Amnistía Internacional ha designado hoy presos de conciencia a tres destacados defensores de los derechos humanos de Hong Kong y China continental.
La abogada de derechos humanos Chow Hang-tung, el también abogado de derechos humanos Ding Jiaxi, así como el defensor de la libertad de prensa Jimmy Lai, están encarcelados únicamente por su activismo pacífico en favor de los derechos humanos. Amnistía Internacional ha pedido su liberación inmediata.
“Mientras el gobierno chino anuncia avances en sus medidas para fomentar los derechos humanos, las historias de estos tres defensores de los derechos humanos demuestran que en el país la realidad es radicalmente distinta”, ha declarado Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China.
“Reunirse con personal diplomático; debatir sobre política; quejarse sobre el trato indebido bajo custodia policial; hablar con las amistades en una sobremesa: todas estas cosas pueden llevarte a la cárcel en la China actual.
“La actual detención de Chow, Ding y Lai demuestra que las autoridades chinas siguen sin cumplir sus obligaciones internacionales, y su procesamiento pone al descubierto la cobardía de los agentes del Estado, que no aceptan las críticas, ya sean de expertos internacionales o de su propia ciudadanía”.
Jimmy Lai y Chow Hang-tung han sido víctimas del desmantelamiento del espacio de la sociedad civil y los derechos humanos que se viene llevando a cabo en Hong Kong desde la introducción de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín en 2020. Ding Jiaxi, como muchos defensores y defensoras de los derechos humanos en China continental, es víctima directa de las “leyes relacionadas con la seguridad nacional”, sumamente amplias e imprecisas, que permiten que se dicten sentencias condenatorias en juicios secretos y se impongan largas penas de cárcel.
Amnistía Internacional considera que preso o presa de consciencia es toda persona encarcelada únicamente debido a sus convicciones políticas, religiosas u otras convicciones profundas, su origen étnico, sexo, color, lengua, origen nacional o social, condición socioeconómica, nacimiento, orientación sexual, identidad o expresión de género u otra condición, y que no ha usado la violencia ni propugnado la violencia o el odio en las circunstancias que condujeron a su detención.
Poco después de la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Nacional, cerca de 200 policías asaltaron las instalaciones del periódico Apple Daily de Jimmy Lai, quien fue detenido junto con varios directivos del diario y acabó siendo acusado de “connivencia con fuerzas extranjeras” en aplicación de esta ley, y también de sedición. El Apple Daily cerró en junio de 2021 tras otra redada policial y la congelación de sus activos, una operación que Amnistía Internacional calificó de “flagrante ataque a la libertad de prensa”.
Lai, que está siendo juzgado por delitos contra la seguridad nacional, puede ser condenado hasta a cadena perpetua. Los tribunales de Hong Kong ya lo han declarado culpable en cuatro causas diferentes por “reuniones no autorizadas” en relación con su participación en protestas pacíficas, incluida su asistencia a la vigilia en conmemoración de los sucesos de la plaza de Tiananmen. También ha sido procesado por presunto “fraude”. A consecuencia de ello, ya está cumpliendo varias penas de cárcel por las que pasará casi siete años encarcelado injustamente.
Según los informes, Lai, que cumplirá 77 años en diciembre, ha estado recluido en régimen de aislamiento, y su salud es motivo de gran preocupación, especialmente tras haberse cancelado su comparecencia ante el tribunal a principios de junio de 2024. Esta preocupación se agrava ante los largos retrasos de su juicio por delitos en aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, que comenzó en diciembre de 2023 y, tras un largo aplazamiento, se espera ahora que continúe en noviembre de 2024.
Chow fue acusada en 2020 por participar en una vigilia pacífica en conmemoración de las muertes en la represión de Tiananmen de 1989, y en 2021 volvieron a presentarse cargos contra ella por pedir en redes sociales que se encendieran velas en memoria de las víctimas. Pasó 22 meses en la cárcel por atreverse a conmemorar sus vidas.
Chow también puede ser condenada a hasta 10 años de cárcel por “incitar a la subversión”, en aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, como exdirigente de la Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Patrióticos y Democráticos de China, que organizó durante 30 años la vigilia anual con velas en recuerdo de Tiananmen.
Al designar a Chow, Lai y Ding presos de conciencia, apoyamos a todas las personas detenidas injustamente por decir en voz alta lo que creen que es cierto.
Sarah Brooks
A pesar de estar encarcelada, Chow ha seguido utilizando sus conocimientos como abogada para defender derechos, y, por ejemplo, en 2022 consiguió que se levantaran las restricciones a la información sobre las vistas de fianza. Su actuación más reciente consistió en plantear un recurso contra la normativa que exige que las mujeres (a diferencia de los hombres) vistan todo el año pantalón largo en las cárceles de Hong Kong, donde las temperaturas suelen superar los 30 grados centígrados en verano. En el pasado, Chow ha sufrido represalias por este tipo de actividades de defensa, incluidos reiterados periodos de reclusión en régimen de aislamiento.
“Amnistía Internacional y muchas otras organizaciones y particulares han puesto de relieve las peligrosas deficiencias de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong en materia de derechos humanos. Pero en vez de tomar medidas para derogarla, en marzo de este año el gobierno de Hong Kong redobló su apuesta con una legislación local sobre seguridad nacional igualmente represiva (el llamado “Artículo 23”), que incrementa las penas de cárcel por el activismo pacífico, aunque se lleve a cabo fuera de Hong Kong o de China continental”, ha manifestado Sarah Brooks.
Ding fue condenado en abril de 2023 a 12 años de cárcel por “subvertir el poder del Estado”. Está en el punto de mira, como decenas de activistas y profesionales de la abogacía, tras asistir en 2019 a una reunión informal en la ciudad de Xiamen en la que se debatieron temas de actualidad en China. El activista y experto legal Xu Zhiyong, que también asistió a la reunión, fue condenado a 14 años por el mismo tribunal y los mismos cargos.
Ding estuvo más de un año incomunicado en régimen de “vigilancia domiciliaria en un lugar designado” tras ser detenido el 26 de diciembre de 2019. En este tiempo fue sometido a tortura y otros malos tratos, como ser interrogado durante horas y permanecer atado —muchos días más de 10 horas— a una “silla tigre” de hierro con los miembros contorsionados. Durante casi cuatro años, desde su detención inicial hasta su traslado a la cárcel tras su sentencia, no se le permitió el acceso a material de escritura.
Según los informes, sufre graves restricciones en la cárcel, como la suspensión de las salidas al patio. Su derecho a la comunicación se limita estrictamente a recibir cartas de familiares directos, tiene prohibidas las llamadas telefónicas y acceso limitado a material de lectura.
“La estrategia del gobierno chino para evitar el escrutinio incluye justificar de forma sistemática la represión despiadada, así como rechazar los esfuerzos para que las autoridades rindan cuentas por ella, describiéndola simplemente como meros ‘asuntos internos’. Éste es el motivo por el cual las historias de Jimmy Lai, Chow Hang-tung y Ding Jiaxi son tan importantes. Son los ‘asuntos internos’ que las autoridades chinas nos dicen que no merecen atención, dignidad ni justicia”, concluyó Sarah Brooks.
“Al designar a Chow, Lai y Ding presos de conciencia, apoyamos a todas las personas detenidas injustamente por decir en voz alta lo que creen que es cierto. Los tres, junto con las muchas otras personas encarceladas en Hong Kong y China continental por sus creencias, deben quedar de inmediato en libertad incondicional.”
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