Martes, 06 de febrero, 2018
Alvarenga, Luis Miguel
La activista y actriz venezolana, Tania Sarabia, denunció que en el país se han visto vulnerados y violados los derechos humanos, especialmente los relacionados a la salud, a la libertad de expresión y a la alimentación, por lo que enfatizó la imperiosa necesidad de promover su defensa, así como la existencia de más defensores, defensoras y organizaciones que se dediquen a esta actividad
Venezuela y su ciudadanía son conocidas por tener un buen sentido del humor y encontrar el lado positivo a casi todos los aspectos de la vida. La actriz y defensora de los derechos humanos por la salud, Tania Sarabia, es un claro ejemplo de cómo la risa, la profesión y la experiencia pueden ayudar a enfrentar una de las enfermedades más terribles que una mujer puede padecer: el cáncer de mama.
Actualmente y desde hace más de 15 años, Tania Sarabia dirige sus esfuerzos de la mano con la organización de la sociedad civil SenosAyuda, a concientizar a las mujeres sobre la importancia de cuidar sus senos, realizar una mamografía anual y lograr que los pacientes con cáncer de mama obtengan los medicamentos necesarios para superar la enfermedad.
Cuando la actriz comenzó a superar esta terrible enfermedad inició a involucrarse con mucha más cercanía a SenosAyuda. “Recuerdo que Bolivia Bocaranda, directora de la ONG, me contactó y me pidió formar parte de ella. Por supuesto yo quedé encantada porque sabía que con esta iniciativa íbamos a poder ayudar a más venezolanas que pasan por esta cruel enfermedad y no saben qué hacer”.
La actriz indicó que ahora afortunadamente la organización está “recibiendo muchas donaciones de quienes tuvieron un familiar con cáncer”. Las personas están mucho más prestas a donar su cabello para fabricar pelucas, ofrecer medicamentos o implementos necesarios para luchar contra la enfermedad, resaltó.
En esta oportunidad el humor y la carrera de Tania Sarabia no podrían quedar a un lado, por lo que una de sus principales actividades con SenosAyuda es protagonizar el monólogo “Esa costilla de Adán estaba piche”, con el que llama a tomar conciencia a jóvenes y adultos en la prevención del cáncer de mama.
Destacó que “el humor puede ayudar a curar el cáncer”, pero recordó la importante responsabilidad que tiene el Estado venezolano en el mantenimiento de un sistema de salud que garantice el derecho a la vida de todas y todos.
“El teatro hace que tomes mucha más conciencia de tu responsabilidad con la salud, que lo internalices, pero la educación se construye en la familia, la escuela y el Estado. Es una trilogía que no se puede romper”, aseguró.
Denunció que en Venezuela se han visto vulnerados y violados los derechos humanos, especialmente los relacionados a la salud, a la libertad de expresión y a la alimentación, por lo que enfatizó la imperiosa necesidad de promover su defensa, así como la existencia de más defensores, defensoras y organizaciones que se dediquen a esta actividad.
Sarabia señaló que a través del trabajo que llevan adelante las organizaciones que defienden los derechos humanos “no te sientes tan huérfano en el mundo, ya que sabes que existe un montón de gente que te protege de las injusticias o las adversidades”.
La pasión de Tania
Nacida en 1947, Sarabia cuenta que durante su juventud siempre tuvo el sueño de ser actriz, pero por la propia educación familiar se veía limitada a expresarlo.
Sin embargo, años más tarde pudo manifestar su deseo de estar sobre las tablas al destacado dramaturgo venezolano José Ignacio Cabrujas, a quien conoció luego de acompañar a una amiga a comer con el maestro.
“Yo estaba joven, fuimos para allá y hablamos con él cuando ni siquiera lo conocía en persona. Entonces le dije que quería ser actriz, pero mi familia no me dejaba. Luego, él me preguntó si yo había hecho algo y le dije que sí. ¿Qué había hecho? Me preguntó y le dije: el amarillo. ¡Sí! el amarillo de la bandera, en el colegio. ¡Eso a él le resultó muy cómico!”.
