Viernes, 22 de septiembre, 2017
Montilla, Evelyn

Son muchos los factores que afectan el regreso a clase. La crisis económica y social por la que atraviesa Venezuela ha generado dificultades en la alimentación, el transporte y la  inseguridad, a estos problemas deben enfrentarse los docentes, estudiantes, padres y representantes; afectando de forma general a las familias Venezolanas e influyendo directamente en nuestros niños y niñas, dificultando  su regreso a clase.


Aunque el retorno escolar en la educación básica ha sido este lunes 18 de septiembre del año 2017, según la profesora Tahira Carao de la U.E Sagrados Corazones de Carapita Parroquia Antimano la asistencia a clase de los niños y niñas no se dio en un 70%. Según su apreciación esto motivado a dos factores; en primer lugar muchos colegios debieron cerrar sin una organización previa y segundo la mayoría de los niños en especial los de bajos recursos económicos no están preparados social y afectivamente para su incorporación al aula.

Son muchos los factores que afectan el regreso a clase. La crisis económica y social por la que atraviesa Venezuela ha generado dificultades en la alimentación, el transporte y la  inseguridad, a estos problemas deben enfrentarse los docentes, estudiantes, padres y representantes; afectando de forma general a las familias Venezolanas e influyendo directamente en nuestros niños y niñas, dificultando  su regreso a clase. La profesora Tahira Carao comenta que ha evidenciado la presencia de niños y niñas en las calles trabajando en la economía informal lo que le genera el temor de que muchos no regresen a las aulas abandonando las escuelas.

Sin embargo para este 25 de septiembre se espera el regreso de las y los estudiantes en las instituciones educativas;  las y los docentes se enfrentaran a diversas situaciones emocionales en sus aulas que sencillamente no se pueden describir, ni siquiera imaginar, porque cada año escolar trae nuevos retos, nuevas experiencias y este definitivamente no será la excepción. Seguramente al abrir la puerta de su salón de clase allí estarán sus alumnxs con la  ilusión de conocer a su   nueva maestra y el sueño de  una vida mejor. En muchos niños y niñas quizás esa aula de clase será un refugio y un escape a todos esos problemas que los adultos han colocado sobre sus hombros. Les tocara tener mucha paciencia quizás muchos de nuestros niños y niñas no tengan sus uniformes o útiles escolares completos pero si el deseo de  una vida libre de violencia en donde puedan disfrutar de todos sus derechos.

Definitivamente como dijo Malala Yousafzai ante la Asamblea General de la ONU  “Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar al mundo. La educación es la única solución” no hay mejor instrumento que la educación a través de ella se debe  afirmar la dignidad humana; sembrar una cultura de no violencia para construir una paz duradera, siendo esta un derecho inalienable y un deber ineludible de todos los Estados. La profesora Tahira siente que el inicio de un nuevo año escolar es una oportunidad muy valiosa para muchos niños y niñas ya que en las aulas encontraran herramientas para su vida y aunque la situación país nos plantee escenarios difíciles la educación genera la oportunidad de desarrollar nuevas formas de vivir unos con otros y con el planeta; mas a un si se les ofrece a los niños y niñas un ambiente libre de violencia lleno de amor y protección.

Lxs docentes hoy en día en Venezuela no la tienen fácil. Hay muchos factores sociales que desmotivan en su labor, sin embargo las maestras y los maestros con vocación creen en un futuro, en un cambio para la humanidad, en servir sinceramente, sembrando semillas de amor que se transformaran en frutos; generando los cambios que tanto anhelan; en sus manos esta ese futuro bonito que todos queremos; tengan presente siempre que educar no es solo dar conocimientos, lo más importante es enseñar comportamiento, sembrar principios, valores en los niños y niñas que tenemos en nuestras manos y nuestro deber es enseñarles a vivir.

Que este nuevo año escolar los alumnos y las alumnas se sientan felices, protegidos(as), en un entorno libre de violencia escolar; que sean capaces de construir su propio aprendizaje en libertad y armonía; ayuden a sus alumnxs a desarrollarse como ciudadanxs de modo que les interese el país, y su misión en el mundo. Deben enseñarles a pensar, a actuar con ética, a desarrollar competencias y a trabajar en equipo; en sus manos están los profesionales de las demás áreas, háganlo con pasión; mientras exista pasión y amor por nuestro trabajo, se obtendrán los resultados esperados.

Más allá de todo, los Estados tienen la obligación de garantizar que las educadoras y los educadores cuenten con las herramientas necesarias, sueldos y condiciones dignas para llevar a cabo su trabajo en armonía, así como capacitarles y evaluarles con el fin de asegurarse que la educación, derecho humano fundamental, está siendo impartida correctamente.

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