A cientos de trabajadores migrantes contratados como guardias de seguridad para la Copa Mundial del año pasado se les sigue negando la justicia por los abusos que sufrieron, a pesar de que se advirtió tanto a la FIFA como al país anfitrión, Qatar, de que se trataba de personas especialmente vulnerables a la explotación, y a pesar de que los trabajadores denunciaron el trato que sufrían y protestaron al respecto.
Una investigación ha concluido que durante la Copa Mundial se produjeron graves abusos laborales que no se abordaron adecuadamente, pese a que en abril de 2022 Amnistía Internacional publicó un informe de 70 páginas que daba la alarma sobre los abusos laborales sistemáticos y estructurales existentes en el sector de la seguridad privada en Qatar.
“Los organizadores de la Copa Mundial eran perfectamente conscientes de los problemas, pero no adoptaron medidas adecuadas para proteger a los trabajadores e impedir abusos laborales predecibles en los lugares de celebración de la Copa, incluso después de que los trabajadores plantearan estas cuestiones directamente”, ha manifestado Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional.
“Ya han pasado seis meses desde que concluyó el torneo, pero ni la FIFA ni Qatar han ofrecido aún un programa efectivo y accesible para permitir que los trabajadores que sufren abusos reciban la justicia y la compensación que se les debe. La FIFA debe intervenir y ofrecer remedio inmediato y significativo por los abusos contra los derechos humanos sufridos por los trabajadores.”
Ya han pasado seis meses desde que concluyó el torneo, pero ni la FIFA ni Qatar han ofrecido aún un programa efectivo y accesible para permitir que los trabajadores que sufren abusos reciban la justicia y la compensación que se les debe.
Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional
La investigación muestra que los responsables de seguridad y los guardias contratados por Teyseer Security Services (una empresa con sede en Qatar) que trabajaron en los lugares donde se celebró la Copa Mundial de la FIFA sufrieron una diversidad de daños y abusos relacionados con el trabajo.
Entre los abusos se encontraba hacer pagar a los trabajadores tarifas ilegales de contratación y otros costes afines, y hacer declaraciones engañosas sobre las condiciones de su empleo. Según afirmaron los trabajadores, al finalizar sus contratos temporales no tuvieron más opción que volver a sus casas, lo que les negaba de hecho el recurso a cualquier reparación o indemnización.
Para su investigación, Amnistía Internacional habló con 22 hombres de Nepal, Kenia y Ghana, que formaban parte de los miles de trabajadores migrantes empleados en contratos breves por Teyseer. Amnistía Internacional revisó los contratos laborales, las correspondencia con las ofertas de empleo y materiales audiovisuales que incluían grabaciones de voz de comunicaciones entre trabajadores y agentes de contratación; también examinó información relativa a otros trabajadores que habían sido entrevistados anteriormente por el grupo de derechos humanos Equidem y que corrobora las denuncias de que muchas otras personas habían sufrido abusos similares.
Los entrevistados trabajaron como responsables de seguridad y guardias en el periodo previo al torneo y durante el evento, celebrado del 20 de noviembre al 18 de diciembre de 2022. Estaban destinados a diversos lugares, como el Estadio Internacional Jalifa, los recintos organizados por la FIFA para los hinchas, el Corniche y tanto el interior como el exterior de la estación de metro de Souk Waqif, en Doha.
Los nombres de los trabajadores citados se han cambiado a petición suya.
Los hombres llegaron a Qatar a mediados de octubre de 2022 y fueron contratados para trabajar durante tres meses. Según contaron todos ellos, tuvieron que pagar costes relacionados con su contratación para garantizar su puesto; 16 dijeron que habían pagado más de 200 dólares estadounidenses, y entre ellos había 4 que pagaron más de 600 dólares, el equivalente a más de un tercio de su total de ganancias previstas.
