, pero sobre todo, seguir defendiendo a aquellos valientes que, a pesar de que saben que pueden ser silenciados de la peor manera por realizar esta misma labor, siguen llevando el estandarte de la igualdad de derechos para todas las personas.
Red de Jóvenes
Referencias