Decenas de miles de trabajadores y trabajadoras migrantes viajan cada año a Canadá con la esperanza de proporcionar una vida mejor a sus familias. Canadá representa un sueño para muchas de estas personas, pues se les prometen oportunidades de trabajo y unas condiciones laborales de las que con mucha frecuencia no pueden disfrutar en sus países de origen. Sin embargo, muchas de ellas encuentran una realidad diferente a su llegada: se les hace trabajar un sinfín de horas sin descanso; se les asignan tareas no incluidas en su contrato; se les paga mal; sufren abusos verbales, físicos, sexuales y psicológicos; y a menudo se las somete a estereotipos y suposiciones acerca de sus aptitudes, conductas o identidades basados en su raza, el color de su piel, su nacionalidad o la etnia. Muchas personas no pueden dejar su empleo o cambiar de entidad empleadora, y tampoco denunciar abusos ni acceder a un recurso efectivo por esos abusos debido a las propias características de su visado.
Este informe se centra en mostrar las condiciones estructurales de las políticas de migración de Canadá que perpetúan la subordinación racial y la explotación laboral, y en como el racismo sistémico desemboca en violaciones de derechos humanos de los trabajadores y trabajadoras migrantes racializados. Investiga el impacto en los derechos humanos del Programa de Trabajadores y Trabajadoras Extranjeros Temporales (TFWP), un régimen de migración temporal que permite a las entidades empleadoras contratar a trabajadores y trabajadoras migrantes, principalmente en actividades mal pagadas de la agricultura, el procesado de alimentos, la red de cuidados y el servicio doméstico, pero también en muchos otros sectores en todo el país. La investigación de Amnistía Internacional concluye que la política migratoria de Canadá ha concebido, regulado y aplicado el TFWP de tal forma que aumenta de forma inherente el riesgo de que los trabajadores y trabajadoras racializados sufran explotación laboral y otros abusos, y genera consecuencias discriminatorias en violación de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
Las personas migrantes que viajan a Canadá en virtud del TFWP reciben visados temporales que las vinculan a una sola entidad empleadora (visados para una entidad empleadora específica o visados vinculados) que controla tanto su situación migratoria como sus condiciones laborales. Los orígenes de este tipo de visado se remontan a la década de 1960 y, paradójicamente, coinciden con la adopción por Canadá de un sistema de puntos para la inmigración concebido para acabar con el racismo explícito de la política de inmigración anterior. En ese momento, las autoridades introdujeron los visados vinculados para controlar a los trabajadores y trabajadoras negros caribeños que viajaban a Canadá con regímenes de trabajo temporal.
