Miércoles, 08 de agosto, 2018
Romero, Victoria
Wang forma parte de un grupo de 250 profesionales del derecho y activistas que han sido perseguidos en China sólo por hacer su trabajo. Pero él es el único que continúa recluido en régimen de incomunicación.
Wang Quanzhang es un abogado chino de derechos humanos que ha pasado años defendiendo los derechos de otras personas, y poniendo en peligro, con ello, su seguridad. Un día, hace casi tres años, las autoridades chinas se lo llevaron, y su familia no sabe aún dónde se encuentra ni si continúa con vida...
En el año 2015 inició una represión de gran magnitud en China contra defensores de derechos humanos, en especial hacia profesionales del derecho que defienden casos de violación de estos derechos. Alrededor de 230 personas relacionadas con el activismo en derechos humanos, han pasado por dependencias policiales.
El caso de Wang Quanzhang ocurrió en el contexto de esta represión, en donde conjuntamente con doscientos defensores de derechos humanos y abogados fueron arrestados en agosto de 2015 por las autoridades chinas. A Wang Quanzhang se le acuesa de ser “sospechoso” de “subvertir el poder del estado”.
En el marco de estas detenciones en 2015, donde cientos de activistas y abogados se vieron perjudicados, el único al que nadie ha vuelto a ver es a Wang Quanzhang. Se teme por su vida ya que tiene meses en paradero desconocido y además permanece incomunicado.
La terrible situación por la que está atravesando este valiente defensor de derechos humanos, no solo afecta la vida de Wang Quanzhang, sino la de toda su familia, que con preocupación anhelan que vuelva a casa.
Quanquan, de cinco años, piensa que su padre es un héroe, pero no lo ve desde hace casi tres años porque el gobierno chino lo tiene recluido.
Sin embargo, Quanquan y su madre, Li Wenzu, están intentando rescatar a Wang Quanzhang y llevarlo a casa sano y salvo. Cuando se cumplieron 1.000 días de la desaparición de su esposo, Wang Quanzhang, Li Wenzu realizó una marcha de 100 kilómetros, desde Pekín hasta Tianjin, donde ella considera que podría encontrarlo.
A pesar de que las autoridades se opusieron, Li Wenzu considera que no la han hostigado más, sólo porque el mundo está observando.
Con tu apoyo y la de todos los activistas de Amnistía Internacional podemos lograr que el gobierno chino debe retire todos los cargos contra Wang Quanzhang, y logre dejarlo volver a casa con su familia de inmediato.