Para algunos, estos costes incluyeron hasta 300 dólares en tasas de la agencia de contratación, así como exámenes médicos antes de viajar a Qatar, pruebas de COVID-19 y comprobación de antecedentes penales. Cinco de los trabajadores de Ghana y Kenia dijeron que habían tenido que hacer frente a costes de entre 85 y unos 250 dólares estadounidenses cada uno para participar en un programa de formación de dos semanas en sus países de origen, durante el cual no les pagaron.
Algunos agentes de contratación dijeron a los trabajadores que Teyseer les pagaría los costes en los que incurrieran, y las cartas de oferta de empleo vistas por Amnistía Internacional confirmaban que la empresa se haría cargo de todos los costes relacionados con la contratación. Sin embargo, la inmensa mayoría de los trabajadores dijeron que esos gastos no se les habían reembolsado, a pesar de que representantes de Teyseer dijeron a algunos trabajadores, poco después de su llegada a Qatar, que escribieran a los directores de la empresa exponiendo las cantidades que habían pagado en concepto de tasas de contratación.
Marcus, de Ghana, de 33 años, que trabaja para mantener a sus hermanos y hermanas y pagó casi 400 dólares de costes de contratación, dijo: “Tuve que pedir un préstamo para pagar los gastos de viaje para trabajar en Qatar durante la Copa Mundial. Aún lo estoy pagando, y lo que gané no basta”.
Tuve que pedir un préstamo para pagar los gastos de viaje para trabajar en Qatar durante la Copa Mundial. Aún lo estoy pagando, y lo que gané no basta.
Marcus, de 33 años, que trabajó de guardia de seguridad en la Copa Mundial de Qatar.
Todos los trabajadores entrevistados dijeron que los representantes de Teyseer, o los agentes de contratación proporcionados por la empresa, hicieron falsas promesas como sugerir que podían ocupar puestos de más categoría y ganar 275 dólares adicionales al mes, o quedarse y trabajar en Qatar después del periodo de contrato de tres meses, o ganar posibles bonificaciones. Sin embargo, una vez en Qatar, nada de eso se materializó.
Richard, de 24 años, de Ghana, que trabajó en un campo de entrenamiento para uno de los equipos de fútbol de la competición, dijo: “He salido perdiendo, porque pagué casi 700 dólares antes de ir allí. No recibí más que unos 1.500, así que mis ganancias fueron sólo de 780. Habría ganado más que eso si me hubiera quedado en Ghana. Por marcharme perdí el trabajo, así que volví con poco dinero y sin trabajo”.
Más de un tercio de los hombres entrevistados, especialmente los empleados como responsables de seguridad, dijeron que su jornada era de 12 horas al día y que trabajaron 38 días consecutivos, sin días libres ni una remuneración adecuada para reflejar este trabajo adicional, lo cual infringe la legislación qatarí. Sus deberes a menudo los obligaban a estar de pie muchas horas sin sentarse, y a tratar con grandes multitudes después de los partidos, sin formación ni apoyo adecuados.
Kiran, de 26 años, de Nepal, que trabajaba como responsable de seguridad en la estación de metro de Souk Waqif, declaró: “Era un trabajo difícil, porque había una [estación de] metro en la zona y demasiada gente. Tenía que estar de pie entre 10 y 12 horas al día […] sólo apoyando la espalda en las barricadas. A veces teníamos miedo, porque había muchísima gente, y la multitud empujaba”.
Estos abusos dieron lugar a las protestas de numerosos trabajadores de Teyseer mientras estaban en Qatar. Algunos dijeron a Amnistía Internacional que habían denunciado el trato recibido a través de la línea telefónica de presentación de quejas de la Copa Mundial en noviembre, pero no se había tomado ninguna medida al respecto. Un trabajador dijo que un directivo había amenazado con despedirlos a él y a otros como represalia por quejarse, y les había advertido de que no volvieran a presentar quejas.
Unos días antes de que sus contratos vencieran a principios de enero, cientos de responsables de seguridad organizaron una protesta para reclamar lo que se les debía, incluidas las horas extra no pagadas y una bonificación que, según afirmaban, se les había prometido cuando terminaran su trabajo.
