Como quizás no todxs saben, Amnistía Internacional inició en los años 60, como una organización de personas, la cual constaba de un grupo de escritores, académicos y abogados, que se unieron a la visión de Peter Benenson, nuestro fundador, con el único fin de identificar Prisioneros de Conciencia alrededor del mundo para pedir su liberación; más adelante que el movimiento amplió su campo de trabajo a todos los derechos humanos para todas las personas sin excepción, tomando una perspectiva más preventiva.

Pero ¿Qué es un Prisionero de Conciencia? Pues, ¿Alguna vez has sido discriminado por algún rasgo físico con el que naciste? ¿Alguna vez has sido criticado por pensar diferente a otra persona? ¿Alguna vez te has metido en problemas por expresarte o por pedir respecto? ¿Hasta qué punto has sido atacado por alguna de estas situaciones? Precisamente, los prisioneros de conciencia son personas que han sido encarceladas por motivos tan simples como la raza, religión o credo, color de piel, idioma, orientación sexual o cualquier motivo de conciencia, siempre y cuando no hayan practicado o promovido la violencia.

Ahora bien, ¿Por qué es tan importante actuar por los Prisioneros de Conciencia? Estas personas normalmente se encuentran en contextos muy vulnerables y, por tanto, violar sus derechos humanos es una práctica común por parte de los Estados. Es por ello, que te expondré a continuación algunos de los derechos humanos que principalmente les son violados a los Prisioneros de Conciencia:

El primer artículo que viola un Estado cuando crea un Prisionero de Conciencia es el Artículo 2, ya que este indica que todas las personas tienen los derechos y libertades que se proclaman en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sin distinción por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Ya que los Prisioneros de Conciencia son usualmente encarcelados por algunos de los motivos que indica este artículo.

El artículo 3 indica que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Sin embargo, estas personas son prisioneras, por lo que su derecho a la libertad no es garantizado y, dependiendo de la cárcel en la que se encuentre, su derecho a la seguridad podría tampoco serlo.

Por su parte, el artículo 5 establece que nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, pero la realidad muchas veces es diferente. Un ejemplo de ello es Ildar Dadin, quien alegó haber sido torturado en noviembre del año pasado. 

El artículo 7 se combina un poco con el artículo 2, estableciendo que todas las personas deben ser iguales ante la ley y deben gozar de igual protección. Esto se viola cuando vemos que las personas son encarceladas por sus ideales, por haber nacido en determinado lugar o ser proveniente de una etnia específica.

Con respecto al artículo 9, nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso o desterrado; estas personas son castigadas por las motivaciones en el artículo 2, por lo que todos los Prisioneros de Conciencia en sí mismos han sido detenidos arbitrariamente.

Además, el artículo 10 dispone que toda persona tiene derecho a ser oída públicamente por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal; pero siendo realistas, ningún tribunal imparcial encarcela a una persona por cualquiera de las motivaciones que se expresan en el artículo 2.

Otro artículo que se viola es el 11, pues este indica que se debe asumir que toda persona acusada de un delito es inocente hasta que se pruebe lo contrario, siempre que se hayan asegurado las garantías necesarias para su defensa; de manera que cuando es encarcelado (muchas veces de forma indefinida) por medidas preventivas, es una violación, especialmente considerando que estas personas no han utilizado o promovido la violencia con anterioridad.

El artículo 12 establece que nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, domicilio o correspondencia, ni ataques a su honra o reputación; pero al ser encarceladas, esta es una consecuencia inevitable, por lo que se viola este derecho humano.

En adición a todo lo anterior, el artículo 13 es violado cuando expone que toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Al igual que el artículo 12 es un artículo que inevitablemente se vulnera cuando se coloca a una persona tras los barrotes por motivos de conciencia.

Finalmente, debemos recordar que estas son solo algunas de las provisiones más directas que sufren los Prisioneros de Conciencia por su condición. Sin embargo, también pueden violárseles otros derechos humanos en su estancia en prisión. Por lo que estas personas no deben ser olvidadas bajo ningún concepto. Al contrario, debemos tomar acción y trabajar para que a los Prisioneros de Conciencia y todas las demás personas se les respete sus derechos humanos y puedan vivir de forma digna e íntegra.