Su carrera en el mundo de las tablas comenzó con una inquietud sobre el trabajo de Cabrujas, quien le comentó que estaba escribiendo lo que después se convertiría en una de las obras más emblemáticas del país: Acto Cultural.
De esta manera, Cabrujas llevó a Tania Sanabria a un reconocido canal de televisión para participar en varias telenovelas, para después integrar la Compañía Nacional de Teatro por cinco años, en donde ejecutó clásicos de Shakespeare, Goldoni, así como Sainetes Venezolanos.
En la Compañía fue dirigida por los maestros José Ignacio Cabrujas, Isaac Chocrón, Roman Chalbauld, entre otros grandes de las tablas venezolanas. Sin embargo, retornó a las cámaras para protagonizar novelas y largometrajes.
“Yo sí he trabajado en todos los canales. Hice teatro, televisión, cine... ¡lo único que me falta es ‘a fines’, que será circo! –se rio-. Si estuviese en un circo, sería payaso, porque el dueño es para administrar, cobrar, pagar y yo no sé de eso”, sostuvo la actriz.
Una activista ferviente
La vida de la actriz no solo estuvo acompañada del reconocimiento por entretener al público, sino por ser una constante activista por la vida, la salud y los derechos de todas y todos.
Sarabia formó parte de la fundación Artistas por la Vida en la década de 1980, que se dedicó a recaudar fondos para adquirir el tratamiento médico que necesitaban quienes padecían de los, para entonces recién descubiertos, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
“En Artistas por la Vida hacíamos eventos para poder adquirir los medicamentos para los enfermos, para poderlos hospitalizar”, relató Sarabia, quien agregó que para ese entonces el Estado venezolano sí colaboraba con el programa, hecho que en la actualidad lamenta que no ocurra.
La fundación Artistas por la Vida tenía su sede en la Casa del Artista, espacio creado y mantenido para la presentación de obras y eventos de todo tipo, así como para la defensa del gremio artístico. Sin embargo, ahora la fundación casi no funciona “porque nos sacaron” de la Casa en 2016, por orden del entonces presidente del espacio –que fue adscrito al Ministerio de Cultura en 2004-, el también actor Roberto Messuti.
Pese a las dificultades, la actriz no dejó de trabajar por los derechos de las personas, ya que también formó parte de la fundación Wayuú Taya, creada por la modelo y actriz venezolana Patricia Velásquez, para apoyar y defender a los pueblos indígenas de Latinoamérica, con especial atención en la etnia Wayuú.
En esta ONG, Sarabia y Velásquez llevaron a los pueblos indígenas fronterizos de la península de La Guajira atención médica, educación sexual y reproductiva, en donde además construyeron una escuela con materiales prefabricados e importados, con el apoyo de financiamiento internacional que, para el momento, era aceptado en el país.
Aunque los fondos de las fundaciones están destinados a las poblaciones vulnerables, desde el 2010 las ONG no pueden recibir financiamiento desde el extranjero, ya que la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional prohíbe esta acción.
“Patricia Velásquez hizo con la fundación una escuela bellísima con todo prefabricado, lo trajo desde afuera, pero con la prohibición del Estado no se pudo continuar”, lamentó.
Sobre la situación de los pueblos indígenas, Sarabia reveló que en la actualidad se encuentran vulnerables por el desabastecimiento de medicamentos y alimentos. La profunda depresión económica ha llevado que algunos wayuú subsistan precariamente, además que las niñas y mujeres sufren de violencia de género y violaciones sexuales.
Una de las vías que utiliza la actriz venezolana para divulgar las actividades de SenosAyudas y otras fundaciones son sus redes sociales, ya que publica las jornadas de donación, monólogos y planes de las organizaciones en el país. Te invitamos a seguirla y apoyarla en sus actividades.
Twitter: @TaniaSarabia
Instagram: taniasarabia