Tras esta protesta, los trabajadores han contado que tanto Teyseer como el gobierno prometieron compensarles, pero esa promesa no se ha cumplido.
Según algunos de los entrevistados, los representantes de Teyseer amenazaron con emprender “acciones” no especificadas si los hombres no abandonaban Qatar en vuelos organizados por la empresa, o les dijeron que tendrían que pagar un nuevo billete de avión. Según dijeron los hombres, centenares de ellos tuvieron que marcharse de Qatar sin compensación.
A pesar de las afirmaciones de los hombres de que Teyseer y la FIFA estaban al tanto de los abusos, parece que ninguna de las dos organizaciones emprendió acciones efectivas para abordar adecuadamente estos problemas y garantizar un remedio oportuno para los trabajadores.
Qatar ha introducido mecanismos de presentación de quejas, pero los trabajadores deben estar en el país para acceder a sus tribunales laborales y su programa de compensación. Sin manera de presentar quejas a distancia, y sin apenas más opción que abandonar el país, los trabajadores migrantes han visto cómo se les negaba la justicia.
Los abusos soportados por los guardias de seguridad forman parte de un patrón de daños sufridos por los trabajadores migrantes en Qatar desde que la FIFA eligió el país como anfitrión de la Copa Mundial en 2010. Cientos de miles de trabajadores migrantes pagaron tasas ilegales de contratación, o sufrieron retenciones de sus salarios, sin haber recibido ninguna reparación. Muchos trabajadores que ayudaron a construir estadios e infraestructura o trabajaron para ayudar a la celebración del torneo murieron, y sus familias aún no han recibido una indemnización adecuada, e incluso ninguna indemnización.
Qatar y la FIFA aún tienen que establecer un mecanismo suficiente de reparación, e insisten en que el proceso existente en Qatar es adecuado. En marzo de 2023, la FIFA anunció que su subcomité de derechos humanos llevaría a cabo una evaluación del legado de derechos humanos del torneo, lo cual incluye abordar la cuestión de la reparación de los abusos laborales.
“El mecanismo de reparación existente en Qatar no es adecuado para su objetivo, y ha privado a miles de trabajadores de la compensación por los abusos que han sufrido”, ha manifestado Steve Cockburn.
El mecanismo de reparación existente en Qatar no es adecuado para su objetivo, y ha privado a miles de trabajadores de la compensación por los abusos que han sufrido.
Steve Cockburn
“La FIFA tiene la clara responsabilidad de garantizar que se respetan los derechos humanos a lo largo de la cadena de suministro encargada de preparar y llevar a cabo la competición. Aunque han transcurrido seis meses desde la Copa Mundial, la FIFA aún no ha investigado de forma efectiva la cuestión, ni ha proporcionado remedio. Los trabajadores llevan demasiado tiempo esperando justicia.”
Teyseer negó las denuncias, dijo que seguía un “proceso de contratación ético” y expuso con detalle las diversas medidas que, según afirma, había tomado para proteger los derechos de los trabajadores en los lugares de celebración de la Copa Mundial.
La FIFA dijo que se había ejercido la diligencia debida con Teyseer, pero reconoció que había “diferentes percepciones y opiniones” sobre la experiencia que de Teyseer tenían los trabajadores. La organización declaró que buscará una aclaración completa sobre los problemas planteados, pero no se comprometió a intervenir para proporcionar reparación.
Tanto la FIFA como Teyseer confirmaron que se habían planteado quejas a través de la línea telefónica especialmente creada para ello y afirmaron que esas quejas se habían abordado.
Pueden encontrar aquí las respuestas completas de Teyseer y la FIFA. El gobierno de Qatar respondió señalando algunas de las medidas tomadas en los últimos años para reformar su sistema laboral. No obstante, no abordó preocupaciones específicas planteadas en relación con Teyseer, ni se comprometió a tomar ninguna acción para investigar y remediar los abusos sufridos por sus trabajadores.
Tags: Qatar, FIFA, Derechos humanos, Derechos laborales.
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