Lunes, 26 de marzo, 2018
AIVEN, Equipo de Documentación
Gloria Tobón fue detenida junto a su hija el 19 de marzo de 2014 en un operativo conjunto de la Guardia Nacional y el Ejército en Rubio, Estado de Táchira. Gloria Tobón fue liberada dos días más tarde cuando fue presentada a las autoridades judiciales pero sufrió torturas y otros malos tratos mientras estuvo detenida.
Gloria Tobón fue detenida junto a su hija el 19 de marzo de 2014 en un operativo conjunto de la Guardia Nacional y el Ejército en Rubio, Estado de Táchira. Gloria Tobón fue liberada dos días más tarde cuando fue presentada a las autoridades judiciales pero sufrió torturas y otros malos tratos mientras estuvo detenida.
Gloria Tobón relató a Amnistía internacional cómo ese día intentaba viajar a la capital del Estado para comprar alimentos cuando fue detenida con su hija. Cuando llegaron al terminal de autobús, vieron que se estaba realizando una protesta y los efectivos militares le aconsejaron no viajar, tras lo cual decidió sentarse con las personas que protestaban. Los efectivos de las fuerzas de seguridad la tomaron del cuello, le arrastraron por varios metros e introdujeron a la fuerza en una camioneta. Durante el traslado al centro de detención le golpearon y amenazaron con aplicarle corriente eléctrica para que dijera quienes eran los líderes que financiaban las protestas.
Mientras estuvo detenida tenía los ojos vendados, le echaron agua y le aplicaban descargas eléctricas por los brazos, los senos y los genitales. Gloria Tobón describió cómo fue amenazada con ser asesinada mientras estaba detenida: “se burlaban de nosotros, nos decían que nos iban a llevar para una montaña, que nos iban a matar, que nos iban a picar en pedacitos, que iban a hacer una fosa, que nos iban a enterrar, que nadie nos iba a conseguir”.
En el mismo operativo en que Gloria fue detenida en Rubio, al menos otras 21 personas más fueron detenidas.
Amnistía Internacional pudo hablar con cuatro de ellas quienes declararon haber sido víctimas de tortura y otros maltratos también, pero por temor a posibles represalias, la mayoría de los entrevistados solicitaron a la organización que no hiciera públicos sus nombres.
En sus testimonios a Amnistía Internacional sobre su detención y tiempo en custodia, los detenidos relataron recibir patadas, múltiples golpes incluidos con un tubo de metal, una bomba de gas lacrimógeno y armas, ser insultados, amenazados de muerte y de violación sexual; en algunos casos recibieron corrientes eléctricas estando esposados. Declararon que todos los detenidos, hombres y mujeres, estuvieron recluidos en una misma sala, con los ojos tapados por varias horas. A pesar de que no podían ver que sucedía a su alrededor, escucharon como golpeaban a los que estaban a su lado. Les preguntaban quiénes eran los líderes de las protestas y quién les pagaba. Al menos en el caso de una detenida, se le habría obligado a presenciar cómo se golpeaba a otro detenido.
Al día siguiente, a todos los detenidos les realizaron un examen médico forense al que Amnistía Internacional ha podido tener acceso. Estos informes no cuentan con información clave que deberían contener de acuerdo a los estándares internacionales. A pesar de ello sí determinan que 12 de los 23 detenidos presenta algún tipo de lesión.
Gloria Tobón denunció frente al Ministerio Público estos hechos y consecuentemente recibió insultos y amenazas cuando se encontraba en la calle por parte de los efectivos de las fuerzas de seguridad que la detuvieron y que seguían en servicio activo. Amnistía Internacional no tiene información sobre el resultado de las investigaciones por las amenazas e intimidación que se estarían llevando a cabo en este caso.
El Ministerio Público informó a Amnistía Internacional que ha solicitado el sobreseimiento de la causa lo que conllevaría el cierre de la investigación por la tortura y maltratos sufridos por Gloria Tobón sin que ninguno de los responsables comparezca ante la justicia.